31 marzo, 2009

RENT en directo

Si hay que comprar un DVD original es este: Rent filmed LIVE on BROADWAY. Estoy alucinado. Llevaba unos meses esperándolo y el día que vio la luz, la semana pasada, fui a comprarlo. Y allí estaba, reluciente, esperando por mi. De una calidad de imagen y de sonido espectacular y con unos extras absolutamente deliciosos.

¿Qué tiene de curioso? A eso vamos. Se trata de la última representación del musical en Broadway. Los cantantes son los que corresponden con el momento, salvo en dos sustituciones que son parte del cast original, pero vamos, todos los papeles importantes corren a cargo de los cantantes que en ese momento estaban representando el musical. Como es habitual en Broadway, todos, absolutamente todos, son fabulosos.

Entre el público, los padres del compositor Jonathan Larson (una historia dramáticamente curiosa que ya conté en su momento) y gran parte de todos los cantantes que han hecho cada uno de los papeles a lo largo de la historia del musical, o sea, un montón de Mimis, un montón de Marks...

Y al final, por supuesto, salen todos a cantar Seasons of love. Es difícil recordar con claridad este momento porque mi mujer y yo ya estábamos extasiados con la capacidad que tiene esta obra maestra de traspasar el umbral de la televisión, del escenario o de lo que sea, para impregnar con su espíritu. Posiblemente, este DVD posee el alma original que no tiene la correcta puesta en escena de la película. Y por supuesto, al contrario que esta, aquí están todas las canciones, sin cortes. Una delicia.

Gran parte de la trama, como muchos sabréis, habla de la muerte y de aprovechar el momento. No hay futuro ni pasado, solo el presente ("No day but today"), pero esas palabras se tornan en traicioneras cuando se sabe que no van a representar el musical nunca más (por lo menos, estos cantantes, ya que sólo se puede cantar a una edad determinada). Y se les ve llorar y emocionarse. De hecho, el gran fallo de la película de Columbus era contar con el cast original de la representación de Broadway. Es diferente ver a unos veinteañeros viviendo al límite y sin pagar su alquiler (RENT), que a unos cuarentañeros, que parecen más una manada de vagos y maleantes que artistas en búsqueda de futuro.

En el capítulo de extras, hay un especial con todos los cantantes hablando sobre lo que representa esta función y lo que significa grabarla para su edición en DVD. Tiene algo de mágico verles ensayar y, por supuesto, esta grabación los convierte en estrellas. Ya he buscado en Internet que es lo que ha sido de sus vidas y todos están embarcados en proyectos magníficos.

Pero de ese casting absolutamente delicioso, hay dos nombres que debemos recordar: Renee Goldsberry y, sobre todo, la INCREÍBLE Eden Espinosa.

Eden Espinosa (en la foto) era la cover de Elphaba en Wicked cuando el papel lo hacía Idina Menzel. De hecho, en RENT también hace el papel de Maureen (original de Menzel). En un principio supuse que aprovechaba parte de su gran parecido físico (en los vídeos de Youtube, es muy dificil diferenciar a Menzel de Espinosa cuando están maquilladas de Elphaba), pero no. Eden Espinosa tiene una voz potente, muy potente. Preciosa. Modulada. Tiene un carisma poco habitual en escena y desde hace unos días, estoy enamorado profundamente de ella (otra más).

El caso de Renee Goldsberry, que hace de Mimi, es más extraño. Aunque es fantástica (se parece mucho a Coco, la de Fama) no puede hacer una nota larga sin vibrato. Me llama muchísimo la atención porque a mi los vibratos no me suelen gustar, salvo en contadas ocasiones, pero el de Goldsberry es precioso.

Recomiendo a los amantes de este musical que se lo compren YA. Es una obra maestra y uno de los 5 DVD que me llevaría a la isla desierta (siempre y cuando tuviera electricidad y una hermosa cabaña).

Atención a este vídeo (calidad Youtube que desmerece la calidad del DVD original) porque es un pequeño montaje promocional. Podemos ver, más o menos por el 1:10 el dúo (precioso dúo) en el que Goldsberry nos enseña su particular forma de cantar en vibrato casi continuo. Y sobre todo, en el 2:05 vemos en escena a Eden Espinosa. Y ya de paso, vemos el final, que corresponda a los últimos segundos del musical y así se nos pone la piel de gallina:


James Horner y el autoplagio (3 de 3)

Tras el triste post sobre la muerte de Maurice Jarre, finalizo con este señor.

