EL PRIMER CABO:
El domingo pasado fui a votar (no es ningún secreto que voto PSOE, pero a lo mejor la sorpresa es que sigo votando PSOE, vistos los resultados). Las elecciones las ha ganado el PP y ¿saben qué? Que me da un poco igual, porque creo que, pasara lo que pasara, en estas elecciones, los candidatos del bipartidismo imperante (al que contribuyo con mi voto) creo que son dos personas bastante enteras. Es raro que me guste alguien de los que representa el PP, pero de todos, me quedo con Jaime Mayor.
El domingo pasado fui a votar (no es ningún secreto que voto PSOE, pero a lo mejor la sorpresa es que sigo votando PSOE, vistos los resultados). Las elecciones las ha ganado el PP y ¿saben qué? Que me da un poco igual, porque creo que, pasara lo que pasara, en estas elecciones, los candidatos del bipartidismo imperante (al que contribuyo con mi voto) creo que son dos personas bastante enteras. Es raro que me guste alguien de los que representa el PP, pero de todos, me quedo con Jaime Mayor.
Eso no quita que sienta la derrota de López Aguilar, que siguiendo la tendencia de Felipe González, creo que es un orador nato. Pero sobre todo, un tipo entero y honesto (y esto, en política, es una rara avis).
Aún así, creo que salíamos ganando en ambos casos. Por otra parte, me sorprendió la cantidad de partidos políticos que se presentaban, ya no sólo el omnipresente Partido Antitaurino (algún día, los votaré) sino que había de todo, hasta un partido extremeño...
EL SEGUNDO CABO:
Y en los últimos días (la última vez en el Fotogramas de este mes) he leído en cuatro o cinco ocasiones acerca del racismo de James Stewart. No es nuevo. En la biografía de Billy Wilder ya apuntaba algo, aunque con la fina ironía del director europeo. Sé que su amigo íntimo era Henry Fonda (¡toma!, y yo de pequeño los confundía) y las únicas peleas que tuvieron fueron por motivos políticos (Fonda era liberal).
Estas cosas, aunque no debería ser así, me confunden. Stewart fue defensor de una de las épocas más oscuras del siglo pasado: la caza de brujas. Quiero decir, no veía con malos ojos que se persiguiera a los comunistas. Y no nos olvidemos, como aviador de guerra estuvo en el frente, no haciendo shows ni cosas de esas, sino bombardeando con su avión (y no lo digo como crítica, que la guerra es la guerra, sino para definir su personalidad).
Tiendo a pensar que la personalidad cinematográfica no tiene nada que ver con la realidad, pero reconozco que a veces, como en este caso, me afecta. Siento una especie de traición. Y sin embargo, que gran actor era. Pero no permito ni acepto sus jugadas para echar a un actor negro de un rodaje y, por supuesto, aplaudo al genio (mal genio) de John Ford cuando lo dejó en ridículo delante de todo un equipo de rodaje mandándolo a callar de malas maneras (cuando Stewart insinuó que "el cine estaba siendo perjudicado por el sector cada vez más joven de público al que iba destinado y el poder creciente de los negros").
EL TERCER CABO:
Estoy terminando un libro que mi mujer me compró porque parecía una especie de estudio sobre la METRO y, sin embargo, ha terminado ser algo mucho mejor. Un subtitulo pequeñito, pero que pasaba desapercibido, decía: Biografía de Louis B. Mayer. Lo he disfrutado como un canalla. La época de estudios (esa a la que ha intentado volver Spielberg con DreamWorks y ni siquiera él ha podido), digan lo que digan, fue una maravilla.
Se tiende a ridiculizar (en este libro no se cae en ese error) a los dueños de los grandes estudios, como personas incultas y judíos de muy mala leche que manejaban el sector como si fuera la industria textil. No acabo de comprender que tiene de ridículo llevar un negocio con unos beneficios brutales y manteniendo a más de 10.000 personas en nómina, a las que había que pagar religiosamente cada semana. No sé que tiene de ridículo tener tanto poder y, al mismo tiempo, aguantar los caprichos de las estrellas que personalmente habían creado. No sé que tiene de ridículo los famosos contratos de siete años contra los que muchas estrellas se revelaron (no piensen que por ser de siete años eran de sueldo bajo: las estrellas podían tener sus numerosas mansiones).
En fin, a lo mejor lo veo con demasiada nostalgia, pero apuesto a que sería feliz trabajando en un estudio y cruzándome con Edith Head o Max Steiner, diseñadora de vestuario y músico respectivamente.
¿Se imaginan el comedor a hora punta?
¿Se imaginan las decenas y decenas de kilómetros cuadrados en decorados?
CUARTO CABO:
Con mil cosas en el tintero, un último apunte. Veo poco cine por una absoluta demencia con algunas series de televisión. Esta semana termino con la tercera de Como conocí a vuestra madre; comenzaré con la tercera de Dexter, la cuarta de Galáctica y de The Office. Esto no es vida. Se me acumulan películas en el emule, en bolsas de MediaMarkt, e incluso, prestadas a la antigua usanza ("te dejo un DVD"). Que raro es esto último.
Y no crean que no me apetece una buena película, pero entre semana parece que el formato más adecuado para ver algo por la noche está entre 20 y 50 minutos. Y es un engaño porque al final veo dos o tres episodios y me he pasado más de dos horas delante del DVD.
¡Ah!, una última cosa: estoy dándole vueltas a comprarme un proyector. La calidad que tienen ahora y los precios son muy, muy buenos. Y tengo espacio en mi frikigaraje. Siempre he querido tener un cine y si pongo un buen proyector (eso está entre 250 y 600 euracos), un buen sofá y un surround de esos que acojonan... la experiencia de ver una película puede ser sobrecogedora.
No le hago ascos a ir al cine (aunque estoy un poco harto de proyecciones desenfocadas y de gente maleducada) pero con la edad de los niños, es posible que tenga que traer la montaña a casa.
Y quiero esa montaña... ¿alguna sugerencia, además de poner máquina de palomitas?
EL SEGUNDO CABO:
Y en los últimos días (la última vez en el Fotogramas de este mes) he leído en cuatro o cinco ocasiones acerca del racismo de James Stewart. No es nuevo. En la biografía de Billy Wilder ya apuntaba algo, aunque con la fina ironía del director europeo. Sé que su amigo íntimo era Henry Fonda (¡toma!, y yo de pequeño los confundía) y las únicas peleas que tuvieron fueron por motivos políticos (Fonda era liberal).
Estas cosas, aunque no debería ser así, me confunden. Stewart fue defensor de una de las épocas más oscuras del siglo pasado: la caza de brujas. Quiero decir, no veía con malos ojos que se persiguiera a los comunistas. Y no nos olvidemos, como aviador de guerra estuvo en el frente, no haciendo shows ni cosas de esas, sino bombardeando con su avión (y no lo digo como crítica, que la guerra es la guerra, sino para definir su personalidad).
Tiendo a pensar que la personalidad cinematográfica no tiene nada que ver con la realidad, pero reconozco que a veces, como en este caso, me afecta. Siento una especie de traición. Y sin embargo, que gran actor era. Pero no permito ni acepto sus jugadas para echar a un actor negro de un rodaje y, por supuesto, aplaudo al genio (mal genio) de John Ford cuando lo dejó en ridículo delante de todo un equipo de rodaje mandándolo a callar de malas maneras (cuando Stewart insinuó que "el cine estaba siendo perjudicado por el sector cada vez más joven de público al que iba destinado y el poder creciente de los negros").
EL TERCER CABO:
Estoy terminando un libro que mi mujer me compró porque parecía una especie de estudio sobre la METRO y, sin embargo, ha terminado ser algo mucho mejor. Un subtitulo pequeñito, pero que pasaba desapercibido, decía: Biografía de Louis B. Mayer. Lo he disfrutado como un canalla. La época de estudios (esa a la que ha intentado volver Spielberg con DreamWorks y ni siquiera él ha podido), digan lo que digan, fue una maravilla.
