17 enero, 2013

Globos de Oro y La Ventana Indiscreta

Soy Pia Zadora y
tengo un Globo de Oro
La verdad es que los Globos de Oro no tienen encanto. Ves a todas las estrellas de Hollywood recién cenados, con la sonrisa del vino puesta y para colmo, no tiene números musicales ni montajes espectaculares. Para más Inri, este año no contaba con Ricky Gervais. Y sin embargo, vi la gala enterita y arrastro el cansancio toda la semana.

Me gusta (y mucho) Tina Fey como presentadora pero el listón estaba demasiado alto. Salvo algunos momentos puntuales y algunos premios sorprendentemente bien dados, la gala fue rutinaria. El problema de estos premios es que siempre arrastrarán la fama de la compra-venta y la de haber dado un premio a Pia Zadora en los 80 gracias a los generosos cheques de su entonces marido.

Y lo peor es que sigue acarreando vicios del pasado como, oh Dios, sacar a Mister y Miss Golden Globe, o sea, escogen dos hijos de famosos para salir al escenario unos segundos y sonreír mientras todo Hollywood les mira y les aplaude. Este año eran la hija de Clint Eastwood y el hijo de Michael J. Fox. Lo dicho, la peor pesadilla para un jovencito (y para el espectador, que se hunde en la butaca con esa vergüenza ajena que tanto duele).

Eso sí, que Ben Affleck ganara el Golden Globe al mejor director y que contra todo pronóstico, Mychael Danna se hiciera con el premio a la banda sonora (por la maravillosa música de La Vida de Pi, a la que estoy muy enganchado estos días) demuestran un pequeño proceso de rejuvenecimiento de los menospreciados premios.

Y Hugh Jackman. Y Anne Hathaway recogiendo el premio y centrando su discurso en lo magnífica que es su contrincante Sally Field y nombrando The Flying Nun. Pues eso, todo lo rutinaria que sea pero me lo pasé como un enano.


Sobre La Ventana Indiscreta

Fotaza
El sábado pasado empecé con el ciclo de clásicos del cine con mi hija de nueve años, que espero que dure, por lo menos, un lustro. Es un buen momento para ver las películas desde los ojos de mi hija y además, tener la posibilidad de comentarlas con alguien que no está viciado. O sea, que lo hago para que ella tenga la oportunidad de ver algo que ya no es común en la televisión pero que aprovecho personalmente para releer parte de la Historia del Cine.

Las películas escogidas son de fácil lectura y entendimiento (o sea, no le voy a poner Todos los hombres del Presidente).

La película la vimos con una pequeña pausa en medio. En ese momento, tuve que contarle a mi hija las diferencias de ritmo con las películas actuales, porque seamos realistas (y ya lo expliqué en un post hace unos años): a ojos de un niño no podemos competir con robots gigantes que vienen del espacio y rompen, literalmente, Nueva York. El cine, como la música, como todo lo relacionado con el arte, es un proceso educativo que se tiene que aprender.

Y La Ventana Indiscreta tarda en arrancar. Desde mi perspectiva es un placer meterme en la vida de todos esos vecinos que ya tenía olvidados (Miss Torso, el compositor, Corazón Solitario...), pero para ella, no estaba pasando nada. O por lo menos, eso es lo que ella creía.

Sin embargo, en la segunda parte, su cara cambió. No está acostumbrada a pasarse una hora conociendo personajes, porque en las películas actuales no existen o son de cartón. Y no sabía que una vez que los conoces, cualquier pequeño acontecimiento que les ocurra te afecta directamente. Y es entonces cuando te das cuenta de que el cine bien realizado esta hecho de otra pasta.

Porque cuando la espectacular Grace Kelly y la maravillosa Thelma Ritter se involucran en la historia del posible asesinato, la película ya tiene completamente agarrado al espectador. Y el crescendo climático es tan absolutamente brutal que mi hija ya estaba nerviosa sobre el sofá, con los ojos como platos. Estoy hablando de Grace Kelly poniéndose la alianza de la mujer de Raymond Burr, del asesino mirando directamente a Stewart (directamente a  cámara, al espectador) y el momento tan hichcockniano de James Stewart esperando que Burr le ataque en su propia casa mientras se oyen las pisadas del rellano.

En definitiva, un pequeño éxito. Irene tardó en entrar pero, tal y como deben ser las cosas, está tardando en salir, porque tras cuatro días, la película sigue colándose en sus conversaciones diarias. O sea, La Ventana Indiscreta no es una película de ver y olvidar, que es a lo que está acostumbrada.

Y después, hizo su pequeña investigación en IMDB y me sorprendió: "¿Sabes que el compositor es un compositor de verdad y es el creador de Alvin y las Ardillas?"

La semana que viene dejo descansar a Hitchcock por un tiempo y nos metemos en Con faldas y a lo loco. Las primeras son fáciles de escoger, pero ya veremos dentro de un año...

12 enero, 2013

El Miserable de Bond esta Bajo Escucha en las nominaciones

Tantas cosas de que hablar y ni siquiera tengo un título de post razonable.

El caso es que llevo el último mes encerrado en casa con las dos compras más bestiales y baratas de mi vida: el pack en BluRay de James Bond y el pack completo con las cinco temporadas de The Wire (este en DVD y por la módica cantidad de 33 euros). 

En el caso de James Bond ha sido un buen disfrute familiar. Mis hijos se han familiarizado con M, con Q, con Félix, con Tiburón y yo, de paso, me he tragado infinidad de extras y me he adentrado en la maravillosa arquitectura de los 60. Las películas de Sean Connery y Roger Moore aguantan muy bien el tiempo (salvo algunas excepciones un poco pasadas de rosca como Moonraker) pero en general, bastante bien. Pero lo que son las cosas, el tiempo pesa sobre Pierce Brosnan y sus películas parecen más antiguas que las de Connery.

Daniel Graig es un crack
Tras tremenda inmersión, no me cabe duda de que las mejores películas son la primera y la tercera de Daniel Graig (Casino Royale y Skyfall) que tienen un dimensión cinematográfica muy, muy superior al resto. Por supuesto, no tienen el efecto nostalgia de las otras, pero eso lo da el tiempo.

Sobre los extras, todos son fantásticos aunque los traductores españoles se empeñen en jorobarlo. Y lo digo por cositas pequeñas y no tan pequeñas. En el BluRay de Octopussy (vamos, este es el mejor título para una película de la historia del cine) hay un documental que se llama Kevin se quema en el set de rodaje que es francamente interesante. Trata de un actor que tiene el papelito de un soldado, o sea, un extra, al que dejaron acceder al rodaje con una cámara de Super 8 y grabó bastantes momentos interesantes de la filmación. Pero en ningún momento quema nada... y menos el set de rodaje. Tras el mosqueo inicial, volví al principio del documental y caí en que el tipo se llama Kevin Burns. O sea, el título original es Kevin Burns on the Set... lo demás es obvio.

Las nominaciones a los Oscars son fantásticas, como siempre. No son las que me esperaba pero yo nunca acierto. Las únicas tres certezas que tenía eran la Hathaway como secundaria, y las dos canciones: Suddenly (de Les Miserables) y Skyfall (jiji, de Skyfall). Las nominaciones son fantásticas porque tienen sus problemitas, sus ausencias, sus sobradas... y el escándalo de nominar por todas partes a Argo pero dejar fuera a su director, Ben Affleck, que mola tanto como director como no mola como actor.

Y John Williams nominado. En realidad, mis cinco bandas sonoras favoritas del año no tiene nada que ver con las cinco nominadas, pero por otra parte, los compositores que están en juego son todos fantásticos y no se ha colado ningún intruso. Entre mis favoritas de un año especialmente bueno... a simple vista: Elfman y su Silver Linings Playbook; Dans la Maison de Rombi; Cloud Atlas; Rompe Ralf, John Carter of Mars; Frankenweenie... incluso Brave, de Patrick Doyle. Pero vamos, veo que Williams está nominado y me dan ganas de llorar de alegría. Viva el maestro.

Y Los Miserables... ay... Los Miserables... tantas veces vista en pantalla grande y tantas conclusiones. La primera es que todo lo que me gusta la película es inversamente proporcional a lo poco que me gusta el disco de la banda sonora. Es curioso, porque los actores y la música funcionan muy bien en pantalla, juntitos. Pero separados... me irrita sobremanera el vibrato de Jackman, las sonoras respiraciones, Javert... Vamos, que tengo que verla en pantalla porque en el disco, sin las actuaciones, pierde toda la fuerza. Me reconcilio con el  concierto del Décimo Aniversario.

Y según la voy viendo e intento destripar lo que el director ha hecho con Miserables, más me doy cuenta de su impresionante labor. Los pequeños cambios, a veces sutiles, a veces bestiales, le sientan tan bien al musical que me extrañaría mucho que el productor no los incorporara en el futuro al escenario (en una de esas versiones revisadas que tanto le gustan). 

Anne Hathaway dice "Cu-Cu"
Por ejemplo, el simple cambio de orden de una canción da una dimensión completamente diferente al personaje de Fantine. El orden del musical original es: At the end of the day (la echan de la fábrica), I dreamed a dream (la vida es una tragedia inimaginable) y Lovely Ladies (lo pierde todo y es un cadáver andante). Lo que inteligentemente ha hecho Hooper es poner el Lovely Ladies en segundo lugar... y cuando Fantine pierde la dignidad y ha caído en lo más bajo es cuando canta I dreamed a dream. O sea, en el musical canta la tragedia cuando la echan del trabajo... pero su personaje en la película canta la tragedia cuando realmente está en lo más bajo. Un pequeño cambio para el hombre, la luna para el espectador.

He intentado, de verdad, ver La noche más oscura The Master, pero cada vez que me acerco a la taquilla, de mi boca sale "Dame una para Los Miserables". Y así no se puede vivir.

Y así pasa la vida, mientras trago y devoro los episodios de The Wire, que según dicen los críticos que tanto detesto, es la mejor serie de televisión de la historia. Pero es probable que tengan razón. Es una serie absolutamente sobrecogedora. Cuando una película tiene uno o dos personajes bien escritos e interesantes, es una buena película, pero cuando tienes, como aquí, una decena de personajes bien escritos... es una galaxia nueva.

Y sólo quedan tres episodios de Fringe para terminar. Para siempre. Me muerdo las uñas.

PD: Mañana comienzo, como los Sábado Cine de antaño, a ver una película clásica con mi hija todos los sábados por la noche. Se admiten sugerencias, pero necesito que sean muy adictivas. Quiero que realmente le guste la experiencia y que no sea un "sufrimiento con el pesado de mi padre". Tengo claro que empezamos con un Hitchcock, que todavía no sé si será La Ventana Indiscreta o Los Pájaros. Me basta con que al terminar espere ansiosa al próximo sábado.

Y no me digan que no es una oportunidad única para re-re-re-revisar todas las películas que me gustan...