26 septiembre, 2007

Nervioso, palabras bellas y horas frías

Nervioso por:

Lamento mi poca disposición a postear tres o cuatro veces por semana. El viaje a China de mi mujer (ya de regreso) hizo que la casa, las lavadoras, hacer la comida, preparar el uniforme de los niños, y sacarlos a pasear, entre otras variadas actividades, me alejara del mundanal ruido de la blogosfera por unos días.

Y esta semana, sigo atacado con un Congreso de Oftalmología que estamos cubriendo en mi empresa. No tengo horas para mi vida y menos para mi blog.

Palabras bellas por:

Siempre pensé que las palabras más bonitas que oiría saldrían de la boca de mi mujer, o en su defecto, de alguna película en blanco y negro de los años 40, algo en plan "los alemanes iban de gris y tú ibas vestida de azul". Pero no. Hoy mi jefe nos ha reunido a todos en su despacho y ha dicho una frase que creo que voy a recordar durante muchos años: "A partir de hoy, vamos a hacer jornada continua". Dios mío... ¿tengo todas las tardes del mundo para mi?

Horas Frías:

Hoy me he acercado con un amiguete a ver La Hora Fría, una película de un canario que, además, es amigo nuestro: Elio Quiroga. En beneficio de nuestra amistad, no voy a hacer ningún comentario sobre la película.

No sé el motivo, pero hoy he empezado a recordar las funciones teatrales que hacíamos en el colegio cuando teníamos nueve años. Que cosas...

21 septiembre, 2007

El hombre de Tiananmen

Utilizo el "peropoco" para decir un par de cosas sobre el hombre de Tiananmen. Hoy me ha entrado una duda sobre esta historia y he estado leyendo algunas cosas en Internet (en la Wikipedia está bastante clarito).

En toda esta historia hay algo que no sabía y que me ha impresionado. Nadie sabe quién es este hombre. Se sabe que se subió al tanque y dijo unas palabras al conductor (que también son un misterio). Hay rumores de que era un estudiante de 19 años, hay rumores de que era un oficial de paisano e incluso un alto mando de la fuerza rebelde.

Después de las imágenes que todos conocemos, se metió entre la multitud y desapareció. Se dice que lo capturaron ese mismo día y lo mataron, también se dice que lo capturaron al cabo de unos días y lo liberaron... y hay quién dice que hoy vive en Taiwan.

Se han especulado nombres, se ha intentado averiguar quién era... pero todo en vano. Pero lo que me más me impresiona es que ese señor desconocido fue declarado en 1.998 por la revista TIME como una de las personas más influyentes del sg. XX.

¿No es genial?




17 septiembre, 2007

Sobre las bandas sonoras de Bond (y 2)

Tras haber compuesto cuatro o cinco películas en Hollywood, al músico David Arnold le ofrecieron su primer Bond con El mañana nunca muere (suponemos que debido al pequeño fiasco que hizo Eric Serra con Goldeneye) en el año 1.997.

Curiosamente, la película se llamó Tomorrow Never Lies (El Mañana nunca miente) hasta poco antes del estreno (siendo Tomorrow el nombre del periódico del malvado magnate de la comunicación que hace el magnífico Jonathan Pryce en su peor actuación), pero al final se hizo un pequeño cambalache de letras y el Lies se convirtió en Dies (morir por mentir).

Arnold, admirador de la saga y de la música de Barry, comenzó su tarea encerrándose en una habitación de hotel con su piano y sus ordenadores. Y empezó por donde todos los compositores cuando trabajan para el agente británico: la canción de los créditos. Esto, que puede parecer una frivolidad, no lo es: la melodía principal en las bandas sonoras de Bond parten de las canciones que abren la película, por lo que en realidad, lo que se está buscando es la melodía que va a definir el tono del film.

David Arnold, tras varias jornadas de trabajo, consiguió sacar adelante la magnífica canción Tomorrow Never Dies (o Lies, según las fechas) y la grabó con mi adorada K.D. Lang. Y a partir de ese momento, empezó a trabajar en diferentes cortes de la banda sonora, por supuesto, utilizando el material temático de la canción.

