29 enero, 2011

Ha nacido una estrella, de George Cukor

Y aquí está la foto.

En ella, uno de los momentos más felices en la carrera de Judy Garland, en la película Vicki Lester, recoge su merecido Oscar. Pero su mentor y marido, James Mason, colocado como una cuba, también sube al escenario y dice unas cuantas estupideces. Y cuando parece que el espectador ya ha sufrido este terrible momento, sin querer, Mason golpea a su mujer delante de la creme de la creme de Hollywood.

Esta es una de esas escenas que se queda contigo para siempre. Sin embargo, yo no recordaba que Ha nacido una estrella fuera tan buena como es. Posiblemente porque la vi una vez, en versión española, en 4:3 y en una copia barata. El DVD que vi ayer estaba restaurado, en versión original, en Cinemascope y en fantástico color... y con cuarenta minutos más de metraje.

No es moco de pavo: ¡42 minutos más! Las secuencias no están completas, pero el audio se localizó, algunas fotos y... tachán... la película adquiere una dimensión completamente inusitada. Una obra maestra del cine.

Y es que a Cukor, por mucho que defendiera el sistema de estudios, aquí le hicieron una jugada. Y la Garland le robaron el Oscar de verdad, porque está fantástica. Dicen las noticias de la época que, efectivamente, se lo robaron. La ganadora, Grace Kelly, lo hizo con seis votos de diferencia. Pero claro, aquí entran más datos: a la Garland ya la habían echado de un estudio por sus problemas con las pastillas, el alcohol y las drogas.

Pero es injusto calificar a una actriz por su vida privada, porque cuentan los que compartieron escenario con ella que, estuviera como estuviera, cuando el director decía "acción", ella se transformaba en su personaje y todos sus depresiones y miserias desaparecían al instante. Y aunque todavía tenía algo más de 30 años cuando hizo esta película, hay escenas en las que podría ser mi madre... porque la auténtica realidad es que la Garland acusaba en su cara su vida privada.

Y por mucho que ella confesara ante la televisión que todo lo que se decía sobre su vida privada eran tonterías, no hay más que ver la cara con la que lo dice: aquí.

Pero algo debía tener que hasta el mismo James Mason sucumbió a sus encantos, conservando una amistad para toda la vida. Fue él el que redactó unas palabras en su funeral (aunque la idea original es que lo hiciera Micky Rooney, pero estaba demasiado destrozado).

Pero James Mason no es el coprotagonista de la película. En realidad, en muchos momentos, la película es completamente suya. No hace, por poner un ejemplo cruel, como Peppard en Desayuno con diamantes, que tiene un papel espléndido pero él parece pasar por la película sin pena ni gloria. Y por supuesto, la Hepburn se lo come con papas. No. Aquí Mason está brillante en lo que es uno de los mejores papeles de su vida (y eso es mucho decir). Ya decían en La Soga, de Hitchcock, "James Mason podría hacer de villano a la perfección", aunque el director inglés lo convertiría en malo, oficialmente, unos cuantos años más tarde en Con la muerte en los talones.

Y de Cukor que podría decir: que es uno de esos genios que la historia del cine trata más o menos bien. En sus palabras, y como siempre, en una entrevista a Peter Bogdanovich, Cukor decía: "Que cortaran la película fue una verdadera injusticia para Judy Garland. A lo mejor por eso, no ganó el Oscar. Todos hemos tenido tropiezos alguna vez".

Pero es que a Cukor había que conocerlo. Nunca hablaba mal de nadie ("es de mala educación"), le gustaba el sistema de estudios ("siempre había trabajo y sabías de donde venía el dinero") y le hacía gracia esa coletilla de "director de mujeres". Lo único que no le gustaba, en los últimos años de su vida, era que le preguntaran por la historia de Lo que el viento se llevó: "Si, creo que me apartaron. Sin más. No hay explicación y tampoco recuerdo nada. Quiero decir, eso pasaba todos los días en el proceso de hacer películas. Entonces un compañero tuyo cogía el rodaje y tú le pasabas toda la información que habías recopilado. Era simple. Funcionábamos así. Y sí, ayudé a Vivien en su papel aunque no fuera director. Era amiga mía."

