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Candice Bergen con 19 añitos |
Estos días ando a la búsqueda de clásicos del cine que por algún motivo no he visto. La aparición por arte de magia de un BluRay con The Sand Pebbles (con una espléndida, espléndida, espléndida copia) me ha brindado la magnífica oportunidad de acercarme a esta película, que en España se llamó El Yangtse en llamas.
En realidad, hace años que le estoy dando vueltas a esta película. El disco con la música de Jerry Goldsmith es uno de mis favoritos. Y hay algunas personas que, como yo, ven las películas exclusivamente por la música que tienen (y por eso he visto Rambo).
Pero desde el principio, sabía que The Sand Pebbles iba a ser diferente. Está dirigida por Robert Wise, que no sólo es el montador de Ciudadano Kane, como le gusta repetir a todo el mundo, sino el director de West Side Story, Sonrisas y Lágrimas, Ultimátum a la tierra y Star Trek, entre otras.
Y para hacer esto un poco corto: The Sand Pebbles es, desde hace una semana, mi película favorita de Robert Wise. Una obra maestra con mayúsculas. Y eso que yo no he sido de películas bélicas ni nada de eso (en realidad, me gustan las películas con plantas que cantan).
Me recuerda a los mejores films de David Lean: superproducción inimaginable y buenos personajes en una mezcla casi perfecta. Y es que llama la atención el movimiento de masas, de decorados desmesurados, de miles de personas en plano. Son cosas que hoy en día no se ven porque realmente son irrepetibles (y costosísimas, porque esas personas tienen su vestuario, su paga y su comida. Hoy se sustituyen por muñequitos virtuales).
La edición viene con buenos documentales en donde nos cuentan desde la construcción del barco hasta la mala leche que tenía Steve McQueen, auténtico protagonista de la película (menos cuando sale en plano con Richard Creena, que se come a todo el que comparte pantalla con él). Y nunca el amaneramiento actoral de Richard Attenborough estuvo más justificado.
Y una joven Candice Bergen con cara de mosquita muerta. Ahora, casi cincuenta años más tarde, es muchísimo más guapa (lo que seguramente me convierte en un depravado. Nada nuevo). Y que voy a decir de Goldsmith y una de sus obras maestras... bueno sí, que he tenido la suerte de escuchar esta pieza en directo, hace años, bajo su propia batuta.
Una última curiosidad: The Sand Pebbles fue siempre un proyecto deseado por Robert Wise (hasta el punto que cada año, hasta su reciente muerte, celebraba una fiesta homenaje con el equipo de la película). Pero el rodaje fue infernal y la preproducción complejísima. De hecho fue tan complejo, que mientras preparaban guión y construían el barco para la película, el productor le propuso a Wise rodar una peliculita para mitigar la espera: Sonrisas y Lágrimas (The Sound of Music).
El productor, Zanuck Jr., comenta que sólo ha vivido dos experiencias terribles en un rodaje: The Sand Pebbles y Jaws (Tiburón). La primera por logística y la segunda, porque el bicho del título no funcionaba.
Aquí, el trailer:
PD: Estos días he podido disfrutar de un magnífico concierto de música de cine en el marco del Festival de Las Palmas de Gran Canaria. Con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, se agradece que el repertorio fuera innovador: una primera parte dedicada a Umebayashi y una segunda parte dedicada enteramente a El Perfume (lo cual me hace feliz porque creo que una de las bandas sonoras más brillantes de los últimos años).
Y como soy un parásito social, grabé un par de minutos del concierto en el móvil... para vosotros: