
Ayer por la noche pude ver 12 monos. No es una película que me llame excesivamente la atención (la había visto en su estreno, hace casi dos décadas, y no la había vuelto a ver, aunque curiosamente, recordaba algunas cosas). Siempre he creído que Terry Gilliam es un gran creador de imágenes, pero cuando las pone todas juntas, como película, tiene pequeños problemas de conexión y ritmo. Mucha gente no está de acuerdo conmigo y probablemente tengan razón. De lo que no cabe duda es que Terry Gilliam tiene la suficiente personalidad como para tenerle en cuenta.
Y como esperaba, 12 monos está bien, sin ser nada del otro mundo (sigo prefiriendo Brazil)... pero... ay... el DVD venía con sorpresa. La primera (mala noticia) es que no tiene subtítulos en español, pero la vi en versión original con subtítulos en inglés y no tiene pérdida... pero la segunda sorpresa (más que grata) es el documental del making of.
Terry Gilliam ha tenido tantos problemas con sus producciones que hace años decidió contratar un equipo de profesionales para grabar todo el proceso creativo de hacer una película: desde el principio hasta el final.
Esa estrategia ha dado lugar a una obra maestra del cine Lost in La Mancha, película que, incluso Johnny Depp considera entre los mejores trabajos en los que ha participado. Este documental, que en principio iba a ser un making of tradicional se convirtió en el ojo que veía como una película se iba al traste por problemas cada vez más gordos de producción. Un retrato cruel de la realidad de la producción de cine: problemas, problemas y problemas (y sigue siendo muy duro oír a Terry Gilliam hablar a la cámara mientras su proyecto se desmorona).
Hoy por hoy, Terry Gilliam parece que vuelve a poner en marcha el proyecto de Don Quijote. Bien para él, pero que lo grabe... que a lo mejor tenemos segunda parte del documental (algo pionero).
Sigo con 12 monos. Que nadie se lleve a engaño: no es un making of publicitario, es un verdadero trabajo sobre cómo se hacen las películas. Se llama El factor hámster y otras historias. Su nombre se debe a un sencillo plano en el que Bruce Willis se está haciendo un análisis de sangre y de fondo, en pequeñito, se ve un hámster dando vueltas dentro de una ruedita. Pero este sencillo plano se tardó un día entero en rodar porque el ratoncito no se quería mover. A partir de ese momento, cada vez que Gilliam complicaba artísticamente un plano, el equipo denominaba ese algo más como "el factor hámster".
De 90 minutos de duración, esta escondida sorpresa del DVD es, con diferencia, mucho mejor que la película. Nunca antes había visto con tanta precisión el trabajo de montaje (en moviola, con el montador y el director discutiendo los planos), ni las indecisiones del director en pleno rodaje ("ya ni siquiera sé que tengo que rodar. Estoy perdido. A lo mejor no soy el director indicado para esta película").
Una maravilla.
Por otra parte, gracias a Sergio Hardasmal, he descubierto unos vídeos en Youtube sobre otro mono popular: el del Monkey Island. Dejo dos vídeos cortitos con un tiparraco que toca la música de Michael Land para el juego. Si no la conoces, no vale la pena que lo escuches... pero si eres de mi generación, se te va a poner la piel de gallina.
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