13 agosto, 2011

El origen del planeta de los simios


Hacía tiempo que no salía tan contento de ver una película de ciencia-ficción. Y para que no tengáis que leer todo el texto, lo digo desde el principio: El origen del planeta de los simios es una película fantástica.

Sin decir nada, sin spoilers de ningún tipo, los puñeteros simios dejan de ser efectos especiales a los cinco segundos de metraje. Su comportamiento y sus miradas llevan la magia de efectos digitales allí donde nadie había llegado. Creo, incluso, que es de esas obras que marcará un antes y un después, y de esas que debería llevarse un premio especial de la Academia.

Pero no son sólo los efectos. Tanto el guión como la dirección son soberbias. Por no hablar de un renacido Patrick Doyle que, por fin, hace una obra de verdadera altura.

Mención especial al magnífico John Lithgow y la belleza extraordinaria de Freida Pinto. Pero el verdadero talento reside en ese guión espléndido (joer, por fin Hollywood invierte en un buen guión) que, como las grandes tramas clásicas, consigue que el espectador comprenda perfectamente ambos bandos y esté continuamente sufriendo por lo que pasa a los humanos y por lo que le pasa a los simios.

El origen del planeta de los simios es obligada en pantalla grande. No me seáis catetos y aprovechad el veranito para ir a verla. Sé que da un poco de pereza, pero vale la pena.

11 agosto, 2011

Dario Argento da las gracias...

Tras esta pequeña pausa veraniega y pendiente de terminar con la crónica de Úbeda, debo decir dos cosas o tres cosas sobre la película que acabo de ver: Giallo, de Dario Argento.

Sé que algunos amigos me matarán por decir esto, pero a mi, Dario Argento me parece un mal director de cine que se ha hecho muy famoso con productos infumables, pretenciosos, cutres y mal realizados. Dicho esto, las películas son tan malas que tienen cierto encanto.

Un mundo en el que Dario Argento es el maestro del terror y nadie nombra a Terence Fisher es un mundo cutre. De cualquier manera, Giallo es horrorosa. Es tan mala que incluso una de sus protagonistas es Elsa Pataky. Y es tan mala que desde el principio sabes que el malo está protagonizado por Adrien Brody (pero no es un spoiler, Adrien Brody también hace el policía protagonista, pero son dos papeles que no tienen nada que ver: es un juego de esos que a los actores les mola tanto y que al espectador le deja continuamente pensando en "pero tío, ten un poco de orgullo").

Lo único bueno de la película es que el malo le corta un dedo a la Pataky y yo me descubrí riéndome a carcajada limpia. Claro que si en una película de suspense-terror-gore, en el momento que el malo quiere descuartizar a la protagonista, el espectador se ríe a carcajadas, es que algo no funciona.

Eso sí, el Brody y Emmanuelle Seigner, que no es tan guapa como antes pero es la mujer de Polanski (un respeto), están paseando por la calle y pasan por un cine con una enorme póster de la película Juno (que no está mal recordar que era buenísima). Y cuando los personajes pasan por delante y salen de plano, la cámara se queda estática delante del cartel.

Estas cosas me sorprenden porque datan con exactitud la trama de la película, pero en Giallo, el año en el que ocurre la desastrosa historia es totalmente intrascendente. Y mientras descuartizaban gente en pantalla se me iluminó la bombilla de las asociaciones. Recuerdo perfectamente cómo la prota de Juno discutía con su amigo sobre las bondades del cine de Argento. Porque a Juno, lo que más le gustaba en el mundo era una película de Dario Argento.

Y ahí está el agradecimiento de Argento: poner el cartel de Juno unos segundos en pantalla. Lástima que la película sea tan mala y Juno tan buena. Está descompensado, pero que quieren que les diga, es de bien nacidos ser agradecidos.

Yo podré vender a todo el que quiera oírme que Argento es el peor director de cine de terror de la historia, pero jamás se me ocurrirá decir que es desagradecido. Al rey lo que es del rey.

PD: Leo en IMDB que el malo de la película está protagonizado por Byron Deidra. Como se llamaba esto de cambiar las letras de orden para hacer otra palabra...