Pero ya sabemos que Hollywood funciona, por ser elegante, con una moral de dudoso gusto (la moral, claro, mal). Uno de los productores de United Artist estaba cariñosamente enlazado (o liados, depende del grado de romanticismo que le quieran poner) con la cantante Sheryl Crow y le ofreció, directamente, el tema de Bond.

La noticia de que Crow no sólo iba a cantar la canción principal de la peli (en realidad, un caramelo para cualquier persona que quiera llegar al TopTen de las listas musicales) sino a componerla con Mitchell Froom, llegó hasta el lugar de trabajo de Arnold, que vio como su música, directamente, perdía todo el sentido original, y para colmo, sin tiempo para reaccionar, sin tiempo para cambiar las cosas, con su canción ya grabada con una estrella como K.D. Lang y sobre todo, sin la posibilidad de tener el orgullo de una canción para 007 en pantalla.

La banda sonora de la película, aunque pudo incluir algún detallito de última hora, tiene una melodía radicalmente diferente a la de la canción. El último golpe de efecto, típico de Hollywood, fue dejarle a Arnold incluir su canción en los créditos finales, pero claro, no podía llamarse Tomorrow Never Dies, por lo que se cambió el nombre por Surrender, que es la palabra que canta K.D. Lang justo después de decir Tomorrow Never Dies.

Hoy, con la carrera actual de Arnold, no podrían repetir la jugada y el compositor ya se puede reír cuando cuenta la historia. A mí, la canción de Crow me encanta, creo que es sensual, perfecta y respetuosa con el sonido Bond, pero cada vez que escucho Surrender, a mi gusto, claramente superior, se me rompe un poquito el corazón.

Sheryl Crow se separó de este productor poco después de terminar la película. No lo digo con mala intención, sino como un dato que Arnold dejó clarito cuando contaba la historia. Y por el tono, no lo dijo como crítica a la cantante, sino como crítica a un productor que le importa más su amor de verano que la integridad de su película.

La canción de Sheryl Crow:



La canción Surrender de K.D. Land, compuesta por David Arnold:


16 septiembre, 2007

Sobre las bandas sonoras de Bond (1)

Hacer una película de James Bond es, directamente, montar una gran empresa para hacer mucho dinero. Todo, incluso las grandes pausas que se ha dado a la saga, está calculado al milímetro. Por eso, igual que se pueden analizar y disfrutar las películas del agente 007, también hay mucho que contar sobre sus decisiones y estrategias.

Las bandas sonoras de Bond, salvo algunas películas en las que no se pudo contar con el compositor oficial, están compuestas por John Barry en su primera temporada (Connery, Lanzeby, Moore y Dalton) y David Arnold (Brosnan y Craig).

El verano pasado (¿ya ha pasado?) tuve la oportunidad de intercambiar unas palabras con David Arnold en Úbeda y asistir a su conferencia que, por cierto, fue bastante interesante. Y entre otras cosas, contó acerca de su profunda admiración por Barry y su lucha por continuar con el mismo sonido que identifica a las películas de Bond.

Entre otras cosas (que revelan no sólo su inteligencia sino su profesionalidad) le preguntaron por qué prácticamente no aparecía la famosa melodía que identifica a Bond en la última película. Arnold, con una sonrisa en la cara, respondió que en Casino Royale, el agente 007 que nosotros conocemos todavía no ha aparecido. Sólo al final, cuando mata al villano directamente, cara a cara, sin pensárselo y sin remordimientos, es cuando ha finalizado su conversión. Por eso, sólo en los diez últimos segundos de película, la orquesta lanza esos dos golpes orquestales que identifican al agente británico. Era el momento adecuado.

El que piense que ser compositor de cine es crear una bonita melodía (incluso algún compositor de cine lo cree), mejor se estudia a los clásicos para que vea las aportaciones que puede hacer un buen compositor de cine. Por cierto, David Arnold contó otra historia (con romance incluido) que la dejo para el siguiente post).

