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Seth con Looper y Potter |
La elección de Seth
Macfarlane como maestro de ceremonias, en principio, era bastante misteriosa. Es un cómico que se prodiga
poco en público y que algunos identificamos como alguien importante detrás de
las cámaras, nunca delante. Y a pesar de las críticas que le han llovido y de
su negativa a volver a presentar los Oscars “de ninguna manera”, estuvo realmente simpático.
Sus gags eran directos,
muy rápidos y en algunos casos, ciertamente duros (“Argo” se basó en una
historia tan secreta que incluso su director es un desconocido para la Academia”).
Tras unos
años de caída vertiginosa de audiencia, resulta que EE.UU. la gala ha sido un completo éxito
y la cadena de televisión está encantada con el acontecimiento. La crítica ha sido dura
con el evento (sobre todo fuera de EE.UU. En lugares como España ha sido
calificada como un evento “demasiado musical” quizá acostumbrados a otro tipo
de galas...). Quizá por todo esto, para mi ha sido uno
de los mejores años que han presenciado mis juveniles y joviales ojos.
A mi parecer, hay unos
cuantos momentos sublimes:
1.- Tras un montaje
bastante penoso e irritante de los 50 años de James Bond (lleno de circulitos,
colores y sobre todo, sin ningún sentido) apareció Shirley Bassey, con todos
sus años y su movimiento de manos hipnótico cantando un Goldfinger, en riguroso directo,
espectacular.
2.- Chicago, DreamGirls y
Les Miserables… pues que les voy a contar, a cada cual mejor. Posiblemente, el
corte que más me gustó fue el de Chicago con una Catherine Z. Jones
absolutamente espectacular en el baile y en la voz. Anne Hathaway,
por su parte, tenía la voz temblorosa e intentó dar unas notas a las que, ciertamente, no llegaba
(chica, cada persona tiene su registro y no te debes saltar el tuyo).
3.- Adele. Es un auténtico
placer verla cantar y además está insultantemente guapa para lo gordita que está.
Tiene el aura de las grandes estrellas, con ese estilo demodé tan particular. Sin
embargo, el ingeniero de sonido no estuvo fino con ella y se oía mucho más
alta la música que la voz, dejando su actuación como algo correcto… pero
bien nivelado podría haber sido lo mejor de la noche.
4.- In Memoriam y la Streisand. Lo
mejor de la noche. Con Barbra
en directo es probable que se te ponga la piel de gallina. Con Barbra en
directo cantando The Way we were es probable que te den ganas de llorar. Con Barbra
en directo recordando emocionada a Marvin Hamlisch es probable que la imagen se
te clave en el cerebro y no abandone nunca.
5.- La magia está en los
detalles: Las frases de Macfarlane, la rapidez de la entrega de premios, la música
de Tiburón para echar a los premiados que hablan demasiado, la naturalidad de
Jennifer Lawrence (“estáis de pie porque os doy pena porque me he caído”)...
¿Vale la pena sufrir toda
la semana con el horario cambiado?
Por supuesto. Y más en un
año como este en el que, para un servidor, ha sido la mejor gala posible.
PD: Los premios bien
repartidos. Me gusta que no haya una clara ganadora porque, entre otras cosas,
ha sido un año de cine fantástico. No había una película de esas que arrasan,
pero a cambio, hemos tenido veinte películas que realmente valen la pena. Yo cruzaba los
dedos para que el año que viene volvamos a disfrutar de un período tan
intenso como este.
PD2: Unos estudiantes han presentado este montaje celebrando los 50 años de Bond. Y esto, amigos, si es un homenaje de verdad: