28 diciembre, 2009

¿Cambia Avatar la historia del cine?

Post complicado el de hoy, pero hace tiempo que no me mojo demasiado y ahora es el momento.

Nos remontamos a hace algo más de 100 años, cuando los hermanos Lumiere vendieron por dos duros su invento porque, al fin y al cabo, “cuando pase la novedad, quedará relegado a una pequeña atracción en las ferias”.

Eso es lo que yo pienso de las tres dimensiones (y seguramente, me equivoco tanto como los Lumiere). Son divertidas, atrayentes, pero no dejan de ser un espectáculo de feria. Creo que, como el Blu-Ray, el 3D es un paso innecesario a la inmersión total. No hay nada en las tres dimensiones que me indique que es el futuro del cine. Sobre todo, porque estos días intentan vender la nueva tecnología como una magnífica forma de lucha contra el cine en casa. Pero la realidad es que películas como Luna Nueva o Paranormal Activity han dejado bien claro que hay un tipo de cine muy, muy barato, que arrasa en taquilla.

Y si bien las tres dimensiones son una forma de espectáculo divertido, el 90% de las películas (las que no son un espectáculo de aventuras) no necesitan una tecnología tan compleja. Quiero decir, espero que se sigan haciendo películas como Kramer contra Kramer o Los puentes de Madison, en donde las tres dimensiones no tienen demasiado sentido.


Por supuesto que Avatar (de la que después hablaré, ya que es el punto de partida de toda este texto) es un caballo de largo recorrido. Va a estar en primera posición durante semanas y va a hacer muchísimo dinero. De hecho, el largo recorrido es lo único que la va a hacer rentable, ya que ha salido al mercado con copias limitadas a cines seleccionados. Pero Cameron, que tuvo Titanic en primera posición durante meses, sabe que el camino es largo y no hay Sherlock Holmes que se meta en medio.


Dicho esto, Avatar entra en la historia del cine por su tecnología. No hace falta que sea una buena película para esto. Hay películas mediocres, e incluso muy malas, que son importantísimas en la historia del cine. No son elementos que tengan que ir de la mano. Por ejemplo, El cantor de Jazz, la primera película hablada que, sinceramente, es muy, muy mala.


Espero que el cine tridimensional sea una extensión divertida para ver las cosas en sala grande (porque la Playstation 3 va a sacar el próximo año la tecnología para ver 3D en casa, pero amigos míos, no es lo mismo), pero también espero que las películas aguanten perfectamente un visionado en 2D, o sea, que la película aguante por si sola, sin parafernalias.


¿Que qué me ha parecido Avatar? Avatar es muy buena. Creo que Cameron ha conseguido un espectáculo magnífico (y sí, estoy convencido de que es una película muy buena en 2D). Pero en contra de toda la fascinación que siente todo el mundo por Pandora, lo que realmente me gustan son todas las escenas en el campamento militar. O sea, la parte de los humanos. Me gustan los diseños modernistas de su maquinaria, el armamento, los decorados y mi adorada Sigourney Weaver.


Leo en Internet acerca de la debilidad de su guión, pero… no es que sea el guión de Casablanca, pero tiene su argumento muy clarito, no deja cabos sueltos y la historia en sí, no el guión, es magnífica.


Pero Avatar es visual y tal como dijo Brian de Palma, parece que los críticos de cine son (o somos, según se quiera entender) licenciados en psicología para estar todo el día hablando de personajes bien dibujados y cosas así. Y a veces uno está tentado de mandar todas esas patochadas a la basura y decir: me han cautivado las imágenes, me ha sobrecogido Pandora, me he divertido como un enano o, simplemente (y es el mejor halago que se puede dar a una película como Avatar) me he olvidado de que todo son efectos especiales, en realidad, me he dejado llevar por Cameron.


Avatar es una experiencia. No es (ni de lejos) una obra maestra, pero es un espectáculo de primera. James Cameron rueda la acción como pocos y tiene planos que valen su entrada.


PD: Y con todo el dolor de mi corazón, la banda sonora de James Horner es magnífica. Buena, buena.

23 diciembre, 2009

Mi 2009

No me he sentado a analizar la situación, simplemente, me gustaría escribir sobre algunas películas que me han llamado la atención este año. Creo que los estrenos del 2009 han sido realmente buenos, y me dejo en el tintero bastantes (y en los comentarios espero ver algunos de mis olvidos), pero así, a bote pronto, este es mi año:

Recuerdo tres documentales que me llamaron la atención en su momento. Posiblemente, en primera posición, se sitúe ese Man on Wire magnífico. Pero también recuerdo el de Polasnki: wanted and desired y, por supuesto, el de Philip Glass (del que hablé ayer).

Mi año de cine ronda estas películas (humm... todavía no he visto Avatar):

  1. El luchador
  2. Déjame entrar
  3. Ponyo en el acantilado
  4. El secreto de sus ojos
  5. El desafío Frost/Nixon
  6. UP
  7. The visitor
  8. Paris, Paris
  9. Drag me to hell
  10. A ciegas
  11. Watchmen
  12. ¡Me ha caído el muerto!
  13. Distrito 9
  14. The reader
Algunos, supongo, se sorprenderán de la inclusión de A ciegas, pero es una decisión puramente personal. Me apasionó. Y que les voy a decir de ¡Me ha caído el muerto!, simplemente, adoro a Gervais y creo que es divertidísima.

En Up tuve que esconderme de mi hija para que no me viera llorar.
Watchmen es una de las mejores películas de superhéroes jamás hechas.
Y Drag me to hell, una de las películas del año. Me pueden llamar friki, pero es una obra maestra y ya quisieran todas esas peliculillas de terror que se estrenan cada año parecerse a la sombra de esta.

En el año 2008, decidí que la persona que representaba mi año era Danny Elfman (por la calidad y cantidad de sus trabajos). Este año he descubierto al compositor Philippe Rombi (la melodía pura personificada), he redescubierto el trabajo de Christopher Young gracias al festival de Úbeda, pero creo que las dos cosas que más me han impactado están relacionadas con el mundo del teatro musical:

  1. El descubrimiento del que ya se ha convertido en uno de mis musicales de cabecera: Next to normal. Una obra maestra que no me canso de escuchar.
  2. La edición en DVD de RENT (la obra en un teatro de Broadway, en directo. No la película), que es una auténtica delicia.
En el mundo de la televisión, sigo con Galáctica, The Office, Dexter, Cómo conocía a vuestra madre y la nueva versión de V. Y desde hace una semana he incorporado a Larry David. Y en Youtube, procuro ver las entrevistas de Buenafuente, el mejor programa de televisión que se hace en España (junto con alguna edición de Callejeros que está realmente bien).

