 |
"Me dejé la Fuerza en casa, pero puedo poner una pose chula para la foto. Molo, ¿no?" |
Aprovechando su salida en BluRay, he visto las seis películas de la saga galáctica en el orden impuesto por Lucas, o sea, he empezado por el Episodio I (La Amenaza Fantasma) y he terminado con el Episodio VI (El Retorno del Jedi).
Y me he sorprendido gratamente. En primer lugar porque me lo he pasado como un enano viendo las seis películas. Para ser claros, ni las tres primeras son tan malas ni las tres últimas son tan buenas (aunque conservan la magia de antaño).
Los cambios realizados por Lucas son bastante llamativos, pero una vez metidos en la historia, que salga un muñeco más o menos de fondo, pues sinceramente, no me molesta. Los cambios brutales, ya que hacía años que no veía la película y se han acumulado dos o tres versiones que no había visto, están concentrados en El retorno del Jedi, que para mí, es la más flojita de las seis películas (o por decirlo de otra forma, con la que menos me divierto). Y son cambios muy, muy malos: desde el número musical en el palacio de Jabba, que ahora es horrendo, pasando por la celebración de la victoria final, que ahora es completamente diferente, o el famoso “Nooo” de Vader, que no sólo es innecesario sino que, su silencio en aquella secuencia, era magnífico.
Por punto, cosas que me han gustado y cosas que no me han gustado:
La imagen:
He leído por ahí que el BluRay de StarWars no era un prodigio en cuanto a imagen y sonido. Error. Es difícil encontrarse ese nivel de detalles, de contraste, de claridad. Otra cosa es que, con buen criterio, hayan dejado alguna deformación de la película original, sobre todo, en los tonos azulados del comienzo de El imperio Contraataca. Eran así en origen y son así ahora. Una restauración fílmica nunca, nunca, nunca se hace para mejorar una película; se hace para poder ver la película tal y como se vio el día de su estreno. Ni más, ni menos.
El Guión:
La historia es muy buena. Desde las maquinaciones (complejas, complejísimas de entender) de Palpatine hasta el desenlace final. Noto cierto cansancio en la historia del Episodio VI, cuando en realidad, se trata de hacer exactamente lo mismo que en el Episodio IV (o sea, destruir la Estrella de la Muerte) pero con más medios tecnológicos.
Pero que la historia sea buena no significa que los diálogos también lo sean. En este punto, sólo se salvan los dos últimos episodios (que son los firmados con Lawrence Kasdan y que tienen diálogos absolutamente memorables).
En las cuatro restantes, hay diálogos firmados por Lucas que dan vergüenza ajena. Desde Natalie Portman confirmando su embarazo con la frase: “Algo maravilloso ha ocurrido” hasta las frases de Anakin para mostrar que Obi Wan le frena en su ascenso, “Todo es culpa de Obi Wan”. Pero sin dudarlo, la frase y la situación más ridícula la encuentro en la película original, en La Guerra de las Galaxias. Les aseguro que fue tal mi ataque de risa al escucharla que tuve que ver la secuencia un par de veces.
La situación es la siguiente: el Imperio está buscando los dos androides en Tatooine (un gran planeta desértico) porque tienen los planos de la Estrella de la muerte. Y en un momento dado, en pleno desierto, un soldado imperial se agacha y recoge una arandela metálica y dice: “Los droides han pasado por aquí”. Hombre, no. No me creo que C3PO y R2D2 vayan perdiendo arandelas por el desierto y menos que las encuentren los soldados imperiales en mitad de una duna.
En definitiva
George Lucas es la mente detrás de esto. Da rabia que sea tan grande para crear este Universo del que todos bebemos, plasmado en la pantalla por lo mejor de Hollywood, y sin embargo, tan corto de miras para no rodearse de un guionista de altura.
Asimismo, da rabia ver lo lejos que podía haber llegado con el personaje de Liam Neesom, que es buenísimo y lo mata al final del Episodio I.
Y por último, el director de cine, que en otro tiempo tenía pulso con la cámara, ahora muestra las escenas en planos medios, sin atisbo de creatividad narrativa. Nada que ver con el tour de force de Irvin Kershner en El Imperio Contraataca (hoy por hoy, la mejor película de las seis).
Terrible Jar-Jar, pero eso lo sabemos todos.
Pero lo peor es que con tanto esfuerzo por unir las seis películas, cuando las ves seguidas, te das cuenta de las mil y una lagunas que han quedado en el mar de nadie. Por ejemplo, la presentación de Yoda en el Episodio V es cómica, dando golpes a R2D2 con su bastón y robando comida a Luke. Antes funcionaba, pero ahora que sabemos como es Yoda, con tanto poder y tan serio… pues la escena no funciona. Además, ese juego de intriga hasta que Luke descubre que es Yoda ya no tiene sentido.
Y por supuesto, la gran revelación de padre e hijo ya no es tal para el espectador, sólo para el personaje y, por tanto, la fuerza que tenía ese final ahora es inexistente.
Pero entre miles de pequeños errores (a los que Obi Wan argumentaría “desde cierto punto de vista”) hay uno que destaca sobre manera:
Luke y Leia se reúnen para hablar a solas. Y Luke, que ya sabe que ella es su hermana, le pregunta: “¿Te acuerdas de tu madre? ¿De tu madre biológica…?" Y Leia responde: “Sí, murió cuando yo era muy pequeña. Recuerdo que siempre estaba triste…"
La fuerza es intensa en Leia. Son muchos recuerdos sobre una madre que murió en el parto al dar a luz a los mellizos. Eso sí tiene mérito y no lanzar una manada de soldados por el aire con un movimiento de mano.
Independientemente de todo esto, ¿me lo he pasado bien viendo las películas? No. Bien no. Me lo he pasado en grande. Como un enano.