Este señor de la foto es Sergio Leone, que para un servidor, es uno de los más grandes directores de cine de la historia.
Lo conocí tarde porque he desarrollado mi gusto por el western con edad tardía. Vamos a ver, siempre me han gustado las películas de indios y vaqueros, pero no veía más que eso: indios y vaqueros.
Lo conocí tarde porque he desarrollado mi gusto por el western con edad tardía. Vamos a ver, siempre me han gustado las películas de indios y vaqueros, pero no veía más que eso: indios y vaqueros.
A Sergio Leone cuesta más comprenderlo y quererlo que a otros grandes directores de cine y tiene una explicación más que razonable: la tecnología. Porque es fácil ver un Billy Wilder en televisión: su fuerza radica en lo que cuenta, la rapidez de sus diálogos, la mordacidad de sus personajes. Pero en el caso de Leone, la gracia y el verdadero talento de sus películas está en cómo lo cuenta. Y para eso, es necesario (repito porque no es una tontería, es una necesidad fundamental) verlo en el formato adecuado. En el formato rodado.
Y en televisión y en VHS ha sido siempre prácticamente imposible ver las películas de Leone a 2,35:1... bueno, es que en este formato, las bandas negras ocupan un gran porcentaje de la pantalla. Y aquí la tecnología se ha puesto a su favor: hoy las televisiones son panorámicas; el Blu-Ray presenta unas copias más que decentes y si buscamos bien, hay algún DVD extrañamente bien editado (bueno, y hay otros que siguen sin respetar los formatos).
Y para empezar este (prometido hace tres años) comentario sobre Érase una vez en América, hay que decir que la gracia de Leone es que cuenta las cosas muy, muy bien. Y aunque todos los directores actuales se desviven y se les hace la boca agua cuando hablan de la influencia de Leone en su cine, la auténtica realidad es que mantener los planos como lo hacía él, con el tiempo necesario... cuando un personaje espera, el espectador espera con él... cuando el montaje se convierte en el auténtico lenguaje de un cineasta... pues todo eso, hoy, brilla por su ausencia.
Y para empezar este (prometido hace tres años) comentario sobre Érase una vez en América, hay que decir que la gracia de Leone es que cuenta las cosas muy, muy bien. Y aunque todos los directores actuales se desviven y se les hace la boca agua cuando hablan de la influencia de Leone en su cine, la auténtica realidad es que mantener los planos como lo hacía él, con el tiempo necesario... cuando un personaje espera, el espectador espera con él... cuando el montaje se convierte en el auténtico lenguaje de un cineasta... pues todo eso, hoy, brilla por su ausencia.
No digo que las películas de hoy sean malas (Cisne Negro está ahí para recordarnos que en este mismo año se han hecho obras maestras), pero como dijo Robert De Niro una vez sobre su amigo Martin Scorsese: "no sé lo que es, hay películas buenas y después, hay otras con ese algo que las hace superiores".
En segundo lugar, Érase una vez en América, entra dentro de ese terreno pantanoso de las películas que cuesta ver. Yo ya escribí sobre ello en algún post en algún lugar perdido de este blog, pero como Vidas rebeldes, Poltergeist o Il Postino, es de esas películas en que la vida real deja un sabor amargo a sus imágenes. Su particular tragedia.
Sergio Leone, exhausto por un trabajo más que exhaustivo con esta película, comenzó a tener problemas del corazón cuando la Warner reeditó su película para su estreno en EE.UU. Problemas que se fueron complicando (muchos años de trabajo y muchos años de problemas legales) hasta que, finalmente, Leone caía fulminado en el año 89.
Érase una vez en América es, sin lugar a dudas, su mejor película (aunque es difícil escoger entre varias obras tan redondas). El guión se basó en una novela a la que Leone le persiguió la pista varios meses. Cuando la consiguió comprar, pasaron diez largos años de escritura de guión, colaborando con todas las personas que él consideró necesarias (y acreditados al principio de la película ya hay seis o siete). Y cuando lo tuvo todo listo, se sentó en una terraza en Cannes y esperó a que un productor se sentara con él a charlar.
Cuentan las malas lenguas (también lo cuentan los extras del DVD) que Leone le contaba la película a todo el que se sentara allí. Y lo hacía con pelos y señales... y tardaba unas tres horas y media en hacerlo. Y un día, el destino hizo que entre los pelagatos que se sentaban con él, un día lo hiciera un verdadero productor.
Tras rodar la película, el metraje le quedo extremadamente largo. Las personas que han visto el mayor montaje de la película hablan maravillas. Y en gran parte de Europa, la película se estrenó en dos partes con unos ligeros cortes de Leone.
Pero no en EE.UU., que rehicieron completamente el montaje. Eliminaron los cambios en el tiempo y la hicieron lineal. O sea, no empieza con De Niro volviendo a Nueva York, sino con De Niro de niño. En realidad, esto es más burrada de lo que parece, porque todos los elementos están conectados en la historia y no funcionan de forma independiente. Es, valga este símil, como contar Regreso al futuro empezando por 1.955. No tiene sentido.
Como anécdota, en Internet se recalca muchas veces que el que hizo este montaje era el montador de Loca Academia de Policía. Lejos de ser un chiste, efectivamente fue ese montador.
Las peleas verbales y legales de Leone por eliminar esta copia darían para una película maravillosa. La auténtica verdad es que si en EE.UU. se hubiera estrenado desde el principio la copia que conocimos en Europa, Érase una vez en América estaría en todos los libros de cine y se hablaría de ella como hoy hablamos de las películas mayores. Pero no es así.
Las peleas verbales y legales de Leone por eliminar esta copia darían para una película maravillosa. La auténtica verdad es que si en EE.UU. se hubiera estrenado desde el principio la copia que conocimos en Europa, Érase una vez en América estaría en todos los libros de cine y se hablaría de ella como hoy hablamos de las películas mayores. Pero no es así.
Un crítico de cine escribió cuando se estrenó la copia maldita de la película: "es, posiblemente, la peor película del año". El fracaso fue tan estrepitoso, que con ánimo de recuperar algo de dinero, finalmente se estrenó la versión montada por Leone. Y el mismo crítico rehizo su artículo en el periódico: "es, posiblemente, la mejor película de la década".
Pero ya era tarde. Ni Morricone fue nominado por una de las mejores bandas sonoras de la historia (y ese Deborah´s theme) ni nadie logro recuperar el entusiasmo de los americanos por la película. Y ya se sabe, parece que si las películas no entran en SU historia del cine, no existen. Y raramente, Érase una vez en América entra en los montajes de las mejores secuencias del cine en las galas de los Oscar e incluso, a algunos actores les cuesta hablar de ella abiertamente. No así a James Woods, que declara abiertamente en el DVD que es la mejor película en la que ha participado y que el tiempo la pondrá en su sitio.
Para los más perezosos, decir que la película pasa en un vuelo. Cada secuencia, como los buenos libros, tiene un pequeño clímax que te empuja a la siguiente y te deja hundido en tu butaca hasta el final (ese magnífico final). Y en medio, mil detalles, mil historias deliciosas (la historia de amor con Jennifer Connelly es brutalmente bella) que, aunque en principio, como me pasó a mi, decidas ver una parte una noche y la segunda parte, otra... al final el buen cine se impone y la ves de un tirón.
E incluso, hay momentos en los que desearías que fuera más larga. Tantos personajes deambulan por la película, que en muchos casos deseas saber más sobre ellos, como el del policía Aiello (me acuerdo de su nombre porque el actor que lo hace es Danny Aiello). La mafia, para conseguir ciertas cosas sobre este personaje, acude al hospital en donde el policía acaba de ser padre por quinta vez (pero este vez, es diferente, es su primer hijo varón). Y cambian a todos los bebés de cuna, de forma que ningún padre sabe cuál es su hijo de verdad. Si esto no es una treta memorable...
De los actores, pues... De Niro en su mejor época, cuando cada papel que hacía era una joya. Y James Woods, que siempre está bien y que en esta película tiene un papel al que agarrarse.
Es la segunda vez que veo Érase una vez en América. Y de repente, ha entrado en mi lista de fundamentales. Es esta y no otras. Y si sólo fueran diez películas (todo un sacrilegio para la historia del cine escoger sólo diez), esta sería una de ellas.
PD: Y aunque Nueva York ha cambiado mucho, mi amigo Julio Rodríguez, fotógrafo al que Dios le dio un ojo clínico fuera de serie, sacó esta foto a finales del año pasado.
sacado de la wiki
ResponderEliminarDuración
322 minutos (versión original)
270 minutos (versión definitiva)
229 minutos (versión Europea)
139 minutos (versión para EEUU)
Pues entre la versión original y la de EE.UU. hay la friolera de 183 minutos... 3 horitas de película de diferencia.
ResponderEliminarEsta peli la vi siendo un niñato y recuerdo que me impactó. En VHS. Siempre he querido revisionarla. Alguna vez me la he cruzado por medio pero me he negado a verla empezada.
ResponderEliminarY ahora que he leído este post me han entrado unas ganas terribles de ver como minimo la de 270 minutos.
La foto del puente de Manhattan: tengo una por cada visita a Nueva York. Una pequeña tradición como otra cualquiera.
La vi en su momento en el cine y años después en la tele. Me parece una peli magnífica pero bastante violenta,me fascina la secuencia en la que él espía a la chica mientras baila ballet.
ResponderEliminarAh y como Julio, salgo corriendo a revisarla.
ResponderEliminarCisne negro no es una obra maestra, le sobra grima innecesaria, o lo que es lo mismo, darrenaranofskismo. La única gran obra maestra de este año es La red social. Al tiempo.
ResponderEliminarY dile a tu amigo que no sea tan restrictivo con las licencias de sus fotos.
Salu2.
Lo siento cisne negro es de lo mejor del año. La he visto ya tres veces y me sigue fascinando.
ResponderEliminarEso si, hay que verla en vo.
Respecto de erase una vez en america me la acabo de comprar por que mi unico recuerdo de ella es de una vez que telecinco emitio la version integra en dos dias y cada 10 minutos salian las mamachicho anunciando tutti frutti y como comprendereis esa no es manera de ver una pelicula.
Qué gran película. Cómo he disfrutado leyendo las anécdotas que incluyes.
ResponderEliminarPrecisamente hace unos días incluí en el "feiss" el diálogo entre Fat Moe y Noodles. Esa lacónica respuesta: "acostarme temprano".
Pues nada, que hay que volver a echársela al coleto.
Un saludo cinéfilo.
keep posting like this it’s really very good idea, you are awesome!
ResponderEliminarpaxil
Es curioso que dos de los mejores directores de la historia del cine (al menos para mí), como Sergio Leone y David Lean, tan aficionados al formato Scope, se vieran forzados a rodar sus últimas películas (Erase una vez en América y Pasaje a la India, ambas de 1984) en panorámico estándar en vez de a 2,35:1. Supongo que para evitar las mutilaciones propias del Pan&Scan de los VHS. Una pena.
ResponderEliminarPor cierto, enhorabuena por el blog, es genial.
ESTA ES LA PELICULA DE MI VIDA. Que mas decir? Y Leone mi director favorito.
ResponderEliminarPor cierto, alguna vez lei que la peli no aspiraba a Oscars por algun problema formal en el envio de las candidaturas..
un abrazo
Acabo de ver la edición íntegra de la película y tengo que decir que a pesar de su largo metraje no le sobra absolutamente nada, es más, creo que todas las escenas añadidas son imprescindibles para comprender otras que en la edición europea se quedan algo cojas a pesar de aún así, ser una de las mejore películas de la historia del cine. No sé si a estas alturas ya la has conseguido ver, pero si no es así con mucho gusto te hago llegar una copia. Un saludo.
ResponderEliminarQuiero comprar la versión 270 minutos cuanto
EliminarEn los primeros veinte minutos del metraje... Noodles regresa a NY, cuando ya es mayor,... encuentra a Moe, en su eterno restaurante judío... Tras una predecesora llamada telefónica que realiza De Niro a través de una cabina situada frente al bar,... Moe, cierra el bar, y abre la puerta trasera para que Noodles pueda entrar; un frio saludo... y éste le pide a Moe que le invite a una copa. Ambos se sientan en una mesa y comienza en un dialogo en el que se ve una botella de wiski "JB"... una conversación ininterrumpida ....peeeeeero... si bien en un corte se ve a ambos antiguos amigos sentados uno frente a otro,...y la botella de licor...........cuando se hace un contraplano para ver el rostro de Moe cuando le replica Noodles....la puta botella.....la puta botella, está en la mesa....pero con la etiqueta dada la vuelta!!!....lo que impepinablemente indica que la secuencia, una secuencia única...fue grabada en varias tomas, haciéndolo palpable al espectador....rompiendo así la magia, cojones.
ResponderEliminarCómo es posible, que un director cuya característica principal sea su meticulosidad y exigencia... caiga en tan terrible error?....por qué?....por qué?....por qué?. Tan nimio detalle me jode soberanamente hasta tal punto que no pueda olvidarlo......... no es posible que una obra maestra.... ...perfecta catalogada por tantos entendidos..................no lo sea....joder. Los detalles lo hacen todo.
Aún así.... reconozco, que no hay nada que haya visto... que supere las sensaciones que me causó ver, para mí, la mejor historia narrada.
Carlos Alonso Cortijo, creo que tienes un problema mental muy serio. Háztelo mirar.
ResponderEliminarQué máquina eres Estéfano... qué sensibilidad la tuya para detectar problemas mentales en la gente... y cuánta razón tienes... gooordo, pero bien gordo. Lo malo es que no hay cura.
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