Y espero un año 2010 con los siguientes deseos: ver la nueva versión de Fama, la segunda parte del fantasma de Lloyd Webber, una gala de los Oscars de caerse de espaldas y sobre todo, que todos y cada uno de nosotros, podamos escribir y leer nuestro pequeño circuito de blogs. No os deseo ni dinero, ni amor, ni nada de eso. Me conformo con que todos tengamos una pequeña ración de salud.

Besos a todos.

Os dejo una magnífica versión de Superboy and the Invisible Girl, de Next to Normal. La hija le canta a su madre sobre su hermano (fallecido), un niño que se ha convertido en una especie de Superboy en el mundo de la madre, mientras que la hija no deja de ser una Invisible Girl.


22 diciembre, 2009

Las cosas de Philip Glass

Este blog se está ralentizando por días. Lo lamento porque me gusta escribir y desahogarme por estos lares, pero en estos momentos, mi vida parece ir muy rápido. De cualquier manera, son épocas de cambio, de más trabajo, de poco descanso y mucho sueño, y de empezar proyectos nuevos (que se suman a los antiguos, no abandono nada) que hacen que, entre otras cosas, esté en pleno proceso de la transición menos importante (y sin embargo, la que más quebraderos de cabeza me va a dar) de mi vida: el PC por el MAC.

Y en toda esa vorágine, veo películas a altas horas de la noche que no vale la pena ni comentar. Y en mitad de todas esas desgracias visuales, ha aparecido un documental llamado Glass, a portrait of Philip in 12 parts.

Ya digo por anticipado que la música de Philip Glass, al igual que la de Michael Nyman, me suele aburrir profundamente. Cuando comienzo a escuchar su música, realmente me apasiona, pero al cabo de unos minutos me sobrepasa con repeticiones y saturaciones que me dan un tremendo dolor de cabeza. Es triste lo que voy a decir, pero a mi Philip Glass me gusta para cinco minutos. Y no más.

Otra cosa es la brillantez de este documental, que sigue la carrera del compositor durante un año. Y hay dos personas que me vienen a la cabeza sobre la marcha: Woody Allen y Larry David. ¿Por qué? Porque Glass vive en el típico apartamento gigante, de diseño, en Nueva York, y se mueve por esos círculos que hemos visto en tantas películas de Woody Allen. Y su casa, con todos los lujos que tiene, en realidad, no es una de esas casas-museo en las que nada se toca, sino que tiene vida: las estanterías están a rebosar y hay papeles formando columnas en el suelo... prácticamente, la mitad de las entrevistas interesantes al compositor están grabadas en la cocina, mientras prepara los platos para sus hijos pequeños...

Es más interesante la vida que lleva este señor que su propia música: sus clases de yoga, su forma de hablar y de reír (porque se ríe y mucho), su capacidad para reconocer que hasta hace muy pocos años (entrados los 90, cuando ya era muy, muy conocido) se tenía que ganar la vida como taxista. Además, en el documental (que se grabó en el año que trabajó con Woody Allen) aparece el director en pleno trabajo, pero de verdad, no en plan making of, sino delante de una moviola viendo una secuencia, muy serio y al mismo tiempo, muy cordial.

Woody Allen, lejos de molestarse cuando aparece Glass en la habitación con un cámara detrás, pregunta qué están grabando y sigue con lo que está haciendo, sin quejas.

Y en cuanto a su personalidad, no diré que es como Larry David, pero si tiene un estilo de vida muy parecido. La mujer de Glass, que es mucho más joven que él (no es cotilleo, sino que es importante para el relato desde el momento que también sale entrevistada su primera mujer, que sólo dice cosas bonitas sobre Glass y su talento), acepta buenamente las rarezas del compositor y se queja de su desorden vital. Y por supuesto, se queja de que Glass, para trabajar, se aisla en Nueva Escocia (una casa que bien vale ver el documental) y se olvida del mundo.

La mujer de Glass es igualita que la de Larry David en la serie: aguanta el tipo continuamente, haga lo que haga el compositor. Pero no en plan "aguantar" sino en plan "lo quiero y lo acepto como es" mientras mira a la cámara y pone sonrisas de disculpa.

Es un buen documental y tiene escenas memorables, como cuando el compositor reconoce que tiene miedo de que la gente piense que no sabe tocar el piano simplemente por la forma que lo toca y la forma que tienen sus piezas musicales (fundamentalmente, arpegios y melodía). Y sin embargo, es un pianista prodigioso.

Vale la pena que vean el trailer que pongo más abajo para saber de lo que hablo. Y de paso, acabo de terminar de ver la primera temporada completa de Larry David, y aunque al principio me sacaba de mis casillas, he terminado por reírme muchísimo. Pensé que eso de improvisar las escenas no iba a gustarme... pero una vez te acostumbras, ni te das cuenta de que no tienen guión. Risas y risas.


14 diciembre, 2009

Felicidades

Estimados amigos:

Había pensado en hacer un montaje trepidante de imágenes de películas para felicitar el año nuevo, pero me ha dado mucha, muchísima pereza. Así que he hecho una frikifelicitación (pero poco) en un solo plano, que ahorra mucho trabajo:


11 diciembre, 2009

Primeras reacciones para Avatar, Billy Wilder y La venganza del Jedi

Ayer, jueves 10 de diciembre, mientras algunos perdíamos el tiempo sacando fotos en un evento absurdo, se presentaba Avatar a la crítica de Londres. Y las conclusiones finales parece que le dan la razón a Cameron: la cinta es fantástica.

Esto de decir "la cinta es fantástica" me recuerda una anécdota genial de Billy Wilder que, cuando le invitaban a una proyección para después preguntarle por la calidad de lo que había visto, siendo incapaz de mentir a sus amigos, contestaba en voz alta: "¡Esto... esto es una película!". El interlocutor se quedaba contento y Billy con la conciencia tranquila.

Bueno, pues eso, dicen que Avatar es fantástica.

Y hoy he descubierto la tangible realidad de una leyenda. Todo el mundo sabe la historia de Revenge of the Jedi (que después pasó a ser Return of the Jedi). Personalmente, creo que es la peor película de la trilogía original. Los que hemos vivido esta historia más de cerca, los amantes de la trilogía, siempre hemos oído que la película cayó en manos del director Richard Marquand cuando una serie de directores declinaron la oferta (basicamente, porque era un producto demasiado controlado por Lucas). El director más famoso que pasó por el proyecto fue David Lynch (un par de años antes de dirigir ese horror llamado Dune y que algunos se empeñan en adorar).

Y yo creo que NO soy el único que se ha imaginado a Lucas y Lynch tratando de ponerse de acuerdo en cómo hacer las cosas. Ni siquiera, hasta hoy, he sabido cuánto tiempo estuvo Lynch ligado al proyecto... pero me hace tanta gracia imaginar a dos personalidades tan, tan, tan diferentes intentando trabajar juntos, que estoy loco con este vídeo que he encontrado Vía Menéame.


10 diciembre, 2009

La imagen de Spielberg

Hace un rato acabo de ver la entrevista completa (y dura algo más de una hora) que le hicieron a Spielberg en el programa Inside Actor´s Studio. Es la mejor entrevista que he visto del director ya que profundiza en todas las películas importantes de su carrera (aunque se salta algunas, probablemente por el montaje del programa).

El enlace del primer fragmento es este, aunque son 11 o 12 cortes.

Creo que a nadie se le escapa que, para mí, Spielberg es Dios, como Hitchcock o como Billy Wilder. Y sin duda, es el director que, haga lo que haga, me va a tener en la sala de cine, comprando el DVD y hablando de su película durante meses. Y creo que es un narrador de historias nato. No puedo criticar a un señor que, fundamentalmente, fue el primero en mostrarme que había alguien detrás de la cámara, un titiritero que hacía que todo se moviera en pantalla...

Y aunque hay muchas anécdotas y curiosidades en la entrevista, hay un momento al final del programa en el que un estudiante le pregunta: "Si tuviera que escoger una imagen de todas las películas que ha hecho, ¿cuál cree que es la que define su carrera?". Y Spielberg, pensativo, en vez de rehusar la pregunta en plan "las quiero a todas como si fueran mis hijos", se decanta por una: "Creo que la que mejor define lo que hago es la del niño de Encuentros en la Tercera Fase, cuando abre la puerta y aparece un haz de luz".

Y me encanta, una vez más, que se quede con esa imagen (en la foto).

Llorando de risa...

En todas las televisiones por las que he pasado, siempre hay un editor friki que hace que me revuelque de risa. Recuerdo con cariño a Alejandro Millán, al que le he perdido la pista, pero con el que hice (hace ya 7 años) un programa sobre Halloween para la Televisión Autonómica de Canarias (40 horas sin dormir, amigos míos) con el que todavía me estoy riendo.

Hoy, leo en Cosas que contar sobre Antonio González, un tipo que no es conocido, pero que es el iluminado friki que edita los vídeos del programa de Wyoming... y viendo sus pequeñas joyas, que robo descaradamente de su blog, he seleccionado estas tres. No puedo dejar de reir:






09 diciembre, 2009

La restauración de Con la muerte en los talones (North by Northwest)

¡¡Teléfono!! ¡Una llamada para George Kaplan!

Ya he contado en numerosas ocasiones mis años como restaurador de pelis (algo que suena romántico y curioso y que, en realidad, huele a tintorería). Recuerdo una vez que vinieron unos niños de un colegio para ver una secuencia de La Aldea Maldita que habíamos restaurado. Primero pusimos la escena en su estado original y luego, la restaurada.

Para resumir, prácticamente ningún niño se dio cuenta que la escena restaurada era la segunda. Y no se trata de que lo hiciéramos mal, sino que simplemente, no hay una educación de la imagen (yo siempre he sido partidario de enseñar a los niños a leer la imagen. Si un hombre mata a otro en pantalla y dice totalmente en serio: "en realidad, no he matado a nadie", todos los niños llegarán a la conclusión de que no ha muerto nadie. Y el problema es que, aún hoy día, le dan más credibilidad a las palabras que a la imagen y así no hay forma de comprender muchas cosas).

Nadie averiguó cuál era la escena restaurada por dos motivos: la imagen en mal estado es ligeramente borrosa, los fondos no se separan de las motivos en primer plano y todo el fotograma tiene una especie de halo que suaviza la imagen. La escena restaurada está más contrastada, es más dura y ese halo de suavidad ha desaparecido.

El segundo motivo es más evidente: estamos acostumbrados a copias realmente malas. Televisión Española ha emitido durante nuestra infancia copias infectas, con los finales de rollo completamente rayados, con fallos de audio, con bandas sonoras que no correspondían con la película (muchas veces, el canal de audio venía con diálogo y música ya mezclado, por lo que si queríamos poner las voces en español, se tenía que poner una música nueva. A lo mejor, podían localizar un vinilo con la música de la película, pero en muchas ocasiones, simplemente no se podía. El caso más famoso fue el de El fantasma y la señora Muir, en el que Bernard Herrmann desaparecía frente a una música de librería.)

Y, todo hay que decirlo, hay películas con mala suerte. Películas que, mires donde mires, la copia no ha aguantado el paso del tiempo y siempre, siempre, están mal. Y muchas grandes compañias que no se han preocupado de editar DVD en condiciones...

Era el caso de Con la muerte en los talones. Obra maestra del cine que siempre hemos visto de forma deplorable (para más inri, se trata de una VistaVisión, que se supone que aguanta mejor el paso del tiempo). En esta película, Cary Grant siempre tuvo los mofletes rojos, las escenas del Monte Rushmore eran tan oscuras que no se veía nada, la escena del avión es un final de rollo y estaba fatal, pero sobre todo, el verde del principio, cuando se cruzan todas las líneas de Saul Bass para los créditos, siempre ha estado lleno de un ruido visual molesto...