Se tiende a ridiculizar (en este libro no se cae en ese error) a los dueños de los grandes estudios, como personas incultas y judíos de muy mala leche que manejaban el sector como si fuera la industria textil. No acabo de comprender que tiene de ridículo llevar un negocio con unos beneficios brutales y manteniendo a más de 10.000 personas en nómina, a las que había que pagar religiosamente cada semana. No sé que tiene de ridículo tener tanto poder y, al mismo tiempo, aguantar los caprichos de las estrellas que personalmente habían creado. No sé que tiene de ridículo los famosos contratos de siete años contra los que muchas estrellas se revelaron (no piensen que por ser de siete años eran de sueldo bajo: las estrellas podían tener sus numerosas mansiones).
En fin, a lo mejor lo veo con demasiada nostalgia, pero apuesto a que sería feliz trabajando en un estudio y cruzándome con Edith Head o Max Steiner, diseñadora de vestuario y músico respectivamente.
¿Se imaginan el comedor a hora punta?
¿Se imaginan las decenas y decenas de kilómetros cuadrados en decorados?
CUARTO CABO:
Con mil cosas en el tintero, un último apunte. Veo poco cine por una absoluta demencia con algunas series de televisión. Esta semana termino con la tercera de Como conocí a vuestra madre; comenzaré con la tercera de Dexter, la cuarta de Galáctica y de The Office. Esto no es vida. Se me acumulan películas en el emule, en bolsas de MediaMarkt, e incluso, prestadas a la antigua usanza ("te dejo un DVD"). Que raro es esto último.
Y no crean que no me apetece una buena película, pero entre semana parece que el formato más adecuado para ver algo por la noche está entre 20 y 50 minutos. Y es un engaño porque al final veo dos o tres episodios y me he pasado más de dos horas delante del DVD.
¡Ah!, una última cosa: estoy dándole vueltas a comprarme un proyector. La calidad que tienen ahora y los precios son muy, muy buenos. Y tengo espacio en mi frikigaraje. Siempre he querido tener un cine y si pongo un buen proyector (eso está entre 250 y 600 euracos), un buen sofá y un surround de esos que acojonan... la experiencia de ver una película puede ser sobrecogedora.
No le hago ascos a ir al cine (aunque estoy un poco harto de proyecciones desenfocadas y de gente maleducada) pero con la edad de los niños, es posible que tenga que traer la montaña a casa.
Y quiero esa montaña... ¿alguna sugerencia, además de poner máquina de palomitas?
Pues en la misma situacion me encuentro con las series: faciles de ver a ultima hora del dia directamente por streaming sin planearlo. Lo malo es que termino como tu, viendo un episodio extra y se me hace tarde! Por no hablar de la variedad, llega hasta agobiar! Si le sumo la Xbox (la nueva generacion es INCREIBLE, vives autenticas aventuras) y una novia a la que atender pues ya hay que eliminar cosas!
ResponderEliminarEl proyector no creas q no lo he pensado mil veces, pero sabes que me hecha para atras? Ademas de las condiciones fisicas que necesitas en casa, que todo el que lo compra lo termina abandonando. Es curioso pero la gente que conozco termina volviendo a la tele... Me quedo con una LCD FullHD de 50 pulgadas de Mediamarkt por 800e!
Salu2.
Mis cabos
ResponderEliminar- Me he hartado del bipartidismo y hace varias elecciones que voto a un tercero. Me siento tan bien que lo trasmito en casa y sé que han votado casi todos lo mismo. ¡Ah y Luis votó por primera vez!
- Lopez de Aguilar está casado (y acaba de ser padre) con una prima de la Rana. Lo que nos hace primos jajajaja. Hemos quedado en cenar en casa y siempre nos da pereza hacer esa última llamada.
- Lo de las series es una pena y me pasa exactamente lo mismo. Y lo que es peor cuando veo una peli y no me gusta, pienso joooo y "podría haber empezado la quincuagésima temporada de...."
- Lo del proyector, ya lo estábamos pensando en casa pero es que la bombillita de repuesto (por lo visto se funde enseguida) vale otro tanto. Igual eso ha cambiado, que te hablo de dos años atrás. Entérate.
Sobre la política; personalmente estoy muy desengañado. Reconozco que no fuí a votar; y no me arrepiento; poorque no me siento representado por nadie de esta "clase". Los encuentro a todos unos corruptos (cada uno con su tema: dinero, traje, influencias, etc).
ResponderEliminarSobre James Stewart; no sabía su inclinación racista. Ahora sería muy diferente. Por cierto Sergio, me compré un libro de fotgrafias de los años 40 y salen unas imágenes de varios actores declarando en la etapa de la caza de brujas. Si me pasas una dirección de correo te las enviaré escaneadas.
Sobre las series; tengo que reconocer que ya he visto Life y CSI sin anuncios y es una gozada. Un episodio dra aproximadamente unos 40-44 minutos; en una cadena privada, pasan de la hora..... No más comentarios.
Aunque yo también estoy viendo más series que películas; aunque me estoy haciendo un pequeño hueco este mes de agosto.
y sobre tu cinea-casero; si puedes (es sólo un consejo) cómprate además (si puedes) una butaca especial (que se parezca lo máximo a las salas de cine). Será una gozada. Imagínate por un momento en el garaje; tu mega proyector con sound-round; y tu .....sentado con tus palomitas y refrescos...
Ay... que mala es la envidia.
Sobre las fotos, hombre, no te voy a poner a escanear sin parar, pero un par de ellas representativas si me gustaría ver: sergioaran arroba gmail punto com.
ResponderEliminarPor otra parte, pensé en el tema de la butaca... pero para que ver algo sentado cuando lo puedes ver tumbadito, o cambiando de postura.
En realidad, no estaría nada mal un cine con grandes sofás... en plan Pachá Ibiza...
Me encanto el proyector ese de Star wars, el del robotito pequeño, arturito...
ResponderEliminarEn verdad son pocas fotos, es toda la historia de los años 40; y que estén relacionadas con el cine no son muchas. Hay un par que no las había visto nunca
ResponderEliminarTe las enviaré durante el transcuros de esta semana.
Te avisaré desde el asunto de email.
Absolutamente magistral post.
ResponderEliminarUna sugerencia para tu Cine-portátil: organizar un festival de cine alternativo al de Las Palmas, o mejor dicho, dos: uno para pelis frikis y otro para pelis tipo Bergman o similares. Ah, y vale llevar palomitas, aunque las aborrezco, no puedo ni olerlas.
Salud.
El proyector no es buena idea, hablo por experiencia propia. Primero, porque las condiciones de iluminación de la sala tienen que ser muy óptimas para una buena proyección (cuando alguien abre la puerta, o cortina, o enciende la luz se te jode la vida); segundo, porque la resolución de imagen no es la mejor, por muy avanzado que sea el proyector; tercero, por el asunto de los repuestos y mantenimiento del equipo que ya se tocó en un comentario anterior.
ResponderEliminarUn televisor LCD sigue siendo la mejor opción.
Saludos desde Bolivia
A mi lo que me pasa con las series es que son tantas y tan buenas que he de programarme las noches con un organigrama perfecto que rara vez se puede cumplir. Efectivamente, queda poco hueco para el cine. Yo, al contrario que tú, he descubierto que para poder avanzar, he de ver capítulos en los dispositivos mas pequeños como pdas, iphones y cosillas similares que hacen que un viaje en metro, una cola en hacienda, una espera en el colegio de las niñas se convierta en una experiencia de cine!!!!.
ResponderEliminarSoy como el Mesias; soy portavoz de buenas noticias.
ResponderEliminarMe lo ha enviado mi hermana y seguro que o sinteresa.
Visitar esta dirección web porque tiene buena pinta.
http://www.fiestadelcine.com/
Seguramente colgaré una entrada en mi blog.
Saludos y a disfrutar si podeis, claro.
Efectivamente, una gran promoción. La voy a hacer SEGURO
ResponderEliminarSi organizas una retrospectiva de Spielberg, nos vamos a verte a Canarias ;-)
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