Hoy, Internet me ha vuelto a sorprender. Si hay una canción que realmente me apasiona de la saga del agente con licencia para matar es You Only Live Twice, que tan acertadamente versionó el magnífico Robbie Williams. Me ha acompañado toda la vida y, posiblemente, la siga escuchando el resto de mis días. La versión popular, la de la película, es de Nancy Sinatra.

Pero hoy, buscando cosas sobre la cantante Björk, de la que no tengo ningún disco pero reconozco que es una tipa que me encanta (pese a su mal carácter), además de magnífica actriz en esa obra maestra que es Bailando en la Oscuridad, leo que hace unos años grabó la canción pero nunca la incluyó en ningún CD.

Y esa información, teniendo un ordenador con la Mula, es demasiado deliciosa. Pues eso, que la encontré, y por primera vez, recomiendo a todos los presentes que la escuchen con calma y con atención. No sólo la melodía sigue siendo cautivadora sino que la voz de Björk ennoblece sus notas.


12 septiembre, 2007

El mejor anuncio contra la piratería

No vuelvo a bajarme una peli en mi vida.
Se están poniendo duros contra la piratería.



PD: ¿Indiana Jones and the kingdom of the Crystal Skull? Uy,uy,uy...

10 septiembre, 2007

En la muerte de Jane Wyman

Ha muerto, con 93 años, Jane Wyman.

Seguramente, en muchas reseñas hablarán de la primera Sra. Reagan como la actriz de Belinda o de Sólo el cielo lo sabe, que están muy bien, pero amigos mios, dejemos las pijerías a un lado: Jane Wyman pasará a la historia como la malvada Angela Channing de Falcon Crest, como la tía del rey de la cama, Lorenzo Lamas, y como la mente privilegiada que contrató a Chu-Li como mayordomo.

Angela Channing tenía dos metas en su vida: joderle la vida a la gente y acostarse con su abogado, que en cada temporada era diferente y por tanto, es fácil deducir que no sólo era mala sino que era un putón verbenero. Y encima, adoraba el vino sobre todas las cosas, lo cual, para que nos vamos a engañar, tampoco dice mucho a su favor.

Descanse en paz una actriz que pasó con dificultades su carrera cinematográfica pero que con la era de las grandes sagas familiares de principios de los 80 en televisión, se convirtió en una auténtica reina catódica.

PD: Umbral, Vilallonga, Pavarotti, Serrault, Bergman, Antonioni, Wyman... menudo veranito.


¿Qué le pasaría al planeta Tierra si hoy desaparecieran los hombres?

El último hombre vivo (del bélico Charlton Heston) o I am Legend (que se estrenará a finales de este año o a principios del año que viene, con Will Smith) tienen en común una historia que siempre me ha fascinado: un tipo, por una casualidad, es la ultima persona viva en el planeta. El resto de la humanidad ha muerto. En ambos casos, como en 28 días después, en realidad quedan algunos zombies de pacotilla para animar una película que, sin ellos, solo contaría con un personaje.

Las imágenes de las ciudades totalmente desiertas, con algunos cadáveres por las esquinas y Charlton Heston intentando comer algo en el supermercado de unos grandes almacenes vacíos siempre me ha fascinado.

Y ahora resulta que leo (vía Menéame) en La Vanguardia que un famoso científico se ha entrevistado con una serie de profesionales del tema para saber que le pasaría al planeta si, de repente, la raza humana desapareciera en un pispas. Y las conclusiones las ha sacado en un libro llamado El mundo sin nosotros.

Cuenta, por ejemplo, como la naturaleza se abriría paso por las ciudades. En sólo dos días, el metro de Nueva York quedaría inundado. Habría numerosos incendios y las centrales nucleares terminarían por sobrecalentarse y estallarían. De los seres humanos, en miles de años, sólo quedarían las estatuas de bronce y algunos recuerdos, como el Monte Rushmore. Especies animales que dependen del hombre, como las ratas y las cucarachas, desaparecían al no haber desperdicios para las primeras y calefacción para las segundas.

Vale la pena echarle un vistazo al artículo, pone la piel de gallina.

PD: Los de I am Legend, seguramente, leyeron este estudio para hacer la peli. El trailer apunta alto.


09 septiembre, 2007

John Williams está en la red

Ha sido el gran descubrimiento de la semana. En Youtube han colgado un documental sobre John Williams cuando componía la música para El imperio contraataca.

Debido a la capacidad de Youtube (pensé que esas cosas estaban superadas) el documental se encuentra en seis trozos de diez minutos. Lo curioso es que se hace un seguimiento bastante exhaustivo sobre la forma de componer para el mundo del cine: desde que ve las primeras imágenes, hace las marcas para los cambios de ritmo, mide si su composición se adapta a la imagen, la orquestación, hasta el momento de la grabación.

Es triste que nos tengamos que ir a principios de los ochenta para encontrar un buen documento de este tipo, ya que ahora son pura publicidad, del tipo compositor diciendo: "Me ha encantado trabajar con este director". Por lo menos, aquí nos cuentan los problemas reales. Si te gusta Williams o la música de cine, busca el momento para echarle un vistazo a esto.

Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6

PD: Me cuesta reconocerlo, pero por si acaso hay algún despistado: las declaraciones de Williams sobre frikiperopoco no son del todo ciertas. Le gusta mucho el blog, pero odia el café con leche.

Sweeney Todd: la película

Vía Uruloki me encuentro con el póster definitivo de Sweeney Todd, la película de Tim Burton basada en el musical de Stephen Sondheim.

Y me acabo de enterar que han adelantado el estreno a Navidad, supongo que con vistas a las nominaciones a los Oscar. Con la cantidad de problemas que tengo (mi hipoteca, el comienzo del colegio de mis hijos, mi cada vez más agobiante trabajo, la gira por China de mi mujer, que me deja sin ella un par de semanas...), yo me pregunto... ¿Qué necesidad tengo de estar preocupado por el resultado de la película?

Quiero decir, los que leen este blog saben que adoro este musical sobre todas las cosas, y me preocupa que Burton haya decidido ampliar los diálogos (esto es, básicamente, eliminar canciones). O a lo peor, ha utilizado la historia del musical y ha eliminado TODAS las canciones... o le ha salido una chapuza...

El viernes por la noche, en las últimas semanas, me siento con mi hija de cuatro años a ver una película de las mías. Ella tiene sus Disneys y sus Pixar, sus Witch y sus Pocoyos, pero los viernes, nos acercamos a mi estantería y escojo una peli para que la veamos los dos, tarea bastante complicada debido a mi afición al cine de los años 40 (y todavía es un poco pronto para eso), a la ciencia-ficción, al terror o a las caspa absoluta (tipo Raimi en su juventud o la Troma). Pero el pasado viernes me encontré en una esquinita Eduardo Manostijeras, que con Ed Wood, es la mejor película de Burton. Nos sentamos y la vimos. A mí me volvió a cautivar (porque hay que reconocer que le salió perfecta) y mi hija lleva dos días simulando que tiene tijeras en vez de manos. En un momento dado de la peli, Eduardo corta el pelo de todos los vecinos y a una de ellas, le deja exactamente igual que a Sweeney Todd, con unos cuernecitos de pelos (como en la foto)...

Puede parecer un dato tranquilizador saber que Tim Burton no ha aceptado un trabajo cualquiera sino que realmente está loco por el musical de Sondheim. Por lo menos, sirve para calmar mi ansiedad respecto a la película que, como si fuera un niño de nueve años, no puedo esperar a ver en el cine.

PD: Estoy menos ansioso por ver Hairspray, sobre todo por el tremendo impacto que ha causado en EE.UU y sus maravillosas críticas. Tengo muchas ganas de verla, pero no dudo de su magnífico acabado final.

