28 diciembre, 2009

¿Cambia Avatar la historia del cine?

Post complicado el de hoy, pero hace tiempo que no me mojo demasiado y ahora es el momento.

Nos remontamos a hace algo más de 100 años, cuando los hermanos Lumiere vendieron por dos duros su invento porque, al fin y al cabo, “cuando pase la novedad, quedará relegado a una pequeña atracción en las ferias”.

Eso es lo que yo pienso de las tres dimensiones (y seguramente, me equivoco tanto como los Lumiere). Son divertidas, atrayentes, pero no dejan de ser un espectáculo de feria. Creo que, como el Blu-Ray, el 3D es un paso innecesario a la inmersión total. No hay nada en las tres dimensiones que me indique que es el futuro del cine. Sobre todo, porque estos días intentan vender la nueva tecnología como una magnífica forma de lucha contra el cine en casa. Pero la realidad es que películas como Luna Nueva o Paranormal Activity han dejado bien claro que hay un tipo de cine muy, muy barato, que arrasa en taquilla.

Y si bien las tres dimensiones son una forma de espectáculo divertido, el 90% de las películas (las que no son un espectáculo de aventuras) no necesitan una tecnología tan compleja. Quiero decir, espero que se sigan haciendo películas como Kramer contra Kramer o Los puentes de Madison, en donde las tres dimensiones no tienen demasiado sentido.


Por supuesto que Avatar (de la que después hablaré, ya que es el punto de partida de toda este texto) es un caballo de largo recorrido. Va a estar en primera posición durante semanas y va a hacer muchísimo dinero. De hecho, el largo recorrido es lo único que la va a hacer rentable, ya que ha salido al mercado con copias limitadas a cines seleccionados. Pero Cameron, que tuvo Titanic en primera posición durante meses, sabe que el camino es largo y no hay Sherlock Holmes que se meta en medio.


Dicho esto, Avatar entra en la historia del cine por su tecnología. No hace falta que sea una buena película para esto. Hay películas mediocres, e incluso muy malas, que son importantísimas en la historia del cine. No son elementos que tengan que ir de la mano. Por ejemplo, El cantor de Jazz, la primera película hablada que, sinceramente, es muy, muy mala.


Espero que el cine tridimensional sea una extensión divertida para ver las cosas en sala grande (porque la Playstation 3 va a sacar el próximo año la tecnología para ver 3D en casa, pero amigos míos, no es lo mismo), pero también espero que las películas aguanten perfectamente un visionado en 2D, o sea, que la película aguante por si sola, sin parafernalias.


¿Que qué me ha parecido Avatar? Avatar es muy buena. Creo que Cameron ha conseguido un espectáculo magnífico (y sí, estoy convencido de que es una película muy buena en 2D). Pero en contra de toda la fascinación que siente todo el mundo por Pandora, lo que realmente me gustan son todas las escenas en el campamento militar. O sea, la parte de los humanos. Me gustan los diseños modernistas de su maquinaria, el armamento, los decorados y mi adorada Sigourney Weaver.


Leo en Internet acerca de la debilidad de su guión, pero… no es que sea el guión de Casablanca, pero tiene su argumento muy clarito, no deja cabos sueltos y la historia en sí, no el guión, es magnífica.


Pero Avatar es visual y tal como dijo Brian de Palma, parece que los críticos de cine son (o somos, según se quiera entender) licenciados en psicología para estar todo el día hablando de personajes bien dibujados y cosas así. Y a veces uno está tentado de mandar todas esas patochadas a la basura y decir: me han cautivado las imágenes, me ha sobrecogido Pandora, me he divertido como un enano o, simplemente (y es el mejor halago que se puede dar a una película como Avatar) me he olvidado de que todo son efectos especiales, en realidad, me he dejado llevar por Cameron.


Avatar es una experiencia. No es (ni de lejos) una obra maestra, pero es un espectáculo de primera. James Cameron rueda la acción como pocos y tiene planos que valen su entrada.


PD: Y con todo el dolor de mi corazón, la banda sonora de James Horner es magnífica. Buena, buena.