Podría hablar del famoso "Parabará" de Horner, un momento de tensión típico de sus bandas sonoras y con el que nos reímos bastante en la lista de BsoSpirit. Pero no tengo humor para buscarlo. En realidad, he ido a tiro hecho con un famoso autoplagio que sale en bastantes bandas sonoras suyas (por lo menos, hasta el momento en que yo dejé de escucharlo). Seguro que lo sigue utilizando, pero yo a Horner, ni caso. Por su culpa. Me sigue gustando escucharlo en sus películas y su música queda como un guante con las imágenes. Es perfecto. Salvo por el detalle de que "normalmente no es su música, es de otro".

Sin embargo, esta pieza si es suya. Debe serlo porque la utiliza mucho:



La analizamos: desde el principio hasta el segundo 40 pertenece a la película de El Hombre Bicentenario. A partir de ahí empieza Una mente maravillosa. En el 1:45 comienza Sneakers y la pieza final, En busca de Bobby Fisher empieza en el 2:24.

No sé si he escogido los tiempos correctos, pero no le voy a dedicar más tiempo a este tiparraco... Pero ahora que la oigo, si pueden hacerse una idea de mi pequeña batalla personal contra Horner.

Por culpa de estos post, he tenido que escuchar a Horner estos días. Necesito desintoxicarme.

30 marzo, 2009

En la muerte de Maurice Jarre

Me da pena interrumpir una serie de post sobre un compositor poco serio (al que le he dedicado demasiado tiempo) y escribir sobre la triste noticia del fallecimiento de un músico serio al que le he dedicado muy pocas líneas. Es curioso que haya escrito tan poco sobre Maurice Jarre. Para las personas de mi generación, era uno de los músicos más escuchados en sala grande. No ya por sus clásicos con David Lean, de los que estos días oiremos bastantes piezas, sino por su abultada filmografía de los 80.

Cuenta la leyenda que Lean no le quiso confiar la banda sonora de Lawrence de Arabia a este joven músico, con fama de guapo, y por tanto dividió los temas entre dos músicos (algo, por otra parte, habitual en las superproducciones). Pero al oír la pieza que había compuesto Maurice Jarre para la película, se quedó con el joven compositor y eliminó todo lo demás. De hecho, se lo quedó para siempre.

Jarre pasó a la historia de las anécdotas de los Oscars al recoger su premio por Pasaje a la India en 1.984 (el tercero que tenía y todos gracias a Lean) en un año que todas las estatuillas iban para Amadeus: "Me alegro de que Mozart no pueda ser nominado este año".

En el pasado Festival de Úbeda, me contaba un crítico de bandas sonoras llamado Joan Padrol, que había entrevistado a Maurice Jarre en varias ocasiones (últimamente más conocido por ser padre de Jean-Michel Jarre), que siempre estaba de buen humor, que era muy simpático y que... siempre estaba moreno.

Y es que con su última mujer se fue a vivir a una de esas islas paradisiacas en plan Hawai. No sé exactamente dónde, pero el caso es que, aunque hiciera algunas obras hasta el año 2001, lo cierto es que vivía absolutamente retirado del ambiente de Hollywood.

Con Jarre se va un compositor grande. No sólo el de Dr. Zhivago, como se empeñan en la televisión, sino el de La Prometida y Único Testigo (para un servidor, sus dos mejores obras), el de Gorilas en la Niebla, el de Pasaje a la India, el de El Club de los Poetas muertos, el de Ghost y Atracción Fatal, el de Topaz (la peor, o mejor, la única película mala de Hitchcock)...

Su carrera tiene dos etapas claramente diferenciadas: la de finales de los 60 y principios de los 70 y la de mediados de los 80, que fue prolífica, muy comercial y que yo adoro.

Cuando le dieron el premio a toda una vida hace pocas semanas, en el Festival de Berlín, lo recogió envejecido, en silla de ruedas. Muchos nos temíamos lo peor y aunque yo soñaba (y preguntaba a un gran amigo suyo) sobre su vuelta, parece que la edad no perdona. En Días de cine, con motivo de su premio, le preguntaron sobre su banda sonora favorita (de las compuestas por él) y se mojó: "Creo que Lawrence de Arabia, aunque guardo especial cariño por Único Testigo".

Yo creo que Único Testigo es su gran obra (¿a quién se le podría ocurrir retratar a los Amish con música electrónica? Hasta a ellos les habría dado un patatús...) y la melodía de La Prometida, su gran hallazgo. Y aunque he recopilado una decena de cortes para homenajear a Jarre, es absurdo. Todos tenéis la información a mano, pero si me gustaría poner un par de minutos que muestran por qué creo que La Prometida es su gran momento de inspiración. Es absolutamente imposible que no se me caigan las lágrimas ante estas notas. Lástima que la película fuera tan mala.

En su honor, Sr. Jarre, desde frikiperopoco:


25 marzo, 2009

James Horner y los otros (2 de 3)

De todas maneras, yo no soy de los que oigo El Zorro y pienso "anda, esto me suena". No le busco tres pies al gato. Pero hay algunos datos significativos: la mayoría de los compositores que conozco, tuercen la cara cuando se habla de Horner.

No sé cómo andan en EE.UU. de conocimientos de música clásica o de bandas sonoras clásicas, pero en Europa no se puede plagiar una melodía de Nino Rota para una película de Fellini porque está a la orden del día: se utiliza en televisión y forma parte de nuestra cultura popular.

El primero en tener problemas con Horner fue el maestro Jerry Goldsmith, cuando comprobó que un joven compositor, amante de las bandas sonoras, mostró su entusiasmo por conocerlo y... salir con su hija. Hay teorías al respecto con Aliens, en donde Horner sustituyó al inicialmente previsto Goldsmith. Hay algunos que confiesan que Goldsmith lo recomendó (todavía era novio de su hija) y hay otros que dicen que aprovechó la circunstancia para hacer un robo en toda regla...

Tras estos datos de introducción, repito: yo no veo plagios en donde muchos ven plagios. Por mucho que me empeñe, en Enemigo a las Puertas no veo la melodía de La Lista de Schindler:



Pero, amigos míos, SI veo plagios en donde HAY plagios. Para terminar de rematar a Klaatu, he decidido empezar por una de sus bandas sonoras favoritas: ALIENS. Y es que cuando la nave se paseaba por ese espacio silencioso, sonaba el famoso soniquete de la banda sonora, que por cierto, era magnífico, pero no era de Horner, era del Adagio de Kachaturian. Por supuesto, sin acreditar.

He puesto juntas las dos piezas (como ayer, pequeños extractos para oir rapidamente). Los primeros 25 segundos, Aliens, tras una pausa de un segundo, Kachaturian. De verdad, Klaatu, lo siento:



Reconozco que me está dando un poco de verguenza ajena. Pero es lo que hay. Otro comentarista de nuestro blog y que sabe un huevo de música de cine, el Sr. Bac Hylon, ayer se vanagloriaba de haberse hecho con un original de Cariño, he encogido a los niños (¡mira!, la palabra "original" y el nombre de la banda sonora me han quedado en la misma frase). Pero aunque algunos piensen que hay un plagio descarado, yo creo que hay algo más...

Aunque la música de Amarcord no necesita presentación (por lo menos en Europa), en este corte podemos oir 35 segundos de Nino Rota y el resto, la de Cariño... Hay que tener los huevos muy, muy grandes:



Y cuando parecía que la banda sonora de Cariño... plagiaba a Rota, de repente, podemos escuchar el famoso Powerhouse de Raymond Scott. En este corte, los primeros 22 segundos son de Cariño... y después pasamos a Scott.

Uy... que cojones tiene el Horner:



Y para terminar, fundamentalmente porque estoy harto de cortar trocitos de música y subirlos a Internet, en la película Amar Peligrosamente, tenemos un rollito precioso con cantante exótica. Casi tan brillante como el que había hecho John Powell cuatro años antes para el documental Endurance.

