
Y con la paciencia de un santo, he esperado... esperado... esperado... (como los refugiados en Casablanca). Y ayer, en mi paseo habitual por las secciones de DVD de un gran centro comercial, que no nombraré para no dar publicidad, pero que tiene un corte muy inglés, me encontré con la edición de Inglorious Basterds (sin, con la E final), de Tarantino. Y lo que es mejor, también la encontré en Blu-Ray casi al mismo precio. Como la promoción de rebajas es 35% si te compras tres pelis, busque otras dos (en este caso, Pulgarcito, la producción del 58 de George Pal, con Peter Sellers; y Distrito 9, en versión "un montón de extras").
Y por la noche, bien concentrado, puse el Blu-Ray en genuina versión original. Y descubrí lo que ya sabía de antemano: que digan lo que digan, la película de Tarantino muestra lo mejor del cine actual y es una ASOMBROSA y DESLUMBRANTE OBRA MAESTRA DEL CINE.
No hay calificativos para puro arte cinematográfico. Los mil imitadores del estilo de Tarantino, los modernos (los que hicieron Crank, por ejemplo), los que creen que tienen algo que aportar rompiendo las normas... siguen estando a años luz de un tipo que maneja el tiempo cinematográfico como un auténtico Dios. Porque es fácil hablar de la magnífica planificación del director, pero es que además, tiene el valor de mantener los planos hasta que, gente como yo, se derrite en el sofá, saboreando cada secuencia como el culmen de la cinematografía.
Tarantino despierta odios y muchos cinéfilos no lo soportan. Yo soy del bando contrario. Para mí, todo, absolutamente todo lo que ha hecho, es magnífico. Y esta película, concretamente, una de sus obras maestras.
La labor coral de todos los actores no tiene calificativos y la primera secuencia (una larga conversación en una granja francesa) es, por derecho propio, de lo mejor que ha escrito su autor. Y otra vez, mantener en una película de alto presupuesto, con decenas de actores, con un marketing brutal... mantener a dos actores hablando durante más de 10 minutos, en un casi plano-contraplano, y que el espectador vaya encogiéndose cada vez más con las barbaridades que se cuentan y lo espeluznante de la situación es, directamente, maestría en estado puro.
Es, sin duda, la mejor película del año pasado y entra en la lista que publiqué hace unos días.
Yo, que siempre repito una frase de Spielberg de hace unos años en la que decía "Hoy por hoy, el mejor director de cine que hay es Scorsese", la hago mía (y de mi amigo José Antonio, con el que estuve hablando del episodio de Tarantino de Grindhouse) y digo: "Hoy por hoy, nadie tiene la capacidad de escribir y dirigir como Tarantino".
PD: En un mundo justo, esta es la película que debería hacerse con todos los premios. En los Oscars, además del obligado al mejor actor secundario a Christoph Waltz por su personaje de Landa (sencillamente, es un personaje demasiado bien escrito y demasiado bien representado para pasarlo por alto), tendría que ir a premios por película, guión, foto, montaje, actriz secundaria (Melanie Laurent), y por supuesto, a director.
... pero eso sería en un mundo justo.
Y por la noche, bien concentrado, puse el Blu-Ray en genuina versión original. Y descubrí lo que ya sabía de antemano: que digan lo que digan, la película de Tarantino muestra lo mejor del cine actual y es una ASOMBROSA y DESLUMBRANTE OBRA MAESTRA DEL CINE.
No hay calificativos para puro arte cinematográfico. Los mil imitadores del estilo de Tarantino, los modernos (los que hicieron Crank, por ejemplo), los que creen que tienen algo que aportar rompiendo las normas... siguen estando a años luz de un tipo que maneja el tiempo cinematográfico como un auténtico Dios. Porque es fácil hablar de la magnífica planificación del director, pero es que además, tiene el valor de mantener los planos hasta que, gente como yo, se derrite en el sofá, saboreando cada secuencia como el culmen de la cinematografía.
Tarantino despierta odios y muchos cinéfilos no lo soportan. Yo soy del bando contrario. Para mí, todo, absolutamente todo lo que ha hecho, es magnífico. Y esta película, concretamente, una de sus obras maestras.
La labor coral de todos los actores no tiene calificativos y la primera secuencia (una larga conversación en una granja francesa) es, por derecho propio, de lo mejor que ha escrito su autor. Y otra vez, mantener en una película de alto presupuesto, con decenas de actores, con un marketing brutal... mantener a dos actores hablando durante más de 10 minutos, en un casi plano-contraplano, y que el espectador vaya encogiéndose cada vez más con las barbaridades que se cuentan y lo espeluznante de la situación es, directamente, maestría en estado puro.
Es, sin duda, la mejor película del año pasado y entra en la lista que publiqué hace unos días.
Yo, que siempre repito una frase de Spielberg de hace unos años en la que decía "Hoy por hoy, el mejor director de cine que hay es Scorsese", la hago mía (y de mi amigo José Antonio, con el que estuve hablando del episodio de Tarantino de Grindhouse) y digo: "Hoy por hoy, nadie tiene la capacidad de escribir y dirigir como Tarantino".
PD: En un mundo justo, esta es la película que debería hacerse con todos los premios. En los Oscars, además del obligado al mejor actor secundario a Christoph Waltz por su personaje de Landa (sencillamente, es un personaje demasiado bien escrito y demasiado bien representado para pasarlo por alto), tendría que ir a premios por película, guión, foto, montaje, actriz secundaria (Melanie Laurent), y por supuesto, a director.
... pero eso sería en un mundo justo.