Soy Pia Zadora y tengo un Globo de Oro |
La verdad es que los Globos de Oro no tienen encanto. Ves a todas las estrellas de Hollywood recién cenados, con la sonrisa del vino puesta y para colmo, no tiene números musicales ni montajes espectaculares. Para más Inri, este año no contaba con Ricky Gervais. Y sin embargo, vi la gala enterita y arrastro el cansancio toda la semana.
Me gusta (y mucho) Tina Fey como presentadora pero el listón estaba demasiado alto. Salvo algunos momentos puntuales y algunos premios sorprendentemente bien dados, la gala fue rutinaria. El problema de estos premios es que siempre arrastrarán la fama de la compra-venta y la de haber dado un premio a Pia Zadora en los 80 gracias a los generosos cheques de su entonces marido.
Y lo peor es que sigue acarreando vicios del pasado como, oh Dios, sacar a Mister y Miss Golden Globe, o sea, escogen dos hijos de famosos para salir al escenario unos segundos y sonreír mientras todo Hollywood les mira y les aplaude. Este año eran la hija de Clint Eastwood y el hijo de Michael J. Fox. Lo dicho, la peor pesadilla para un jovencito (y para el espectador, que se hunde en la butaca con esa vergüenza ajena que tanto duele).
Eso sí, que Ben Affleck ganara el Golden Globe al mejor director y que contra todo pronóstico, Mychael Danna se hiciera con el premio a la banda sonora (por la maravillosa música de La Vida de Pi, a la que estoy muy enganchado estos días) demuestran un pequeño proceso de rejuvenecimiento de los menospreciados premios.
Y Hugh Jackman. Y Anne Hathaway recogiendo el premio y centrando su discurso en lo magnífica que es su contrincante Sally Field y nombrando The Flying Nun. Pues eso, todo lo rutinaria que sea pero me lo pasé como un enano.
Sobre La Ventana Indiscreta
Fotaza |
El sábado pasado empecé con el ciclo de clásicos del cine con mi hija de nueve años, que espero que dure, por lo menos, un lustro. Es un buen momento para ver las películas desde los ojos de mi hija y además, tener la posibilidad de comentarlas con alguien que no está viciado. O sea, que lo hago para que ella tenga la oportunidad de ver algo que ya no es común en la televisión pero que aprovecho personalmente para releer parte de la Historia del Cine.
Las películas escogidas son de fácil lectura y entendimiento (o sea, no le voy a poner Todos los hombres del Presidente).
La película la vimos con una pequeña pausa en medio. En ese momento, tuve que contarle a mi hija las diferencias de ritmo con las películas actuales, porque seamos realistas (y ya lo expliqué en un post hace unos años): a ojos de un niño no podemos competir con robots gigantes que vienen del espacio y rompen, literalmente, Nueva York. El cine, como la música, como todo lo relacionado con el arte, es un proceso educativo que se tiene que aprender.
Y La Ventana Indiscreta tarda en arrancar. Desde mi perspectiva es un placer meterme en la vida de todos esos vecinos que ya tenía olvidados (Miss Torso, el compositor, Corazón Solitario...), pero para ella, no estaba pasando nada. O por lo menos, eso es lo que ella creía.
Sin embargo, en la segunda parte, su cara cambió. No está acostumbrada a pasarse una hora conociendo personajes, porque en las películas actuales no existen o son de cartón. Y no sabía que una vez que los conoces, cualquier pequeño acontecimiento que les ocurra te afecta directamente. Y es entonces cuando te das cuenta de que el cine bien realizado esta hecho de otra pasta.
Porque cuando la espectacular Grace Kelly y la maravillosa Thelma Ritter se involucran en la historia del posible asesinato, la película ya tiene completamente agarrado al espectador. Y el crescendo climático es tan absolutamente brutal que mi hija ya estaba nerviosa sobre el sofá, con los ojos como platos. Estoy hablando de Grace Kelly poniéndose la alianza de la mujer de Raymond Burr, del asesino mirando directamente a Stewart (directamente a cámara, al espectador) y el momento tan hichcockniano de James Stewart esperando que Burr le ataque en su propia casa mientras se oyen las pisadas del rellano.
En definitiva, un pequeño éxito. Irene tardó en entrar pero, tal y como deben ser las cosas, está tardando en salir, porque tras cuatro días, la película sigue colándose en sus conversaciones diarias. O sea, La Ventana Indiscreta no es una película de ver y olvidar, que es a lo que está acostumbrada.
Y después, hizo su pequeña investigación en IMDB y me sorprendió: "¿Sabes que el compositor es un compositor de verdad y es el creador de Alvin y las Ardillas?"
La semana que viene dejo descansar a Hitchcock por un tiempo y nos metemos en Con faldas y a lo loco. Las primeras son fáciles de escoger, pero ya veremos dentro de un año...