Amigo Horner, así no vas a hacer amiguetes entre los compositores de tu gremio. Ah! Espera, si en ese mundillo los tienes alucinados con tus engaños. Los primeros 25 segundos, Powell, el resto, el amigo Horner:


19 marzo, 2009

Mi historia con James Horner (1 de 3)

(Para los más puristas: para hacer estos tres post de Horner asequibles a un tiempo de lectura normal, he cortado las piezas musicales a los trocitos que son interesantes para su comprensión. Las personas que tengan más interés, que tiren su dinero a la basura comprándose discos de Horner)

Desde hace una semana, con el post de Plagios, me han hecho la pregunta un par de veces: ¿Qué es lo que te pasa con James Horner?
Alguna vez he adelantado cosas sobre Horner y lo irritante que me parece su descaro (creo que incluso, en algún momento, escribí un post).

Hoy voy a contar mi verdad desde el principio: yo adoraba con pasión a James Horner. A mediados de lo 80, Horner era junto a Williams y Goldsmith, uno de mis músicos favoritos. Como hago hoy día con algunos compositores, si se estrenaba alguna película suya, la iba a ver por el simple hecho de escuchar su obra. He adorado con todo mi corazón su trabajo en Aliens, en Proyecto: Brainstorm, en Willow y, sobre todo, An American Tail (Fievel y el Nuevo Mundo).


Hoy día, me siguen conmoviendo algunas cosas suyas: su labor en La Tormenta Perfecta me parece asombrosa y, por supuesto, la música de Titanic me alucina.

Creo que los últimos segundos de la pieza Bishop´s Countdown de Aliens, además de ser utilizados en mil películas (se pueden oír incluso en la escena final de Jungla de Cristal), han sido los segundos más utilizados en la historia de los trailers de Hollywood. Diez segundos para la historia de la música de cine:



Y, quizá con cierta nostalgia a la música de cabecera de un programa de cine que emitían en Televisión Española en los años 80, creo que una de las piezas cumbres de la historia de la música de cine se encuentra en Proyecto Brainstorm, en concreto, en la pieza Michael´s Gift to Karen, 90 segundos que definen la perfección absoluta:




Al meollo de la cuestión y para terminar este primer post. Una de las melodías que han marcado mi comienzo como amante de la música de cine es la de Willow. Adoraba esta banda sonora con todo mi corazón. La melodía principal va por estos derroteros heroicos:



Y mi pasión por Horner (mucho antes de que Internet fuera moneda de uso común y de enterarme de muchas, muchas más cosas) desapareció por completo el día que mi mujer, violinista de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, me recomendó asistir a la Sinfonía Renana de Schumann. Lo que ella no sabía es que ese concierto iba a cambiar parcialmente mi visión sobre las bandas sonoras, porque desde el primer acorde del primer movimiento, lo que oí fue Willow.

Con el tiempo, ya con Internet en mi vida, he descubierto que ni en los créditos del disco ni en los créditos de la película aparece Schumann por ningún sitio. Y creo que fue mi primer encontronazo con un plagio, en el sentido literal de la palabra. Lo que oí, más o menos, fue esto (extracto del concierto de Schumann):


Con la Iglesia hemos topado...

Hablar de la Iglesia está de moda. Mi opinión está clara al respecto con cada movimiento que doy. Para ser exactos, con cada movimiento que no doy: ni bodas ni bautizos ni colegios de curas.

Yo fui a un colegio de curas y, aunque tuve mucha suerte, no hay que ser psicólogo para caer en la cuenta de dos cosas: vivir sin sexo no puede ser una elección impuesta y, teniendo en cuenta que a muchos los metieron en el seminario siendo niños, tienen lagunas de educación muy, muy importantes.

Pero no hablaría de la Iglesia (y más sabiendo que muchos, seguramente, seréis católicos e incluso practicantes y, por tanto, este post no os va a gustar nada) sino fuera porque estos días me han tocado la fibra sensible. Resulta que hace un par de meses, un señor Monseñor (para que rime) tuvo serios problemas con los medios de comunicación por negar el Holocausto Nazi. El exponía, antes de que la misma Iglesia le obligara a retractarse, que no había evidencias de las Cámaras de Gas ni del exterminio judío.

Todos los medios de comunicación se lanzaron sobre él y le hicieron la vida imposible. Es lógico. Pero, ¿saben qué? Que este señor lo único que hacía era negar un hecho histórico. Es patético y es insultante. Pero negaba parte de la Historia.

Y ayer el Papa volvió a decir eso de "preservativo no, que eso no sirve con el SIDA"... pero no lo dijo en Italia, ni en España ni en Bruselas... lo dijo en África, país en donde caen por la enfermedad como setas y pueden creer todo lo que dice el señor de blanco.


No quiero ser demagogo con esta historia. Simplemente expongo que me llama la atención que un tipo sea un burro y niegue un hecho histórico y la misma Iglesia se lance sobre él. Y otro, diga una burrada como una catedral, una burrada que va a provocar miles y miles de muertes y todos nos callemos.

Me parece espeluznante. Y me parece que en vez de Papa, es Papa Frita.

Se juntan demasiadas historias de la Iglesia como para ignorarlas. Me he metido tanto con Tom Cruise y la Cienciología, que creo que es hora de mirar nuestro propio ombligo. Hasta el otro día, la secta ciencióloga decía unas burradas tremendas, pero hoy, la "religión oficial" de nuestro país supera, con creces, las barbaridades de Tom Cruise.

Y en cuanto al otro tema...

No voy a decir que los curas son unos pederastas, porque estoy convencido de que si voy a algún tipo de dato fiable, en plan F.B.I., habrá tantos pederastas curas como abogados, publicitarios, periodistas, profesores... de verdad, tantos, tantos, como curas y sacerdotes. Pero, ¿saben qué? Que cuando cogen a un abogado pederasta, la profesión o el colegio de abogados no trata de minimizarlo, ni esconderlo... en realidad, no creo que ocurra con ninguna profesión... Pero cuando le pasa a un cura, la misma Iglesia, el Vaticano, los grandes poderes tratan de ocultarlo como si no pasara nada. Y sólo cuando la pelota es demasiado grande y evidente, piden perdón por su actitud. La reconocen tardíamente, cuando el criminal ha tenido tiempo de machacar unos años más a unos cuantos infelices.

¿El corporativismo en el delito no es delito? Ah, espera, son curas y se supone que son buenos... ¿les perdonamos que metan mano a los chavales?

PD: Y el planeta, atontaos, es redondo. Mi cabeza explota con este tema y pido perdón de antemano a todos los lectores ofendidos. Las cosas oscuras de la Iglesia y los vegetarianos intransigentes son dos cosas que me sacan de mis casillas.

17 marzo, 2009

Plagios, plagios, plagios...

Huumm... el magnífico mundo de los plagios musicales. Debo aclarar un par de cosas: a todos, incluido un servidor, se nos pone la boca grande cuando identificamos melodías demasiado parecidas. Debo aclarar que, salvo en temas que realmente me tocan las narices, como el caso de James Horner, lo demás me suele parecer divertido y siempre, siempre, tiene el beneficio de la duda.

El beneficio de la duda está presente porque me da la sensación de que todo está prácticamente hecho y las combinaciones de teclas, aunque muy numerosas, son finitas. Es raro en estos días encontrar compositores que realmente muestren algo nuevo y que sea grandioso. Es raro... pero pasa. Y por eso me gusta la música, porque a veces, de repente surge un tipo de los "guau" y "¿de dónde sale este tipo?".

Pero a veces oigo cosas en plan "Supermán y La Guerra de las Galaxias son muy parecidas" y me rompe los esquemas. Salvo en que son marchas y en su ostentosa orquestación, yo las veo muy diferentes. Pero acepto el comentario porque soy el primero que muchas veces veo plagios que nadie ve... de cualquier manera, todo este rollo es para explicar que los plagios me hacen gracia, no los veo como un pecado sino como un error en la memoria del compositor. Un error con gracia.

Pero eso no es lo que creyó Spielberg cuando le metieron una demanda de mil pares de narices por la música de El Color Púrpura. En su primera aventura adulta (y aunque siempre se ha vendido así, nunca he creído que películas como Encuentros en la Tercera Fase sea para niños), el director creyó conveniente que la música no fuera de John Williams sino de Quincy Jones. La historia, que habla de población negra, necesitaba cierto aire que le podría proporcionar el Sr. Jones, que además, junto a Debbie Allen ("la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a sufrir") eran coproductores de la cinta.