Y ahora la han restaurado. Magníficamente, como todo el cine de Hitchcock. De hecho, acaba de salir en DVD (no compres la de siempre, sino la que pone: 50 aniversario). Y yo la compré hace un par de días. Y echando la casa por la ventana, decidí que ese iba a ser mi primer Blu-Ray (tengo la Playstation 3 y era el momento de comprarle el mandito para ver las películas).

No tengo mucha fe en un formato nacido en plena transición a "hacerlo todo por ordenador". Pero la realidad es que es endemoniadamente bueno. Pero bueno, bueno.

Y por fin, disfruté como un enano de las escenas en el Monte Rushmore, en donde podemos ver plenamente todo el fotograma, Cary Grant ya no es mofletudo y, sobre todo, en donde el formato de VistaVisión está completo. Los encuadres cambian y la magistral planificación de Hitchcock está en su apogeo.

Otro día hablo de la película, hoy me quedo con la genialidad de poder ver una de mis películas en plenas facultades. Limpita como un espejo y con tres de los mejores actores de la historia compartiendo plano: Cary Grant, Martin Landau y el genuino James Mason.


Da gusto saber que hay equipos de restauración que si trabajan. Esta es la secuencia de los créditos... ¿alguien ve el cameo de Hitchcock? No lo veo muy claro, ejem...


06 diciembre, 2009

De descanso...

Tras dos semanas tan atroces de trabajo (sería hasta vulgar contarlo), me quedan dos días de vacaciones en los que no pienso encender el ordenador. Eso sí, si me conecto solo unos segundos es para que no os perdáis este enlace en donde un buen nutrido grupo de actores representa sus escenas más famosas, pero vestidos de calle y con unos años más. Un enlace realmente genial.

Pillado Vía Menéame

02 diciembre, 2009

Manifiesto "En defensa de los derechos fundamentales en internet"

Saben que estoy especialmente sensibilizado con el tema, por tanto:

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:
  1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
  2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
  3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
  4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
  5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
  6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
  7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
  8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
  9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
  10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.
Si estás de acuerdo, difúndelo en la medida de lo posible.

01 diciembre, 2009

En la muerte de Paul Naschy

Tantas cosas acumuladas para contar y tan poco tiempo en mi vida actual. Y mientras hoy escribía un post sobre otra cosa, suena el teléfono y me comunican la muerte de Paul Naschy.

Y me da una pena terrible, ya que una parte de mi vida estuvo ligada a él. Y tuve la suerte de conocer a los dos, tanto a Paul Naschy como a la persona que se encontraba bajo el seudónimo: Jacinto Molina.

Lo he contado alguna vez en el blog, pero a lo mejor es el momento de recordar a este hombre... posiblemente, la persona más egocéntrica que he conocido. Pero no se confundan, no lo digo en sentido peyorativo. Están los egocéntricos antipáticos, los que se creen que sin su vida, este mundo no tendría sentido y se encargan de que todo Dios lo sepa. Y después están los egocéntricos más simples, los que creen que lo han hecho bien y te venden su película como si fuera una obra maestra, aunque se trate de la que hizo con Piraña y Tito. Y esto me despierta cierta ternura.

Yo trabajaba en Filmoteca Española restaurando películas con Juan Mariné. En los tres años que trabajamos juntos no llegamos a restaurar nada, ni yo ni él, pero conocimos a un montón de gente.

La Filmoteca estaba proyectando un ciclo de Paul Naschy y él estaba dando vueltas por ahí, hablando con quien tuviera dos minutos. Y a mí ya me habían avisado que las conversaciones con Paul Naschy podían ser un poco absurdas.

Lo curioso es que, en realidad, a mí me gusta el cine de Paul Naschy, de la misma manera que me gusta el cine de Ed Wood. Si no te lo tomas demasiado en serio, hasta tiene su gracia. Y lo sé bien porque me tragué todo el ciclo de la Filmoteca. En realidad, nunca faltamos en la sala Paul Naschy y yo. A veces era muy triste entrar en la sala oscura y ver solamente una persona en la sala: el propio autor.

Pero eso fue mucho antes del revival de los últimos años, en los que ha sido considerado una estrella. Estoy contando una historia de principios de los 90, cuando Internet era una leyenda urbana y el DVD no existía. Eso hacía que Naschy fuera producto de cinéfilos que habían oído hablar de "un español que hacía cine de terror en lo 60 y 70".

A lo que íbamos. Era cuestión de tiempo que Naschy entrara en la habitación donde trabajábamos Mariné y yo. Mi jefe, que era muy astuto, se fue enseguida poniendo una excusa digna. Y ahí estábamos Jacinto y yo, frente a frente, cara a cara: ¡los dos espectadores de sus películas!. Y entonces me soltó esa frase que me acompañará el resto de mis días:

Paul: Es triste ver como pasa el tiempo por las películas.
Yo: ...sí...
Paul: Y hablando del tiempo, parece que hoy va a llover.

En fin, esa fue nuestra conversación. A veces me da pena no haber hablado con él acerca de su cine. Yo me lo pierdo... pero sí me llamó la atención que cuando alargó la mano para saludar, al tiempo que yo decía "Sergio, encantado", él decía "Paul Naschy". Quiero decir, se presentaba como Paul Naschy en su vida privada, no como Jacinto Molina.

A Paul Naschy le encantaba contar que un día, a las cinco de la mañana, recibió una llamada de Spielberg pidiéndole una cinta de vídeo con una película suya que le faltaba en su colección. No soy nadie para dudar de esta historia, pero reconozco que me entra la risa tonta. Aunque más gracia me hacía cómo Naschy terminaba esta narración: "Le contesté mal, porque.. ¿a quién se le ocurre llamar a las cinco de la mañana?"

Y tiene alguna película que está realmente bien, sobre todo las dirigidas por Leon Klimovsky. Y es divertido ver estos enlaces en los que cuenta cosas absurdas totalmente en serio (este enlace y sobre todo este otro)... pero lo intrigante, es que él cree que lo que cuenta es maravilloso.

El segundo enlace se merece un análisis de actuación y de guión... "Es una historia de muertos, pero que es tierna porque habla sobre hermanos, aunque se traicionan... es una película impactante y pavorosa". Termina diciendo: "Caminen, caminen acompañados de los muertos que andan solos". Una frase memorable.

Pero con la mano en el corazón, Naschy hacía cine español imposible cuando en nuestras salas los éxitos venían de la mano de paletos y suecas. E ir contracorriente, más en esa época desagradecida del cine español, tiene mucho mérito.

Que descanse en paz, pues, nuestro hombre lobo.

24 noviembre, 2009

Por fin: Targets (editado)


Esta foto es una maravilla. A la izquierda, Boris Karloff explicándole algo al genuino Peter Bogdanovich, que como algunos saben por aquí, es (de forma inexplicable) uno de mis ídolos. Lo que nadie intuía es que al actor le quedan muy pocas semanas de vida y que esa peliculita que estaban haciendo se iba a convertir en todo un clásico: Targets.

El productor y director Roger Corman quiso que Bogdanovich utilizara dos días de rodaje que Karloff le debía para hacer una película (y utilizando algo del metraje de The Terror). Corman estaba acostumbrado a utilizar actores, decorados, trozos, lo-que-sea, para hacer una película y estaba convencido de que con un trozo de The Terror y el actor un par de días, Bogdanovich podía hacer algo digno.

Y pasó lo que pasó, que Bogdanovich le dio la vuelta a la tortilla e hizo una película que narraba la historia de un actor llamado Byron Orlock, supuesto maestro del terror, que acaba de terminar de rodar una película (y ahí es cuando salen las imágenes de The Terror) y se quiere retirar del mundo del cine. Es evidente que Orlock es el mismo Karloff personificado.

Me encanta cuando, en la historia de la película, comenta con su amigo y director de cine, Sam (personificado por el mismo Bogdanovich) la película
Código Criminal que están viendo por la tele, dirigida por Hawks y que fue el primer papel realmente importante de Karloff.

Y en el equipo de rodaje de Targets, el omnipresente Frank Marshall, tan asociado al nombre de Spielberg (aunque debería estar más asociado al nombre de Bogdanovich), que incluso hace un papel, y en la edición de sonido, la magnífica Verna Fields, montadora de cine que, en pocos años alcanzaría el cielo con el montaje de Tiburón (Jaws).

Un último dato de esta genial película: siempre me ha parecido que Bogdanovich es un narrador admirable (no sólo es mi ídolo por sus libros): cuenta las cosas con elegancia y directo, sin florituras. Por decirlo de alguna forma, lenguaje cinematográfico elemental pero al mismo tiempo, lenguaje cinematográfico pulidísimo.

Como muestra, esta maravillosa escena en la que el actor prepara, sentado junto a Bogdanovich, su aparición en vivo en un autocine. Karloff decide que lo mejor es contar una pequeña historia de terror y cuenta aquello de Samarra y la muerte:

"El criado llega aterrorizado a casa de su amo.
-Señor -dice- he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho una señal de amenaza.

El amo le da un caballo y dinero, y le dice:

-Huye a Samarra.

El criado huye. Esa tarde, temprano, el señor se encuentra la Muerte en el mercado.

-Esta mañana le hiciste a mi criado una señal de amenaza -dice.

-No era de amenaza -responde la Muerte- sino de sorpresa. Porque lo veía ahí, tan lejos de Samarra, donde esta misma tarde tengo que recogerlo...
"

Atención no sólo en el magnífico Karloff sino en la forma de narrar la secuencia: planos fijos a ambas parejas hasta que el actor comienza a contar la historia, momento en el que comienza un bonito travelling que pasa por delante de la cara del actor (que incluso, por un par de segundos, cruza su mirada con el objetivo de la cámara). Bufff.... puro cine.






ACTUALIZACIÓN: Esta tarde, al llegar a casa, he decidido leer una parte del libro de Bogdanovich, "Las estrellas de Hollywood", en el que habla sobre su relación con Karloff. Justo cuando terminan de rodar la secuencia de la que hemos hablado, dice textualmente:

"De repente, el equipo empezó a aplaudir de manera espontánea (algo que rara vez suele pasar), y pude ver cómo a Boris le conmovía aquella reacción, absolutamente sincera. Le di las gracias efusivamente y él pareció halagado. Un poco más tarde, me acerqué a Evie (su mujer, aclaro yo), que estaba secándose las lágrimas y con los ojos todavía húmedos. "¿Sabes cuánto tiempo hacía", dijo, "que un equipo no aplaudía a Boris?""

Adoro los libros de Bogdanovich.

17 noviembre, 2009

Confesiones sesgadas

Para mi, este señor de al lado es un caso curioso. Siempre me ha caído muy mal... hasta el otro día, en que me convertí en fanático de la serie Star Trek. Ahora, William Shatner es Dios.

Gracias a la nueva película de Star Trek se han editado en magníficas ediciones todas las películas de la saga. Vale la pena tenerlas en casita... tienen magníficos documentales en donde se cuenta lo magníficos que son los directores y lo magníficos que son los efectos especiales y lo magníficos que son todos...

En realidad, tengo la mosca detrás de la oreja...

Estoy leyendo un libro sobre la realización de la saga de Star Trek, escrito por William Shatner y otro señor (que en la portada sale tan pequeñito que ni siquiera se lee bien). Y ahí es donde se cuentan todos los verdaderos problemas de sacar la primera película adelante. Problemas de años, problemas de dinero...

Y todo es tan rocambolesco y complicado (en principio, la película iba a ser una serie nueva llamada Phase II, y además, no contaban con Leonard "Spock" Nimoy porque, sencillamente, no tragaba al creador de la saga, Gene Roddenberry, al que acusan de ser muy, muy problemático), que me da mucha rabia ver lo maravilloso que fue el rodaje en versión DVD.

Mientras más lees, más te das cuenta de que, desde la idea original hasta que alguien paga una entrada, el proceso cinematográfico es catastrófico. Que para dedicarse al cine hay que tener una sangre especial. Y que además, ese proceso está tan orientado al mercado, que saber las circunstancias de la puesta en marcha del proyecto son prácticamente imposibles.

Y las ideas dan tantas vueltas que a veces, presentan grandes contradicciones. Todavía recuerdo todo aquello del nombre del perro de George Lucas... ¿Se acuerdan de Indiana Smith? Pues yo tengo un antiguo documental en VHS en el que se aclara que fue Lawrence Kasdan el que puso el nombre de todos los personajes. De hecho, todos estaban contentísimos con esa aportación porque tenían un componente romántico especial: Belloq, Ravenwood, Marion, Indiana Jones...

Después se vendió lo del perro de Lucas (incluso con frase en La última cruzada). Puñeteras confesiones sesgadas que harán el trabajo del Historiador de Cine cada vez más complicado.

PD: Con un poco de vergüenza, hace pocos días terminé las memorias de Antonio Ozores, tan cortas y escritas con tan pocas ganas... y sin embargo, cuenta cosas divertidísimas.

Ozores estaba apoyado, vestido de vaquero, en una esquina de la calle en una pausa de rodaje. Se acerca una señora y le pregunta: Sr. Ozores, ¿qué película está haciendo? a lo que Ozores contesta: "Al este del Oeste".

- Ay... esa no la he visto... responde ella.

PD2: Me declaro fan de Spotify. Desde hoy mismo. Gracias Bandini.

04 noviembre, 2009

Tony Awards 2009, casi normal...

(En la foto, Alice Ripley)

Después de un montón de semanas, por fin vi la gala completa de los Tony 2009. Al igual que los Oscars, es un evento que hay que ver, en este caso, porque en Broadway se mueven muchas cosas que dificilmente llegan a nuestros oídos. Y además está presentado por mi adorado Barney de Cómo conocí a vuestra madre...

Y como cada año, hay un número o dos que me cautivan. La verdadera lástima es que la realización televisiva ha tenido errores importantes con el sonido. Y es raro porque estos espectáculos suelen salir perfectamente coordinados. Nunca había visto problemas tan serios como en el primer número musical (que es el más espectacular que he visto jamás, mezclando piezas y artistas de forma increíble) y mucho menos, algo tan español como que un cantante tenga problemas con su micrófono y salga un señor corriendo al escenario para darle al actor un micro de mano...

Pero la verdad es que la gala es espectacular.

Cuando a alguien se le da un premio a toda una carrera, es normal que la gente se ponga en pie y aplauda durante unos minutos. No sé si es espontáneo o no, pero siempre emociona. Lo que es menos habitual es que esto pase en un premio normal, y cuando se lo dan a Angela Lansbury, la actriz que siempre fue mayor, realmente emociona:



Otro de los momentos cumbres del show es la parte de Liza Minelli, que después de tantos descalabros, tantas bodas raras, tanto peso, tan poco peso, tanto peso, tan poco peso... y su abuso de lo que Dios sepa que ella toma... se sube al escenario y... ¡Dios mío! ¡Es Liza Minelli! ¡No ha perdido un ápice de maestría, de voz, de poder sobre las tablas!

Y lo que es mejor, cuando su espectáculo gana un premio, ella agradece a sus padres el don que tiene. Por si no se han dado cuenta, eso significa que sobre el escenario de los Tony 2009, se ha nombrado a Judy Garland y al magnífico Vincent Minelli. Tan lejos y tan cerca.


El musical Billy Elliot se hizo con los premios más importantes. ¿Todos? No. Todos no. Elton John no ganó por la música, y eso le hace estar en el patio de butacas con una importante cara de cabreo, sobre todo cuando va comprobando que todos los demás nominados por Billy Elliot van cogiendo su premio (aunque se le ve realmente emocionado cuando premian a los tres niños del espectáculo).

Es más, cuando todo el equipo de Billy Elliot sube para recoger el premio al mejor musical del año, el productor agradece a un montón de personas y, finalmente, al impulsor de todo esto: Sir Elton John. El cantante se acerca al micrófono y dice, textualmente, antes de hablar de lo importante que es trabajar en equipo y tal: "Quiero felicitar al compositor y al letrista de Next to Normal, espero que sean leales el uno con el otro y que escriban muchos más musicales".

¿Por qué?

Porque uno podría ser mal pensado y creer que hay un mensaje oculto al dúo que ha hecho Next to Normal... al fin y al cabo, por culpa de ellos, Elton John no ha ganado su premio... Ellos se lo han birlado.

Pero aunque sería muy divertido, la auténtica realidad es que creo que lo dice con el corazón. Y lo creo porque he visto tres o cuatro números de Next to Normal y lleva una semana sonando en cualquier equipo de música que esté cerca de mi.

Y es que esa, amigos míos, es la escena que espero ver todos los años en una gala de este estilo. La escena en la que, de repente, alguien me descubre lo que me estoy perdiendo, en la que, solo unos segundos después de haber empezado, ya sabes que has sucumbido ante algo diferente. La escena en la que descubres a la actriz cantante Alice Ripley (en la foto de arriba)... la escena en la que descubres un compositor que no conocías... la escena que me ha llevado a estar loco estos últimos siete días, con un CD permanentemente en mi mano, para escucharlo en donde sea y como sea...

La partitura va directa al corazón, sin pasar por razonamientos. Y la historia... la historia es un dramón espectacular. Y en este número musical, que dura cinco minutos, es sencillamente devastador.

Ella está pirada. Su hijo ha muerto. Pero ella, simplemente, no lo comprende. Y su relación con su marido se resquebraja. El número comienza con la protagonista trayendo una tarta de cumpleaños para su hijo. La pareja discute. Y de repente, el hijo, al que sólo ella ve aparece en escena. Y los tres cantan. Por supuesto, el marido y el hijo no interactúan. Y ella trata de disimular que lo está viendo, que lo está oyendo (me emociona cuando alarga la mano sobre la mesa para tocarle)... Ripley, con una voz maravillosa, tiene la capacidad de concentrar las miradas aunque no cante. Una actriz magnífica.

El número es tan, tan, tan bueno, que sin ver el musical completo (aunque habiéndolo oído mil tropecientas veces), no me cabe ninguna duda: esto es especial. Y ella, con todas las de la ley, también se lleva su Tony a la mejor actriz en un musical para casa. Normal.


03 noviembre, 2009

Lo que Errol Flynn no cuenta en su libro

La decadencia personal de sus últimos años de vida de Errol Flynn, con continuas denuncias por violación, a cada cual más falsa (según se demostró en los juicios) y metido de lleno en el alcohol, hace que el final del libro sea agridulce. Para más inri, a los pocos meses de terminar su autobiografía, Errol murió.

Pero no nos engañemos. Vivió al límite, pasó soberanamente de todo el mundo y se divirtió todo lo que quiso. Y aunque eso pasa factura con cierta soledad final, la verdad es que hay anécdotas para contar durante días. Y si bien esa decadencia es personal, no es artística, ya que Flynn jamás ha estado tan bien como en Las raíces del cielo (1.958), de John Huston.

Pero hay cosas que no cuenta. Algunas son sorprendentes y otras, no las puede contar porque ocurren cuando ya ha muerto. Y como siempre digo, lo maravilloso de Internet es que uno puede completar la historia gracias a la tecnología. Por ejemplo, dedica especial interés a contar cómo construye la casa en la que vive (con establo, con una piscina que se puede ver desde el salón...). Y una vez que te imaginas perfectamente todo lo que cuenta, resulta que en Youtube hay un vídeo con la historia de su casa, desde que la construyó Errol hasta la actualidad.

Pero hay cosas que me sorprenden más. Como la historia de su primera mujer, la bella Lili Damita, actriz famosa cuando Errol llega a Hollywood a buscarse la vida y que, justo cuando él alcanza el estrellato casi inmediato con El capitán Blood, comienza su declive. Nunca sabremos si Lili era una buena persona o una arpía, porque solo tenemos la versión de Errol: una arpía.

Y con todo el daño que se hicieron, con amenazas de suicidio por parte de ella, e incluso el momento en el que Lili se queda con la casa de Flynn en pago por las pensiones atrasadas... pues con todo esto, Errol sigue hablando de lo arrebatadoramente bella que es.

Lo curioso es que el actor omite un dato crucial para comprender la situación: Errol odiaba profundamente al director de sus películas más famosas: el gran Michael Curtiz. El director de Casablanca y Robin de los Bosques era, según las crónicas de Hollywood, un ser cruel y despreciable. No le importaba nada con tal de conseguir un buen plano (no quiero entrar en la crónica negra, pero Michael Curtiz fue el culpable de la muerte de más de un especialista). Y Errol le dedica unos cuantos adjetivos que yo voy a suavizar: "Curtiz, ese director nazi y bastardo".

Sin embargo, cuando explica las diferencias con este director, cuenta una anécdota sobre una de sus últimas películas. Y si bien no se sabe por qué se odian (ya que el odio es mutuo), leo en Internet (en IMDB) que el primer marido de Lili Damita fue Michael Curtiz. En ningún momento del libro, Errol deja caer que su primera mujer ha estado casada con Michael Curtiz, lo cual es sorprendente.

Más tétrica es la historia de su hijo Sean Flynn, que además de actor en películas penosas, como El hijo del Capitan Blood, debía tener el mismo carácter aventurero de su padre... sólo que a él las cosas le fueron peor. Suyas son algunas fotos muy, muy duras de la guerra del Vietnam, a la que fue en calidad de fotógrafo.

La mala suerte hizo que en una de sus idas y venidas fuera capturado por el vietcong. Tal como lo cuentan las crónicas, Flynn virtualmente desapareció del mundo. Dicen que fue visto enjaulado en la jungla, junto a su compañero Dana Stone, casi un año más tarde de su arresto, en un estado deplorable. Finalmente, fueron ejecutados.

Así moría el hijo de Errol Flynn, en el que en su autobiografía deposita sus esperanzas en un futuro mejor. Pocas horas antes de ser capturados, a Sean Flynn y Dana Stone les hacían esta foto (al lado): un testimonio histórico que poco tiene que ver con el glamour de Hollywood o con saber de primera mano si se acostó o no con Olivia de Havilland.

He ampliado su cara:


Por supuesto, a este último respecto, Olivia ha desmentido las memorias de Errol en las que se habla del amor del actor por la actriz y dice que "evidentemente, no nos acostamos". Pero tengo que decir dos cosas al respecto:
Errol era fanfarrón en muchos aspectos, pero no con el tema de las mujeres. Siendo rico y siendo pobre, nunca tuvo problemas para acostarse con quien quisiera (y él lo ve como algo natural: ha nacido así).

Desde ese punto de vista, hasta el tema de las violaciones es absurdo (aunque los testimonios de estas mujeres son más absurdos todavía: "tiene su barco lleno de botones que abren compuertas y te puede dejar encerrada". El juez vió el barco y encerró a la jovencita por mentirosa)
.

En esta época actual, tan políticamente correcta, es lógico que Olivia no quiera que el público piense que ella era una mujer fácil... pero la realidad es que era muy difícil resistirse a los encantos de Errol. Por lo menos, eso es lo que ella decía en una entrevista televisada en el año 1.970: una época menos correcta, más divertida y en la que queda claro que, entre ambas estrellas, hubo una noche de sana lujuria.

Humm... Olivia, donde dije digo, digo Diego...



02 noviembre, 2009

Pequeña sorpresa en Como conocí a vuestra madre

Estoy terminando la cuarta temportada de Como conocí a vuestra madre. La serie, que comenzó con cierta gracia, ha subido muchísimos enteros y con esta temporada, instantáneamente, se ha convertido en un clásico. La adoro y me río sin parar.

Pero ayer, viendo este episodio, pensé que se me salía el corazón por la oreja con tan precioso homenaje a la película Algunos hombres buenos. Ella es Jack Nicholson. Él es Tom Cruise.

Como dice Bandini "a ver si los guionistas españoles de telecomedias ven estas cosas y se ponen las pilas":


30 octubre, 2009

Cotilleos sobre John Ford

No soy el único. Muchas personas han estado fascinadas por las películas y la personalidad de John Ford: desde Qué verde era mi valle, pasando por El hombre tranquilo, La diligencia, Las uvas de la ira, La legión invencible, Pasión de los Fuertes y mi favorita, Centauros del Desierto.

Demasiadas películas buenas. Hablamos de un director con cuatro Oscars y uno de los mayores creadores del cinematógrafo. Pero también hablamos de una persona arisca, indiferente con los que le llamaban artista, cruel hasta límites extraordinarios con los actores:

John Ford (A James Stewart): ¿Hay algo que no te guste en esta escena?
Jimmy:
No, todo perfecto.