05 septiembre, 2007

Con más cara que espalda

Aunque parezca mentira, esta historia es rigurosamente cierta. Está bien documentada en unos cuantos libros de cine y el propio Spielberg ha hablado en numerosas ocasiones sobre el tema.

A finales de los 60, cuando todos los estudios de cine comenzaron a tener problemas serios de dinero, decidieron vender gran parte de sus tierras (que incluían
magníficos decorados) para construir urbanizaciones. Sin embargo, en la Universal, antes de desprenderse de sus instalaciones, una mente pensante decidió que podría ser un negocio que los turistas visitaran los estudios e incluso se les permitiera entrar en la cantina para comer algo al lado de sus actores favoritos.

Una de las primeras personas que visitó los estudios Universal fue el joven Spielberg, que con algo menos de 20 años, consiguió que un tío suyo le prestase un coche (a condición de conducir a menos de 60 Km. por hora) para viajar hasta Los Ángeles.

Una vez dentro del estudio, en plena visita, Steven se escondió del grupo de visitantes y se dedicó a colarse en todos los rodajes para ver de cerca a sus ídolos. Entre otras cosas, pudo ver a Hitchcock en plena faena en el rodaje de Cortina Rasgada, hasta que el director inglés se dio cuenta y mandó que echaran a ese joven entrometido.

Ese día, Spielberg se dedicó a presentarse a todo el mundo sin decir, evidentemente, que se había colado. Y sobre todo, puso especial interés en conocer al guardia de seguridad de la puerta, porque al día siguiente, ya con chaqueta, corbata y un maletín vacío, entró por la puerta de la Universal como si fuera un ejecutivo más. Nadie puso objeción.

Así pasaron los días, con Spielberg entrando en la Universal y viendo de cerca todos los rodajes que podía. Y cuando tenía oportunidad, dejaba caer que había dirigido unos cortos, por si alguien estaba interesado.

La época dorada de Hollywood llegaba a su fin y todo el complejo de oficinas del edificio principal de la Universal estaba medio vacío. Así que Spielberg colocó su nombre en una de las puertas, llamó a un tipo de mantenimiento y le pusieron un teléfono y le dieron una extensión. Después llamó al de la puerta y le dijo que si alguien preguntaba por él, estaría en su despacho. Así, con dos huevos.

Spielberg pasó así varias semanas dando tumbos por el mundo del cine y haciendo amigos (su capacidad de entusiasmo ya era conocida). Una de esas personas, con cierto poder de decisión, tuvo la oportunidad (o suerte, según se mire) de ver su corto Amblin (que más tarde daría nombre a una de las productoras más potentes de Hollywood) y así consiguió comenzar a dirigir desde lo más bajo de la Universal, que en aquel momento era su división para televisión. Así, el joven Spielberg dirigió, con sólo 21 años, algunos episodios de Marcus Welby, el episodio piloto de Colombo o Night Gallery (en donde dirigió a una distante Joan Crawford).

Pasaron los años y en la televisión americana se pusieron de moda los telefilmes. La Universal comenzó a trabajar en ese campo y uno de los primeros trabajos que presentaron fue El diablo sobre ruedas, la primer gran obra maestra de Spielberg, que en Europa se estrenó en los cines. Después llegaría el Festival de Cannes, la crítica, Loca Evasión y, por supuesto, Tiburón: la película que inventó la doble cola en el cine, para sacar la entrada y para entrar.

Esta es la historia.

Yo siempre lo defiendo: Spielberg es un narrador nato, un contador de historias. En una época en la que muchos directores buscan imágenes impactantes, esteticismo en bruto, la gran mayoría se olvida que el gran maestro de este tipo de cine es Spielberg, que jamás deja que una imagen le rompa el sentido de su relato. Una secuencia de Spielberg, en realidad, cualquier secuencia, es una clase magistral de narrativa cinematográfica. Y si alguien tiene alguna duda, debería revisitar Tiburón, Encuentros en la tercera fase, Salvar el soldado Ryan o La lista de Schindler.

PD: Esta historia de Spielberg en la Universal no la sabía cuando estaba en la Facultad de Ciencias de la Información en Madrid. Un día, mi clase tuvo una visita guiada a Filmoteca Española (a la sede en donde se trabaja, no al cine). Yo debía estar en la cafetería o intentando ligarme a alguien (cosas de la juventud), pero no me enteré de esa excursión hasta el día siguiente.

Cuando me contaron lo bien que se lo habían pasado, cogí el metro y me presenté en la Dehesa de la Villa yo solito y le conté al tipo de seguridad que no había podido venir el día anterior pero que me interesaba mucho el tema y si por favor era tan amable de llamar a alguien para que me enseñara el trabajo que se hacía en la Filmoteca.

Allí una señorita muy amable me llevó por todas las instalaciones hasta que llegamos al laboratorio de restauración de películas de Juan Mariné. La conversación con este señor se alargó unas cuantas horas, comimos juntos, hablamos de sus películas, merendamos y quedamos para seguir hablando al día siguiente, que me hizo un contrato y donde me quedé trabajando los tres años que me quedaban de carrera en la restauración de pelis.

Ha quedado probado que mi carrera no es la Spielberg, pero las dos historias tienen moraleja: en esta vida hay que tener más cara que espalda. Ser bueno en casa está bien, pero no sirve de mucho. Como decía mi padre cuando hacía alguna aberración al volante, como saltarse un semáforo en rojo: "el mundo es de los espabilados".

EN ESTE VIDEO, JIM CARREY CUENTA COMO SPIELBERG PREFIRIÓ DARLE EL PAPEL DE E.T. A UNA MARIONETA EN VEZ DE A ÉL:


03 septiembre, 2007

La inesperada sorpresa de De-Lovely

El problema de las personas a las que nos gusta el cine es el exceso de información. A veces, tengo cierta nostalgia de cuando iba a ver una película porque el título me gustaba o simplemente el cartel era espectacular, pero de eso ya hace muchos años.

Ahora, muy de vez en cuando, compro algunos DVD porque están de oferta y, como ayer, me da el punto de ver una película de la que apenas he oído hablar. Y como De-Lovely está protagonizada por Kevin Kline, que siempre es una garantía, sabía que de alguna forma iba a ser tiempo bien invertido.

Y lo digo clarito: De-Lovely es una auténtica maravilla. Se supone que, como en Noche y Día, la película de Cary Grant, es un biopic de la vida del compositor Cole Porter: un personaje fascinante, con talento, vividor y currante a partes iguales, enamorado de su magnética mujer y, al mismo tiempo, más femenino que Jack Lemmon en Con faldas y a lo loco.

La genialidad de la peli consiste en como cuenta los entresijos de su ascenso, su forma de componer, el ambiente teatral y el ambiente de Hollywood... Comienza con un envejecido Cole Porter (atención al vídeo: increíble el maquillaje de Kevin Kline: durante media película estaba convencido de que el viejo Cole Porter lo hacía otro actor; todavía el cine me engaña) al que le visita una especie de ángel Gabriel (Jonathan Pryce) en forma de director de teatro que escenifica su vida en largos flashbacks.

Otra de las gracias de De-Lovely son las versiones de las canciones, todas modernizadas ligeramente (la versión de Beguin the Beguine deja con la boca abierta) y versionadas por cantantes tipo Robbie Williams, Alanis Morissette, Diana Krall, Elvis Costello, Natalie Col y un largo etcétera, que por supuesto, están perfectamente integrados en la trama (también en el vídeo se puede ver la participación de Morissette).

Y hay un momento maravilloso: invitan a Porter a un pase privado de la peli Night and Day, y el compositor queda fascinado con la idea de que sea la cara de Cary Grant la que todo el mundo asocie a su persona. Destellos agudos de guionista.




PD: Para los más forofos (o los que tienen más tiempo libre) aquí está la versión de Beguin the Beguine. Y para los que sepan armonía (yo lo he tenido que leer): lo que han hecho es cambiar de mayor a menor, por lo que prácticamente, la canción es diferente. Una genialidad.