Tras el estreno de El Color Púrpura, el músico George Delerue, melodía pura y dura (y creador de Agnes de Dios, entre otras maravillas) puso una demanda brutal a Jones que, además, me parece recordar se resolvió fuera de los tribunales con un cheque cuantioso al compositor francés.

Lo divertido de la historia es cuando Spielberg se enteró del plagio, se hizo con el vinilo y, según cuenta la leyenda, se metió en el estudio de Quincy Jones y le tiró el LP a la cara mientras gritaba extraños improperios. Como he repetido muchas veces, Spielberg espera el compromiso de todos los que participan en la película al 100%. Por eso, los actores que no cumplen con sus expectativas tienen la censura pública del director (¿recuerdan los comentarios despectivos de Spielberg sobre Julia Roberts en Hook? o el cabreo monumental cuando Cruise se dedicó a hablar de Cienciología en los programas de televisión que tenía pactados para hablar de La Guerra de los Mundos...

El caso es que el otro día tuve la oportunidad de ver la película de Delerue, que se llama A las 9 cada noche (de Jack Clayton). Y aunque no me gustó demasiado, debo reconocer que cada dos por tres me acordaba de El Color Púrpura. Es difícil dar el beneficio de la duda cuando dos piezas son tan parecidas... pero quién sabe... a lo mejor es casualidad...

La (preciosa pero...) música de El Color Púrpura:



Y a falta de disco, el comienzo de la peli A las 9 cada noche (Our Mother´s House), hecha en 1.967 (casi 20 años antes que El Color Púrpura):



Y AHORA, JUZGUEN USTEDES...

12 marzo, 2009

Camino del Reino Prohibido con Rayos X en los ojos

No quiero pasar a otro post sin decir tres cosas mínimas sobre tres películas que he visto recientemente. La primera ya la había visto alguna vez y siempre me llamó la atención la capacidad de llenar 70 minutos con una historia tan simple: El hombre con rayos X en los ojos, de Roger Corman, demuestra que con cierto talento y talante se pueden hacer buenas películas con premisas lamentables.

Y se da la extraña circunstancia de que, después de tantos años, hace dos o tres días, decidí verla de nuevo cuando ayer saltó la noticia de que Juan Carlos Fresnadillo, director de cine canario, va a hacer un remake en Hollywood.

O cambian el guión notablemente o caerá por su propio peso, ya que la gracia en la película de Corman está en dos o tres conceptos que han pasado bastante de moda (como ver a los asistentes a un guateque desnudos) y, sobre todo, en la actuación del gran Ray Milland (en la foto).

Me gustaría hablar de Camino, pero no puedo. La experiencia ha sido dinamitada por mi carácter hipocondríaco y por tener una hija que tiene cierto desparpajo parecido a la de la protagonista. Me pareció muy dura, muy lejos de lo que me vendieron en su momento (decían haber suavizado ciertos aspectos) y tengo claro que no la volveré a ver en mi vida. Una película que me conmueve de esa manera no es, ni de lejos, mala. Me quedo con las caras de perplejidad (y dura pasividad) del padre ante todo lo que acontece. Carme Elías hace el papel de su vida y Fesser demuestra que tiene un talento innato para la narración (viendo Mortadelo y Filemón me preguntaba dónde estaba el director de El Secleto de la trompeta y Aquel Ritmillo).

Y lloré a lágrima viva.

Y por último, ayer vi una cosa rara llamada El Reino Prohibido. Y siendo bastante flojita, tengo que reconocer que tiene cierto aire a película de Amblin de los 80, que me dejó fascinado. Tipo joven (no un niño y menos un niñato) que, por una serie de cosas, se ve trasladado a una época diferente y en un lugar donde sus adoradas artes marciales (desde el Mono Borracho hasta la postura Mantis Religiosa) están a la orden del día.

No vale la pena verla, pero me quedo con ese regustillo ochentero. Eso sí, lo mejor de la peli es el toque retro que tiene, tanto en la música como en su look. Para eso, recomiendo ver sus antológicos títulos de crédito:


09 marzo, 2009

Watchmen es deliciosa...