John Ford:
¿No hay nada que te disguste?

Jimmy:
Pues no.

John Ford:
Fíjate bien... ¿no hay nada que no te guste?

Jimmy: Bueno, no sé, la camisa esa de ahí, la azul, no me acaba de convencer... John Ford: ¡A ver! Todos aquí.

John Ford reúne a todo el equipo. Paran de trabajar, bajan de escaleras, vienen maquilladores y eléctricos... todos, todos, se reúnen en torno al director:


John Ford:
Estamos todos trabajando pero parece ser que a nuestra estrella hay cosas que no le gustan en la escena. Nuestro "artista" tiene algunas quejas...

Ese es John Ford. Dicen que hacía estas cosas a propósito, para crear cierto ambiente y a Duke (John Wayne) lo tenía frito con enfrentamientos continuos. Sin embargo, desde James Stewart hasta Henry Fonda y por supuesto, Duke, se morían por trabajar con él.

Detrás de ese hombre arisco, al que Peter Bogdanovich solo consiguió sacar, en su famoso documental sobre el director, simples "si" o "no" por respuesta a sus preguntas, era mucho más.

Después de muchos años intentando poner una película de amor en marcha, termina haciendo El hombre tranquilo. Duke hace el papel de Sean, que en realidad, es el segundo nombre de Ford. Y ella, representada por la bella Mauren O´Hara, se llama Mary Kate (Mary por su mujer, Kate por su gran amor: Katherine Hepburn). La relación de Kate y John Ford no duró mucho, pero en esa época de felicidad (del 39 al 41), Ford hizo un número importante de obras maestras (incluidas Qué verde era mi valle, Las uvas de la ira, El joven Mr. Lincoln y La diligencia).

En el año 1.973, unas semanas antes de morir el director de cine, su nieto Dan Ford reunió a la Hepburn y a Ford para grabar una conversación en un magnetófono (que también se puede oír en el documental de Bogdanovich. Posiblemente, el mejor documental de cine de la historia. Se llama "Directed by John Ford"). Hablan de trivialidades y "qué alegría volver a verte". Cuando se da la sesión por terminada, Dan sale a su coche para preparar la vuelta de Kate... pero la cinta sigue grabando. En ella, Ford le dice a Kate un directo "Te quiero". Y Kate dice: "es mutuo, es mutuo". Después Ford se dirige a la compañera fiel de Kate (¿Elizabeta?) y le dice: "Cuídala, es muy especial, cuida de ella".

Por supuesto, no quiero omitir el famoso carácter de la Hepburn. Lo primero que dice cuando se encuentran a solas es "¡Oh, estás lleno de ceniza. Se te está cayendo..."

Un joven Steven Spielberg, que ya era director de algunas cosillas en televisión, se acercó a conocer a Ford en su despacho (ya se había colado en el set de Hitchcock y el director le había echado a gritos). Al cabo de un largo rato de espera, la secretaria de Fod le hizo pasar y Steven se encontró a su ídolo fumando un gran puro y con los pies sobre la mesa, recostado:

Ford: Así que, jovencito, usted quiere ser cineasta...
Steven: ...sí...
Ford: Acérquese a ese cuadro y márqueme la línea del horizonte.
Steven: (señalando) Está aquí abajo.
Ford: Acérquese a ese otro cuadro y márqueme la línea del horizonte.
Steven: Está aquí arriba.
Ford: Esa es la lección. La línea del horizonte se pone abajo o se pone arriba, pero nunca en el centro del encuadre. Adiós.

Dios mío. ¡Esta es la mejor lección de cine que he oído! -Como dijo Orson Welles cuando le preguntaron sobre sus directores de cine favoritos, éste contestó: "Me gustan los clásicos. Me gusta John Ford, John Ford y John Ford".

Y este plano de un minuto (empieza en el 0:14) sigue siendo uno de mis momentos favoritos en la Historia del Cine. Pertenece a Centauros del Desierto y cuando Wayne se queda solo, con la mano recogida en su otro brazo, es probable que me caiga alguna lagrimita:



Todos los datos pertenecen al documental Directed by John Ford, de Bogdanovich. Existe una segunda edición de 2.006 con nuevas entrevistas y, por supuesto, las clásicas a Fonda, Duke, Stewart... Una maravilla.

27 octubre, 2009

Puesta al día con la Cienciología

Yo tengo mis cruzadas personales, pero la más gorda es contra la Cienciología. Y de refilón, tengo mis problemas con Tom Cruise, al que no trago. Y es una pena, porque es un actorazo como la copa de un pino.

Creo saber bastante sobre la Cienciología gracias a la biografía no autorizada de Tom Cruise. En ella, prácticamente dos tercios del libro, de lo único que se habla es de "purificación" y de "niveles". Y como todas las cosas que me perturban, odio tanto la Cienciología que me paso el día leyendo sobre ella. Así somos.

Y hoy leo en la prensa que el cineasta Paul Haggis deja la Cienciología con una carta en donde cuenta barbaridades. Hay un dato que siempre me llama la atención: cuando alguien de tu familia no pertenece a esta secta, no puedes volver a verlos ni hablarles. El gran problema de Nicole Kidman, por ejemplo, era que tenía expresamente prohibido viajar a Australia para ver a sus padres.

Pero lo más espectacular es la personalidad atrayente, magnética y poderosa de David Miscavige, el gran jefe e íntimo amigo de Tom. Ese, de verdad, se merece un post aparte con sus barbaridades, su perro (al que hay que saludar cuadrándose y pobre de tí si te ladra) y su violencia verbal... ¡y física!.

Y mirando cosas en Internet, me he encontrado con un documental muy cortito sobre una periodista española que, con cámara oculta, se mete en el centro madrileño de la secta (¡tan cerca lo tenemos!) y vive una aventura digna de una película de aventuras.

Las imágenes son espectaculares: toda la parte de la niña es para meter en la cárcel a la madre. Pero amigos míos, el último trocito de vídeo bien vale todo el visionado, porque cuando la periodista despierta sospechas y la acorralan, he sentido auténtico pánico.

Bravo por la periodista y bravo por la televisión que lo emitió (que no sé cuál es), pero me da esperanza sobre el periodismo en España. Eso sí, si sufres del corazón, no veas el reportaje: