Nunca he sido seguidor de la serie MASH. La he visto innumerables veces porque la emitían en una época en la que en Canarias sólo teníamos un canal de televisión.
Por eso, cuando a mediados de los ochenta estrenaron Dulce Libertad, entré a verla con bastante escepticismo. Una película escrita y dirigida por el médico simpático de MASH (porque eso sí, el personaje de Alda en la serie era muy simpático) no era el mejor de los planes.
Dulce Libertad es una obra maestra de la comedia. Hasta hace poco pensaba que yo era uno de los pocos que me acordaba de la peli, pero no. Hay otro señor, supongo que en Madrid, que ha decidido editar esta peli en DVD y ha hecho por lo menos dos copias, una para él y otra para mí.
La película muestra un Alda en plena forma como actor (como en Misterioso Asesinato en Manhattan), un magnífico escritor y un director aventajado. Pero sobre todo, es divertidísima. La película habla de un pequeño pueblo y de su profesor de historia. Un ambiente de grandes personalidades y pequeños problemas hasta que... llega un equipo de producción de Hollywood para rodar una película sobre una novela que ha escrito el personaje de Alda.
El primer problema que se encuentra el escritor es un guionista inepto que ha convertido su libro en una comedia siguiendo las pautas que ha marcado su director que, textualmente, cree que en una peli deben aparecer tres cosas:
1) Lucha contra el poder establecido
2) Destrucción de propiedades
3) Desnudos
Cada frase de la peli es muy ingeniosa. Alan Alda quiere que su novia viva con él pero ella no quiere. Él aprovecha cualquier oportunidad para llevarse cosas de ella a su casa, hasta que ella sospecha: "Tú quieres que yo me mude sin darme cuenta, ¿no?"
Pero lo mejor es el plantel de actores: Michael Caine, como el seductor protagonista de la supuesta película y al que, como estrella, se le permite de todo, Michelle Pffeifer como la enigmática actriz, Bob Hoskins como el guionista y... la gran Lilian Gish (que ya actuaba, amigos míos, con el ultraderechista y sin embargo, genio del cine D.W. Griffith) haciendo de madre de Alda, y que tiene la magnífica idea de no comer ningún plato que no pase, al menos, 48 horas encima de la televisión (cree que la radiación mata las "cosas malas" de la comida).
El trailer, si te interesa, está aquí.
Por eso, cuando a mediados de los ochenta estrenaron Dulce Libertad, entré a verla con bastante escepticismo. Una película escrita y dirigida por el médico simpático de MASH (porque eso sí, el personaje de Alda en la serie era muy simpático) no era el mejor de los planes.
Dulce Libertad es una obra maestra de la comedia. Hasta hace poco pensaba que yo era uno de los pocos que me acordaba de la peli, pero no. Hay otro señor, supongo que en Madrid, que ha decidido editar esta peli en DVD y ha hecho por lo menos dos copias, una para él y otra para mí.
La película muestra un Alda en plena forma como actor (como en Misterioso Asesinato en Manhattan), un magnífico escritor y un director aventajado. Pero sobre todo, es divertidísima. La película habla de un pequeño pueblo y de su profesor de historia. Un ambiente de grandes personalidades y pequeños problemas hasta que... llega un equipo de producción de Hollywood para rodar una película sobre una novela que ha escrito el personaje de Alda.
El primer problema que se encuentra el escritor es un guionista inepto que ha convertido su libro en una comedia siguiendo las pautas que ha marcado su director que, textualmente, cree que en una peli deben aparecer tres cosas:
1) Lucha contra el poder establecido
2) Destrucción de propiedades
3) Desnudos
Cada frase de la peli es muy ingeniosa. Alan Alda quiere que su novia viva con él pero ella no quiere. Él aprovecha cualquier oportunidad para llevarse cosas de ella a su casa, hasta que ella sospecha: "Tú quieres que yo me mude sin darme cuenta, ¿no?"
Pero lo mejor es el plantel de actores: Michael Caine, como el seductor protagonista de la supuesta película y al que, como estrella, se le permite de todo, Michelle Pffeifer como la enigmática actriz, Bob Hoskins como el guionista y... la gran Lilian Gish (que ya actuaba, amigos míos, con el ultraderechista y sin embargo, genio del cine D.W. Griffith) haciendo de madre de Alda, y que tiene la magnífica idea de no comer ningún plato que no pase, al menos, 48 horas encima de la televisión (cree que la radiación mata las "cosas malas" de la comida).
El trailer, si te interesa, está aquí.
Ya esta en mi mula...
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