La Garland, el Sr. Mason y el Sr. Cukor. Tres personas que, en palabras del personaje de Mason en la película, tenían ese "nosequé" que diferencia a la gente de las estrellas:


25 enero, 2011

De Oscars e Iglesias

No iba a escribir nada en dos o tres días más... pero es que hoy están ocurriendo demasiadas cosas. Hace dos minutos acaban de anunciar las nominaciones a los Oscars, con Bardem incluido y un quinteto de bandas sonoras muy interesante. En cinco minutos no me ha dado tiempo de hacer un análisis exhaustivo, aunque dentro de un ratito, todos los periódicos hablarán de Toy Story 3 y su doble nominación a mejor película animada y a mejor película (y punto).

Pero el asunto del día está en España y la dimisión de Alex de la Iglesia como presidente de la Academia por el tema de la ley Sinde. Ya saben que yo soy de los que considero que bajarse las películas de Internet es un delito que debe ser controlado de alguna forma, pero que a día de hoy es la única solución posible ante un mercado completamente anticuado, desfasado, absurdo y desproporcionadamente caro.

Yo sé que el último párrafo que he escrito es demagogo y una de los argumentos más trillados estos días, por eso, me gustaría establecerlo en otros términos: desde que la crisis se estableció en nuestro país (para quedarse unos años) se considera un chollo tener una nómina de 1000 euros (lo que hace pocos años llamábamos de forma despectiva "mileurista"). Partiendo de esa nómina y estableciendo 20 euros como precio medio de un DVD, un trabajador debe pagar un 2% de su nómina por una sola película.

Un 2% del sueldo.

Lo malo es que si quiere bajarsela de la web, sin soporte físico, sin libreto, sin distribución... vamos, la peli sin extras, a palo seco, en muchos casos con un sólo canal de audio en español y sin subtítulos, cuesta casi lo mismo. Precios no competitivos, o dicho de otra forma, precios de mierda.

Alex de la Iglesia dimite porque se ha encontrado la verdad de frente. No tiene nada que ver con la ley Sinde, ni con las descargas, ni con ser español... tiene que ver con creer que existe el diálogo, con creer que había posibilidad de escape y que los políticos eran personas fiables. Y es que tengo dos cosas claras: los políticos son escoria barata, putas de corbata que han conseguido meter mano en todos los rincones de la sociedad para convertirlo en algo putrefacto. Y en segundo lugar, que es difícil encontrar a alguien con la integridad de Alex. Amigo, sal de allí lo antes posible, que esas cosas se contagian...

PD: Y como anunciaba hace unos meses, la canción I see the light está nominada y se va abriendo camino al Oscar. Y yo podré gritar: LO DIJE HACE UN MONTÓN DE TIEMPO... y podré enseñar el post y estar orgulloso y todo eso... Hum... uno, que es feliz con cosas pequeñitas.

17 enero, 2011

Comienza la temporada de premios: los Golden Globe 2011

Ni tú ni yo nos tomamos demasiado en serio los Golden Globe. Nunca lo hemos hecho... pero la auténtica realidad es que marca el comienzo de la época de premios. Y ya sabemos lo que nos gusta una gala de entrega de premios.

La prensa hoy decía lo de "antesala de los Oscars" y lo de "son muy pocos los que votan y nadie sabe demasiado sobre esa asociación de periodistas extranjeros", aunque este año ha llamado la atención lo de "se compran los votos" (hace años ya salió un escándalo parecido cuando las grandes distribuidoras, además de mandar los DVD para que los miembros de la prensa extranjera vieran las películas, mandaban cajitas con Rolex de oro).

Pero con estas cosas me confieso: me da exactamente igual porque entre otras cosas, me importa un bledo quien gane. Me lo paso bien cuando gana uno que adoro, pero me lo paso igual de bien cuando les insulto porque gana Pía Zadora (que les aseguro que un año ganó el premio a mejor actriz). De hecho, que sobornen e intenten conseguir un premio a toda costa es lo que hace que Hollywood sea tan maravilloso: un mundo de tramposos que se dedica a contar cuentos como negocio de vida.

Y sí, este año no ha ganado Origen y se ha llevado su globito la hermosa Natalie Portman y el adorado (por toda mi familia, incluida mujer, hermana y sobrina) Colin Firth. De todas maneras, para un análisis de los resultados, pueden consultar otra web o ver los premios aquí. Yo voy a hablar de la gala, que es lo que ahora me llama la atención:

Deberíamos rescatar tres o cuatro momentos de antología en lo que la prensa ha denominado un coñazo y yo llamo "una auténtica pasada". Y lo digo como lo siento, porque mi héroe y presentador de la gala, el gran Ricky Gervais, ha causado auténtico malestar en la prensa. Y yo me parto de risa.

Quiero decir, si contratas a Gervais, que ya amenazaba en sus promos que lo mejor era "que podía hacer lo que quisiera porque era en directo y la gente puede beber", es porque quieres arriesgarte. Y Gervais, que no es políticamente correcto, hizo un espectáculo de las miserias del cine. De hecho, si quieren que les diga la verdad, cada vez que hacía un chiste y en vez de risas se oía un silencio incómodo o un "Ohhhhh" entre el público, más me encogía de risa delante del ordenador.



Un genio. Y ya saben que mi aprecio por lo políticamente incorrecto es desproporcionado. Sin embargo, aunque fuera terriblemente divertido, debo decir que posiblemente sea una pasada porque ya no estamos acostumbrados a ese humor: tengo un DVD en casa de un espectáculo en directo de Richard Pryor que es infinitamente más perverso... o incluso, el de hace veinte años de Eddy Murphy. Pero las cosas han cambiado tanto, que un espectáculo de Lenny Bruce hoy sería impensable...

... hasta que apareció Gervais con comentarios tan sibilinos como recitar las películas del año en tres dimensiones en contraposición a la falta de dimensión de los personajes de El turista (con Angelia Jolie y Johnny Depp, que por lo visto se llevan fatal, de frente) o comenzar su monólogo con el reciente escándalo de Charlie Sheen contado al detalle.

Me encanta sentir vergüenza ajena de calidad. Gervais es único. Un genio. Dios.



Pero claro, no faltaron los momentos emotivos y entre todos los premios de Glee, me quedo con este, sobre todo, por los contraplanos de sus compañeros de trabajo, emocionados con este premio. El chaval, de verdad, se lo merece:


10 enero, 2011

Con cariño, Juan Piquer Simón

A veces, me impresionan mucho las nimiedades. Pequeñas tonterías. Comparaciones absurdas... pero yo voy a hacer una: me indigna que todos los periódicos hablen de la muerte de Juanito Navarro y no digan nada de la muerte de Juan Piquer, producida hace muy pocos días.

No digo yo, ni de lejos, que Juan Piquer Simón sea uno de los mejores directores del cine español. Pero en su propio género, era un tipo legendario. Y cuando en España el cine se dividía en "tipas en bolas delante de un espejo", "tipos españolitos detrás de suecas" y un par de obras maestras en medio, de gente como Saura o Erice, también se estrenaban peliculitas de aventuras de Juan Piquer como Mil gritos tiene la noche, Slugs-Muerte viscosa o mi adoraba SuperSonicMan.

Los últimos años activos de Juan Piquer estuvieron asociados a la fotografía de Juan Mariné (jefe mío en Filmoteca Española) y por tanto, viví muy de cerca esa relación de amor-odio que se tenían. Por otra parte, descubrí al verdadero Piquer, que estaba más cerca de ser un pirata del cine que un auténtico cineasta: "Ah, que en EE.UU. se ha estrenado Superman y tiene mucho éxito, pues yo me invento un superhéroe de rojo y azul, igualito, que vuela igual y que viene del espacio..." En eso, Piquer era un poco como Tony Leblanc en El Astronauta: "un cohete: le pongo un contrachapado y unos propergoles y chupinazo a la Luna".

Piquer tenía su propio estudio y su propio personal en nómina, lo cual era rarísimo en España. Y como buen pirata, cuando rodaban, tenía a su gente horas y horas montando extraños decorados y caretas de cartón piedra. A veces, las cosas salían tan mal y tan cutres, como en Misterio en la Islas de los Monstruos, que tenían que darle un giro de última hora al guión: "Vale, vamos a hacer que los monstruos sean personas con careta. Así la gente no se asombrará de lo mal que nos ha salido".

Pero dentro de esa labor artesana y pícara, se escondía el cine de aventuras perfecto para los salones de actos de los colegios, para las tardes del sábado o para los cines con encanto.

Podríamos decir que con Juan Piquer Simón se va una generación de cineastas, pero sería una mentira tremenda. Era único. Nadie tenía el valor de hacer, conscientemente, el auténtico cine de barrio.

PD: Corría el año 92 y Piquer ya no hacía cine (por lo menos, como director, aunque seguía escribiendo y produciendo cosas) y Mariné y yo nos fuimos a su estudio para hablar con él. Más que un estudio, era una especie de hangar pequeñito, lleno de figuras, trozos de escayola, maquetas y mil cosas arrinconadas a medio hacer. Un buena mente cinéfila podía identificar mil películas en cada uno de esos trozos de cartón. La segunda vez que fuimos, Piquer había limpiado el almacén y lo había tirado todo a la basura.