23 diciembre, 2009

Mi 2009

No me he sentado a analizar la situación, simplemente, me gustaría escribir sobre algunas películas que me han llamado la atención este año. Creo que los estrenos del 2009 han sido realmente buenos, y me dejo en el tintero bastantes (y en los comentarios espero ver algunos de mis olvidos), pero así, a bote pronto, este es mi año:

Recuerdo tres documentales que me llamaron la atención en su momento. Posiblemente, en primera posición, se sitúe ese Man on Wire magnífico. Pero también recuerdo el de Polasnki: wanted and desired y, por supuesto, el de Philip Glass (del que hablé ayer).

Mi año de cine ronda estas películas (humm... todavía no he visto Avatar):

  1. El luchador
  2. Déjame entrar
  3. Ponyo en el acantilado
  4. El secreto de sus ojos
  5. El desafío Frost/Nixon
  6. UP
  7. The visitor
  8. Paris, Paris
  9. Drag me to hell
  10. A ciegas
  11. Watchmen
  12. ¡Me ha caído el muerto!
  13. Distrito 9
  14. The reader
Algunos, supongo, se sorprenderán de la inclusión de A ciegas, pero es una decisión puramente personal. Me apasionó. Y que les voy a decir de ¡Me ha caído el muerto!, simplemente, adoro a Gervais y creo que es divertidísima.

En Up tuve que esconderme de mi hija para que no me viera llorar.
Watchmen es una de las mejores películas de superhéroes jamás hechas.
Y Drag me to hell, una de las películas del año. Me pueden llamar friki, pero es una obra maestra y ya quisieran todas esas peliculillas de terror que se estrenan cada año parecerse a la sombra de esta.

En el año 2008, decidí que la persona que representaba mi año era Danny Elfman (por la calidad y cantidad de sus trabajos). Este año he descubierto al compositor Philippe Rombi (la melodía pura personificada), he redescubierto el trabajo de Christopher Young gracias al festival de Úbeda, pero creo que las dos cosas que más me han impactado están relacionadas con el mundo del teatro musical:

  1. El descubrimiento del que ya se ha convertido en uno de mis musicales de cabecera: Next to normal. Una obra maestra que no me canso de escuchar.
  2. La edición en DVD de RENT (la obra en un teatro de Broadway, en directo. No la película), que es una auténtica delicia.
En el mundo de la televisión, sigo con Galáctica, The Office, Dexter, Cómo conocía a vuestra madre y la nueva versión de V. Y desde hace una semana he incorporado a Larry David. Y en Youtube, procuro ver las entrevistas de Buenafuente, el mejor programa de televisión que se hace en España (junto con alguna edición de Callejeros que está realmente bien).

Y espero un año 2010 con los siguientes deseos: ver la nueva versión de Fama, la segunda parte del fantasma de Lloyd Webber, una gala de los Oscars de caerse de espaldas y sobre todo, que todos y cada uno de nosotros, podamos escribir y leer nuestro pequeño circuito de blogs. No os deseo ni dinero, ni amor, ni nada de eso. Me conformo con que todos tengamos una pequeña ración de salud.

Besos a todos.

Os dejo una magnífica versión de Superboy and the Invisible Girl, de Next to Normal. La hija le canta a su madre sobre su hermano (fallecido), un niño que se ha convertido en una especie de Superboy en el mundo de la madre, mientras que la hija no deja de ser una Invisible Girl.


22 diciembre, 2009

Las cosas de Philip Glass

Este blog se está ralentizando por días. Lo lamento porque me gusta escribir y desahogarme por estos lares, pero en estos momentos, mi vida parece ir muy rápido. De cualquier manera, son épocas de cambio, de más trabajo, de poco descanso y mucho sueño, y de empezar proyectos nuevos (que se suman a los antiguos, no abandono nada) que hacen que, entre otras cosas, esté en pleno proceso de la transición menos importante (y sin embargo, la que más quebraderos de cabeza me va a dar) de mi vida: el PC por el MAC.

Y en toda esa vorágine, veo películas a altas horas de la noche que no vale la pena ni comentar. Y en mitad de todas esas desgracias visuales, ha aparecido un documental llamado Glass, a portrait of Philip in 12 parts.

Ya digo por anticipado que la música de Philip Glass, al igual que la de Michael Nyman, me suele aburrir profundamente. Cuando comienzo a escuchar su música, realmente me apasiona, pero al cabo de unos minutos me sobrepasa con repeticiones y saturaciones que me dan un tremendo dolor de cabeza. Es triste lo que voy a decir, pero a mi Philip Glass me gusta para cinco minutos. Y no más.

Otra cosa es la brillantez de este documental, que sigue la carrera del compositor durante un año. Y hay dos personas que me vienen a la cabeza sobre la marcha: Woody Allen y Larry David. ¿Por qué? Porque Glass vive en el típico apartamento gigante, de diseño, en Nueva York, y se mueve por esos círculos que hemos visto en tantas películas de Woody Allen. Y su casa, con todos los lujos que tiene, en realidad, no es una de esas casas-museo en las que nada se toca, sino que tiene vida: las estanterías están a rebosar y hay papeles formando columnas en el suelo... prácticamente, la mitad de las entrevistas interesantes al compositor están grabadas en la cocina, mientras prepara los platos para sus hijos pequeños...

Es más interesante la vida que lleva este señor que su propia música: sus clases de yoga, su forma de hablar y de reír (porque se ríe y mucho), su capacidad para reconocer que hasta hace muy pocos años (entrados los 90, cuando ya era muy, muy conocido) se tenía que ganar la vida como taxista. Además, en el documental (que se grabó en el año que trabajó con Woody Allen) aparece el director en pleno trabajo, pero de verdad, no en plan making of, sino delante de una moviola viendo una secuencia, muy serio y al mismo tiempo, muy cordial.

Woody Allen, lejos de molestarse cuando aparece Glass en la habitación con un cámara detrás, pregunta qué están grabando y sigue con lo que está haciendo, sin quejas.

Y en cuanto a su personalidad, no diré que es como Larry David, pero si tiene un estilo de vida muy parecido. La mujer de Glass, que es mucho más joven que él (no es cotilleo, sino que es importante para el relato desde el momento que también sale entrevistada su primera mujer, que sólo dice cosas bonitas sobre Glass y su talento), acepta buenamente las rarezas del compositor y se queja de su desorden vital. Y por supuesto, se queja de que Glass, para trabajar, se aisla en Nueva Escocia (una casa que bien vale ver el documental) y se olvida del mundo.

La mujer de Glass es igualita que la de Larry David en la serie: aguanta el tipo continuamente, haga lo que haga el compositor. Pero no en plan "aguantar" sino en plan "lo quiero y lo acepto como es" mientras mira a la cámara y pone sonrisas de disculpa.

Es un buen documental y tiene escenas memorables, como cuando el compositor reconoce que tiene miedo de que la gente piense que no sabe tocar el piano simplemente por la forma que lo toca y la forma que tienen sus piezas musicales (fundamentalmente, arpegios y melodía). Y sin embargo, es un pianista prodigioso.

Vale la pena que vean el trailer que pongo más abajo para saber de lo que hablo. Y de paso, acabo de terminar de ver la primera temporada completa de Larry David, y aunque al principio me sacaba de mis casillas, he terminado por reírme muchísimo. Pensé que eso de improvisar las escenas no iba a gustarme... pero una vez te acostumbras, ni te das cuenta de que no tienen guión. Risas y risas.


14 diciembre, 2009

Felicidades

Estimados amigos:

Había pensado en hacer un montaje trepidante de imágenes de películas para felicitar el año nuevo, pero me ha dado mucha, muchísima pereza. Así que he hecho una frikifelicitación (pero poco) en un solo plano, que ahorra mucho trabajo:


11 diciembre, 2009

Primeras reacciones para Avatar, Billy Wilder y La venganza del Jedi

Ayer, jueves 10 de diciembre, mientras algunos perdíamos el tiempo sacando fotos en un evento absurdo, se presentaba Avatar a la crítica de Londres. Y las conclusiones finales parece que le dan la razón a Cameron: la cinta es fantástica.

Esto de decir "la cinta es fantástica" me recuerda una anécdota genial de Billy Wilder que, cuando le invitaban a una proyección para después preguntarle por la calidad de lo que había visto, siendo incapaz de mentir a sus amigos, contestaba en voz alta: "¡Esto... esto es una película!". El interlocutor se quedaba contento y Billy con la conciencia tranquila.

Bueno, pues eso, dicen que Avatar es fantástica.