En pleno Festival de Cine, he ido a ver Watchmen. Y es que, por mucho cine exótico y maravilloso que nos traiga la semana más cinematográfica de Canarias, cuando uno tiene pluriempleo y dos niños pequeños, no puede escoger el momento de acudir a la sala grande. Ayer descubrí un huequecito y, en vez de dignificarme culturalmente con alguna delicatessen festivalera, me fui a una sala gigante a ver esta peli.

Nos remontamos a principios de los 90, cuando estudiaba en Madrid. De forma más o menos periódica, me acercaba a casa de mi primo Enrique, gran aficionado a los cómics, para que me pusiera al día y, sobre todo, me dejara sus últimas adquisiciones. Así, cada mes me llevaba un buen número de cómics a casa y los estudiaba detenidamente. Si hoy en día sé quién es Alan Moore, John Byrne, Question o Watchmen es gracias a él.

Y desde aquellos días, hay dos cómics que se han quedado en mi cabeza para siempre: Watchmen y La Broma Asesina. Los dos tienen en común una extraña cualidad: son puro cine.

Pero no me voy a confundir: igual que el cómic y el cine están muy relacionados, cualquier análisis riguroso nos guiará por la senda correcta: son dos medios absoluta y radicalmente diferentes. Y el movimiento y la cinética son demasiado importantes en la pantalla grande como para ignorar este hecho.

Tengo la sensación de que ayer, cuando vi la película, tenía desde hace años el story-board en casa. Porque amigos míos, Watchmen hay que tenerlo. Y aunque se han eliminado algunas cosas y se han añadido otras, la película es un reflejo fiel del cómic de Moore. Y ambos son una auténtica maravilla.

Por si no lo había dicho ya, y sabiendo que la película no es para todo el mundo, Watchmen es una delicia, de principio a fin.

¿Recuerdan Sin Perdón y cómo se habló de la deconstrucción de un género, del final de una era, de llevar el género de las pelis del Oeste hasta sus últimas consecuencias? Pues Watchmen es el Sin Perdón de las películas de superhéroes.

Es el cómic hecho cine, con ritmo (por lo menos, con el ritmo adecuado), con imágenes para el recuerdo tan memorables como ese prólogo en el que se me caía la baba (la muerte del Comediante). Y aunque la peli es larga, larga (un poco menos de tres horas) pasa en un auténtico vuelo.

¿Qué le falta para ser una obra maestra? Le falta un director de casting más adecuado, le falta que sus últimos 20 minutos estén a la altura del resto de la película, le sobra alguna imagen demasiado atonal...

¿Que tiene para ser tan buena? Tiene el personaje del Comediante, tan bien comprendido por el director, tiene al Buho Nocturno es una actuación absolutamente magnífica de Patrick Wilson (Raoul en El Fantasma de la Ópera), tiene esos decorados ficticios tan sólidos, tiene ese diseño de producción fantástico...

La película exige del espectador una continua implicación, te satura con datos y con imágenes que se deben codificar. No permite un espectador pasivo. Eso juega en su contra en alguna ocasión: si intentamos tener clara la línea temporal de los personajes, nos dariamos cuenta muy rápido que son demasiado jóvenes para los años de los que se está hablando. De hecho, y aquí está el gran error de la peli, las diferencias generacionales entre ellos son absurdas: si en el cómic la relación entre Silk y Buho Nocturno es deliciosa, aquí parece la de un señor mayor con una jovencita.

Pero eso son pequeños lastres para una obra de ciencia-ficción que tiene vocación de quedarse en la historia del cine.

06 marzo, 2009

Sueño fronterizo

Si todo va bien, le das a la imagen del cartel y se pueden leer las fechas en las que se puede ver este corto, aprovechando el marco del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. ¿Por qué es tan importante esta película?

Porque su director, David Delgado San Ginés, además de viejo compañero de viaje en esto de amar el cine, es un asiduo comentarista de este blog, aunque firma como "En Rodaje".

Amigo David, que tengas el éxito que te mereces. En alguno de los tres pases, allí estaré en representación de todos.

¡Salud!

05 marzo, 2009

Se desvela el último invitado de Úbeda

Este año, quinto aniversario del Festival de Música de Cine de Úbeda, no gano para sobresaltos. Si ya han confirmado su presencia mil compositores, entre ellos Michael Giacchino, Patrick Doyle, Christopher Young... hoy ha llegado la gran sorpresa: uno de mis compositores favoritos y uno de los que más he hablado en este blog. No será por la cantidad de veces que os he dado el coñazo con "el gran Joe Hisaishi". Desde su Princesa Mononoke hasta El verano de Kikujiro, hoy por hoy, Hisaishi es uno de los más grandes.

Hace tiempo puse un vídeo que pone la piel de gallina, y es el momento de repetir, para los recién incorporados. Como dura mucho, por lo menos, hay que comprometerse a ver un minuto, ¿vale? Así comprenderán mi fascinación por Hisaishi.

Por cierto, la sorpresa de la presencia de este compositor en Úbeda compromete de lleno a Elphaba. Amiga, no tienes excusa para venir con tus discos para firmar, sacarte fotos con él y compartir algunos vinos y jamones con el compositor de tus sueños.



LA PÁGINA DEL FESTIVAL, PARA LOS INTERESADOS: AQUÍ

03 marzo, 2009

¡Te lo estoy diciendo! y el mejor Tony

Hace pocos días he vuelto a ver Dreamgirls. Y si en el cine me había gustado, reconozco que en el DVD me ha gustado mucho más. Como buen musical que es, actúa a dos niveles: el primero es que, al tratarse de la historia de un grupo musical, la mayoría de las veces los números musicales pertenecen a las canciones que cantan (que personalmente es la parte que menos me interesa); pero tiene un segundo nivel: los números musicales que nada tienen que ver con las actuaciones y que rememoran el clásico espectáculo musical en el que se sustituye diálogo por canciones. Y es, en esos bloques de Dreamgirls, donde la película tiene verdadera fuerza.

Además, tiene la famosa canción de "And I´m telling you", que han cantado todos los artistas que se precien e incluso, ha salido en un capítulo de El príncipe de Bel Air. Esa canción se hizo single en muy pocos años y se convirtió en un clásico de la música. Pero claro, la canción por si sola está desvirtuada, fuera de su entorno y, por tanto, su significado queda mermado.

La escena es la siguiente: lo que parecen ser divismos de estrella de una de las cantantes de grupo (la que tiene mejor voz pero que no es la cantante principal por su físico) falta continuamente a los ensayos y tiene un carácter insoportable. Y, como no podía ser de otra manera, la cantante llega dispuesta a cantar y se rompe en pedazos cuando se entera de que ha sido sustituida. Pero no se rompe por salir del grupo por la puerta de atrás, sino porque su novio, su hombre, su pareja, que es el manager, es la persona que ha tomado la decisión. Y no sólo eso, ya se vislumbra que este señor está enrollado con otra del grupo.

Y entonces ella canta la canción, que entre otras cosas, dice frases como "no quiero ser libre" en un acto de total sumisión. Es una canción preciosa pero DURÍSIMA. Y aunque en la película es una escena memorable (bueno, la mejor escena), he descubierto la que posiblemente sea la mejor actuación en directo que he visto en mi vida. En estos dos días he visto este número mil veces y lo adoro. Lloro con él. Disfruto. Pongo caras raras...

Es toda una clase de cómo actuar y pertenece a una gala de los premios Tony de principios de los 80. La actriz comienza a cero por hora con el diálogo en el que va vislumbrando que ha sido despedida. Y poco a poco, como un coche deportivo, va entrando en el papel, entrando, entrando... hasta que finalmente, podemos ver sobre el escenario algo que no se ve todos los días: puñetera magia de verdad.

Por supuesto, el público presente en el teatro irrumpe en aplausos justo cuando tú, como espectador, deseas ponerte en pie y aplaudir sin parar. Es el mejor vídeo que he visto relacionado con el mundo del musical. Sin miramientos. Y la cantante, Jennifer Hollyday, que ganó tropecientos mil premios, ya no es la gordita de la escena, sino la tipa de la foto.

Son ocho minutos. Pero fíate de mi: no sólo pasan en un vuelo sino que van a cambiar tu percepción de lo que es buen cantante en escena. Pufff....