Aquel fue uno de esos momentos en los que uno se tira de los pelos y piensa: "Yo me lo habría llevado todo como recuerdo". Estoy convencido que, hoy día, con Ebay, Piquer podría haberse hecho de oro vendiendo auténticas babosas de Slugs o el reloj de SuperSonicMan... aquel de "que la fuerza de las galaxias sea conmigo".

Aquí, nuestro superhéroe favorito, levanta un tractor y el coche de los malos explota sin venir a cuento cuando cae por una montaña (y que Mariné elogiara los efectos especiales de esta película es algo que nunca comprenderé):


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Los de CINESHOCK hicieron en su momento un gran video homenaje:


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02 enero, 2011

frikiperopoco: AÑO 2010

Hay tantos resúmenes en Internet y yo soy tan perezoso que voy a resumir mi año en sólo tres elementos: una película española, una película extranjera y un músico.

A primera vista, lo que se me ocurre decir es que este año va a ser un poquito más triste que el año anterior. Se han ido Blake Edwards, Leslie Nielsen, Luis García Berlanga y Antonio Ozores (por decir sólo cuatro).

Y como todos los que os pasais por aquí ya sabeis, mi película del año es The Ghost Writer (El Escritor), que lamentablemente no tiene nada que decir en los Oscars. Además, siendo fieles a la verdad, ni es una película pakistaní, ni de Kiarostami, ni nada de eso, sino un thriller de acción muy, muy bien llevado. Original, con unas actuaciones bestiales, con unos personajes muy potentes (cada uno de ellos merece una película aparte) y sobre todo, con un Polanki en perfecto estado, desengrasado, rápido, muy lúcido.

En el apartado español todo es más complicado. La película de Alex de la Iglesia empieza como un terremoto pero tiene un fallo importante de ritmo a mitad de metraje (¿qué película de Alex no tiene un bajón de ritmo?). En la película de Julio Medem, Habitación en Roma, está bien ver a dos mujeres retozando en la cama todo el rato, pero creo que está muy lejos de ser una buena película. Las dos actrices actúan todo el rato y con esto quiero decir, las veo actuar. Posiblemente sea por culpa de un guión que acumula historias y y tópicos intentando crear el mundo interno de ellas... pero no lo consigue.

Por eso, aquí voy a ser un poco más snob y me voy a quedar con un documental (que vale por cien películas). A muchos les pillará de sorpresa, pero es que este post lo he ido atrasando y se va a quedar como uno de los no escritos). La película del año es, sin duda, María y yo.

María y yo es la historia de dos padres y su hija María, que es autista. Contando esto, parece que nos encontramos con un producto sensiblero, de esos que llega al corazón con los tópicos de siempre. Y no es así. Es un documental inteligente, poco sensiblero, lleno de humor y soluciones visuales. Y tiene esa rara cualidad de algunas películas que, una vez las acabas de ver, se quedan contigo para siempre. Sus imágenes vienen a tu cabeza en algunos momentos imprevistos y esos síntomas son claros: la película te ha impactado más de lo que creías

La historia está basada en un cómic de Miguel Gallardo, que al mismo tiempo es el padre protagonista. Y yo reconozco que la vi porque los padres de María están separados y uno de ellos vive en Gran Canaria. Tan sólo quería ver como retrataban mi isla y, de repente, me encontré con la obra maestra del año.

No se os ocurra perderos esta película: María y yo. Personalmente, la película española del año. Os dejo el trailer:


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Y por último, el año pasado calificaba a Elfman de músico del año, pero en esta temporada ha desaparecido, supongo que devolviendo algo de tiempo a su familia. Los que sigan el mundo de las bandas sonoras saben que es el año de Alexandre Desplat.

Este músico es un currante con todas las de la ley. Saca seis y siete películas al año, pero eso no tendría mérito sin fueran algunas malas... pero es que saca obra maestra tras obra maestra.

Este año, entre otras cosas, ha compuesto la música del último Harry Potter, que es una maravilla; ha compuesto la película de Polanski, El Escritor, que está fuera de toda duda; y por último, mi banda sonora favorita del 2010: El discurso del Rey.

Hay algunas voces que dicen que esta banda sonora tiene posibilidades al Oscar... lo dudo por la persistencia de Zimmer en aparecer en todos los circuitos posibles vendiendo su música para Origen, que también es magnífica... en cualquier caso, yo me quedo con la obra de Desplat.

Vale la pena oír, aunque sea unos segundos, el tema principal de El discurso del Rey:


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