Y hoy he descubierto la tangible realidad de una leyenda. Todo el mundo sabe la historia de Revenge of the Jedi (que después pasó a ser Return of the Jedi). Personalmente, creo que es la peor película de la trilogía original. Los que hemos vivido esta historia más de cerca, los amantes de la trilogía, siempre hemos oído que la película cayó en manos del director Richard Marquand cuando una serie de directores declinaron la oferta (basicamente, porque era un producto demasiado controlado por Lucas). El director más famoso que pasó por el proyecto fue David Lynch (un par de años antes de dirigir ese horror llamado Dune y que algunos se empeñan en adorar).

Y yo creo que NO soy el único que se ha imaginado a Lucas y Lynch tratando de ponerse de acuerdo en cómo hacer las cosas. Ni siquiera, hasta hoy, he sabido cuánto tiempo estuvo Lynch ligado al proyecto... pero me hace tanta gracia imaginar a dos personalidades tan, tan, tan diferentes intentando trabajar juntos, que estoy loco con este vídeo que he encontrado Vía Menéame.


10 diciembre, 2009

La imagen de Spielberg

Hace un rato acabo de ver la entrevista completa (y dura algo más de una hora) que le hicieron a Spielberg en el programa Inside Actor´s Studio. Es la mejor entrevista que he visto del director ya que profundiza en todas las películas importantes de su carrera (aunque se salta algunas, probablemente por el montaje del programa).

El enlace del primer fragmento es este, aunque son 11 o 12 cortes.

Creo que a nadie se le escapa que, para mí, Spielberg es Dios, como Hitchcock o como Billy Wilder. Y sin duda, es el director que, haga lo que haga, me va a tener en la sala de cine, comprando el DVD y hablando de su película durante meses. Y creo que es un narrador de historias nato. No puedo criticar a un señor que, fundamentalmente, fue el primero en mostrarme que había alguien detrás de la cámara, un titiritero que hacía que todo se moviera en pantalla...

Y aunque hay muchas anécdotas y curiosidades en la entrevista, hay un momento al final del programa en el que un estudiante le pregunta: "Si tuviera que escoger una imagen de todas las películas que ha hecho, ¿cuál cree que es la que define su carrera?". Y Spielberg, pensativo, en vez de rehusar la pregunta en plan "las quiero a todas como si fueran mis hijos", se decanta por una: "Creo que la que mejor define lo que hago es la del niño de Encuentros en la Tercera Fase, cuando abre la puerta y aparece un haz de luz".

Y me encanta, una vez más, que se quede con esa imagen (en la foto).

Llorando de risa...

En todas las televisiones por las que he pasado, siempre hay un editor friki que hace que me revuelque de risa. Recuerdo con cariño a Alejandro Millán, al que le he perdido la pista, pero con el que hice (hace ya 7 años) un programa sobre Halloween para la Televisión Autonómica de Canarias (40 horas sin dormir, amigos míos) con el que todavía me estoy riendo.

Hoy, leo en Cosas que contar sobre Antonio González, un tipo que no es conocido, pero que es el iluminado friki que edita los vídeos del programa de Wyoming... y viendo sus pequeñas joyas, que robo descaradamente de su blog, he seleccionado estas tres. No puedo dejar de reir:






09 diciembre, 2009

La restauración de Con la muerte en los talones (North by Northwest)

¡¡Teléfono!! ¡Una llamada para George Kaplan!

Ya he contado en numerosas ocasiones mis años como restaurador de pelis (algo que suena romántico y curioso y que, en realidad, huele a tintorería). Recuerdo una vez que vinieron unos niños de un colegio para ver una secuencia de La Aldea Maldita que habíamos restaurado. Primero pusimos la escena en su estado original y luego, la restaurada.

Para resumir, prácticamente ningún niño se dio cuenta que la escena restaurada era la segunda. Y no se trata de que lo hiciéramos mal, sino que simplemente, no hay una educación de la imagen (yo siempre he sido partidario de enseñar a los niños a leer la imagen. Si un hombre mata a otro en pantalla y dice totalmente en serio: "en realidad, no he matado a nadie", todos los niños llegarán a la conclusión de que no ha muerto nadie. Y el problema es que, aún hoy día, le dan más credibilidad a las palabras que a la imagen y así no hay forma de comprender muchas cosas).

Nadie averiguó cuál era la escena restaurada por dos motivos: la imagen en mal estado es ligeramente borrosa, los fondos no se separan de las motivos en primer plano y todo el fotograma tiene una especie de halo que suaviza la imagen. La escena restaurada está más contrastada, es más dura y ese halo de suavidad ha desaparecido.

El segundo motivo es más evidente: estamos acostumbrados a copias realmente malas. Televisión Española ha emitido durante nuestra infancia copias infectas, con los finales de rollo completamente rayados, con fallos de audio, con bandas sonoras que no correspondían con la película (muchas veces, el canal de audio venía con diálogo y música ya mezclado, por lo que si queríamos poner las voces en español, se tenía que poner una música nueva. A lo mejor, podían localizar un vinilo con la música de la película, pero en muchas ocasiones, simplemente no se podía. El caso más famoso fue el de El fantasma y la señora Muir, en el que Bernard Herrmann desaparecía frente a una música de librería.)

Y, todo hay que decirlo, hay películas con mala suerte. Películas que, mires donde mires, la copia no ha aguantado el paso del tiempo y siempre, siempre, están mal. Y muchas grandes compañias que no se han preocupado de editar DVD en condiciones...

Era el caso de Con la muerte en los talones. Obra maestra del cine que siempre hemos visto de forma deplorable (para más inri, se trata de una VistaVisión, que se supone que aguanta mejor el paso del tiempo). En esta película, Cary Grant siempre tuvo los mofletes rojos, las escenas del Monte Rushmore eran tan oscuras que no se veía nada, la escena del avión es un final de rollo y estaba fatal, pero sobre todo, el verde del principio, cuando se cruzan todas las líneas de Saul Bass para los créditos, siempre ha estado lleno de un ruido visual molesto...

Y ahora la han restaurado. Magníficamente, como todo el cine de Hitchcock. De hecho, acaba de salir en DVD (no compres la de siempre, sino la que pone: 50 aniversario). Y yo la compré hace un par de días. Y echando la casa por la ventana, decidí que ese iba a ser mi primer Blu-Ray (tengo la Playstation 3 y era el momento de comprarle el mandito para ver las películas).

No tengo mucha fe en un formato nacido en plena transición a "hacerlo todo por ordenador". Pero la realidad es que es endemoniadamente bueno. Pero bueno, bueno.

Y por fin, disfruté como un enano de las escenas en el Monte Rushmore, en donde podemos ver plenamente todo el fotograma, Cary Grant ya no es mofletudo y, sobre todo, en donde el formato de VistaVisión está completo. Los encuadres cambian y la magistral planificación de Hitchcock está en su apogeo.

Otro día hablo de la película, hoy me quedo con la genialidad de poder ver una de mis películas en plenas facultades. Limpita como un espejo y con tres de los mejores actores de la historia compartiendo plano: Cary Grant, Martin Landau y el genuino James Mason.


Da gusto saber que hay equipos de restauración que si trabajan. Esta es la secuencia de los créditos... ¿alguien ve el cameo de Hitchcock? No lo veo muy claro, ejem...


06 diciembre, 2009

De descanso...

Tras dos semanas tan atroces de trabajo (sería hasta vulgar contarlo), me quedan dos días de vacaciones en los que no pienso encender el ordenador. Eso sí, si me conecto solo unos segundos es para que no os perdáis este enlace en donde un buen nutrido grupo de actores representa sus escenas más famosas, pero vestidos de calle y con unos años más. Un enlace realmente genial.

Pillado Vía Menéame

02 diciembre, 2009

Manifiesto "En defensa de los derechos fundamentales en internet"

Saben que estoy especialmente sensibilizado con el tema, por tanto:

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:
  1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
  2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
  3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
  4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
  5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
  6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
  7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
  8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
  9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
  10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.
Si estás de acuerdo, difúndelo en la medida de lo posible.

01 diciembre, 2009

En la muerte de Paul Naschy

Tantas cosas acumuladas para contar y tan poco tiempo en mi vida actual. Y mientras hoy escribía un post sobre otra cosa, suena el teléfono y me comunican la muerte de Paul Naschy.

Y me da una pena terrible, ya que una parte de mi vida estuvo ligada a él. Y tuve la suerte de conocer a los dos, tanto a Paul Naschy como a la persona que se encontraba bajo el seudónimo: Jacinto Molina.

Lo he contado alguna vez en el blog, pero a lo mejor es el momento de recordar a este hombre... posiblemente, la persona más egocéntrica que he conocido. Pero no se confundan, no lo digo en sentido peyorativo. Están los egocéntricos antipáticos, los que se creen que sin su vida, este mundo no tendría sentido y se encargan de que todo Dios lo sepa. Y después están los egocéntricos más simples, los que creen que lo han hecho bien y te venden su película como si fuera una obra maestra, aunque se trate de la que hizo con Piraña y Tito. Y esto me despierta cierta ternura.

Yo trabajaba en Filmoteca Española restaurando películas con Juan Mariné. En los tres años que trabajamos juntos no llegamos a restaurar nada, ni yo ni él, pero conocimos a un montón de gente.

La Filmoteca estaba proyectando un ciclo de Paul Naschy y él estaba dando vueltas por ahí, hablando con quien tuviera dos minutos. Y a mí ya me habían avisado que las conversaciones con Paul Naschy podían ser un poco absurdas.

Lo curioso es que, en realidad, a mí me gusta el cine de Paul Naschy, de la misma manera que me gusta el cine de Ed Wood. Si no te lo tomas demasiado en serio, hasta tiene su gracia. Y lo sé bien porque me tragué todo el ciclo de la Filmoteca. En realidad, nunca faltamos en la sala Paul Naschy y yo. A veces era muy triste entrar en la sala oscura y ver solamente una persona en la sala: el propio autor.

Pero eso fue mucho antes del revival de los últimos años, en los que ha sido considerado una estrella. Estoy contando una historia de principios de los 90, cuando Internet era una leyenda urbana y el DVD no existía. Eso hacía que Naschy fuera producto de cinéfilos que habían oído hablar de "un español que hacía cine de terror en lo 60 y 70".

A lo que íbamos. Era cuestión de tiempo que Naschy entrara en la habitación donde trabajábamos Mariné y yo. Mi jefe, que era muy astuto, se fue enseguida poniendo una excusa digna. Y ahí estábamos Jacinto y yo, frente a frente, cara a cara: ¡los dos espectadores de sus películas!. Y entonces me soltó esa frase que me acompañará el resto de mis días:

Paul: Es triste ver como pasa el tiempo por las películas.
Yo: ...sí...
Paul: Y hablando del tiempo, parece que hoy va a llover.

En fin, esa fue nuestra conversación. A veces me da pena no haber hablado con él acerca de su cine. Yo me lo pierdo... pero sí me llamó la atención que cuando alargó la mano para saludar, al tiempo que yo decía "Sergio, encantado", él decía "Paul Naschy". Quiero decir, se presentaba como Paul Naschy en su vida privada, no como Jacinto Molina.

A Paul Naschy le encantaba contar que un día, a las cinco de la mañana, recibió una llamada de Spielberg pidiéndole una cinta de vídeo con una película suya que le faltaba en su colección. No soy nadie para dudar de esta historia, pero reconozco que me entra la risa tonta. Aunque más gracia me hacía cómo Naschy terminaba esta narración: "Le contesté mal, porque.. ¿a quién se le ocurre llamar a las cinco de la mañana?"

Y tiene alguna película que está realmente bien, sobre todo las dirigidas por Leon Klimovsky. Y es divertido ver estos enlaces en los que cuenta cosas absurdas totalmente en serio (este enlace y sobre todo este otro)... pero lo intrigante, es que él cree que lo que cuenta es maravilloso.

El segundo enlace se merece un análisis de actuación y de guión... "Es una historia de muertos, pero que es tierna porque habla sobre hermanos, aunque se traicionan... es una película impactante y pavorosa". Termina diciendo: "Caminen, caminen acompañados de los muertos que andan solos". Una frase memorable.

Pero con la mano en el corazón, Naschy hacía cine español imposible cuando en nuestras salas los éxitos venían de la mano de paletos y suecas. E ir contracorriente, más en esa época desagradecida del cine español, tiene mucho mérito.

Que descanse en paz, pues, nuestro hombre lobo.