Masters of Horrors es una serie de televisión de esas que todo el mundo conoce gracias a la Mula y que, creo, todavía no han emitido en la televisión española.
La serie se basa en una idea bastante simple. Mick Garris, un director de cine de terror (bastante mediocre, todo hay que decirlo) convoca a los mejores directores del género para que hagan un episodio de una hora con una historia terrorífica. La serie está bien, aunque al ser episodios independientes hay algunos que son muy buenos y otros que no lo son tanto.
Pero hay dos episodios que me han gustado mucho: el de John Un hombre lobo americano en Londres Landis y el de mi adorado John La Cosa Carpenter.
El episodio de Carpenter se llama Cigarrete Burns y es la historia de una película maldita, una película que todo el que la ve se siente poseído por el mal y termina cometiendo atrocidades (en realidad, es un poco lo que pasaba con las imágenes de Videodrome, el clásico de David Cronemberg). Como dato anecdótico, los personajes de este episodio cuentan que la película maldita solamente se ha proyectado una vez, en los años 70, en... ¡el Festival de Sitges! Por supuesto, esa proyección acabó con unos cuantos muertos y mucha gente que, a día de hoy, sigue desquiciada por ese visionado.
Creo que vale la pena verlo. Sus imágenes son malsanas y no demasiado gore (aunque hay un decapitamiento muy, muy bien hecho y, por tanto, muy desagradable), y aún así, me encanta ver a ese ángel sin alas... es ese ser blanco que se ve en el trailer de este capítulo. El personaje que encarga la búsqueda del film maldito lo tiene como souvenir de la película, en una plataforma giratoria, para que los visitantes lo vean bien:
PD: Las marcas de cigarrillo del título son los circulitos que aparecen en los cines y que indican que el rollo debe cambiarse. En realidad, son marcas que son exclusivamente para los proyeccionistas.
PD2: En realidad, la idea de este episodio es el poder del cine. La capacidad, como dice uno de sus personajes, de ser una bala contra los espectadores. Y por supuesto, se habla de la responsabilidad que tienen los directores de cine, ya que los espectadores confían plenamente en ellos. Al fin y al cabo, se sientan en una sala oscura, confiando ciegamente en las imágenes que van a ver...
PD3: En los extras, Carpenter dice sobre esto: "Tonterías, una película que mata... la historia que cuento es buena, pero no creíble. No tenemos ese poder". Ese es mi hombre: John Halloween Carpenter.
La serie se basa en una idea bastante simple. Mick Garris, un director de cine de terror (bastante mediocre, todo hay que decirlo) convoca a los mejores directores del género para que hagan un episodio de una hora con una historia terrorífica. La serie está bien, aunque al ser episodios independientes hay algunos que son muy buenos y otros que no lo son tanto.
Pero hay dos episodios que me han gustado mucho: el de John Un hombre lobo americano en Londres Landis y el de mi adorado John La Cosa Carpenter.
El episodio de Carpenter se llama Cigarrete Burns y es la historia de una película maldita, una película que todo el que la ve se siente poseído por el mal y termina cometiendo atrocidades (en realidad, es un poco lo que pasaba con las imágenes de Videodrome, el clásico de David Cronemberg). Como dato anecdótico, los personajes de este episodio cuentan que la película maldita solamente se ha proyectado una vez, en los años 70, en... ¡el Festival de Sitges! Por supuesto, esa proyección acabó con unos cuantos muertos y mucha gente que, a día de hoy, sigue desquiciada por ese visionado.
Creo que vale la pena verlo. Sus imágenes son malsanas y no demasiado gore (aunque hay un decapitamiento muy, muy bien hecho y, por tanto, muy desagradable), y aún así, me encanta ver a ese ángel sin alas... es ese ser blanco que se ve en el trailer de este capítulo. El personaje que encarga la búsqueda del film maldito lo tiene como souvenir de la película, en una plataforma giratoria, para que los visitantes lo vean bien:
PD: Las marcas de cigarrillo del título son los circulitos que aparecen en los cines y que indican que el rollo debe cambiarse. En realidad, son marcas que son exclusivamente para los proyeccionistas.
PD2: En realidad, la idea de este episodio es el poder del cine. La capacidad, como dice uno de sus personajes, de ser una bala contra los espectadores. Y por supuesto, se habla de la responsabilidad que tienen los directores de cine, ya que los espectadores confían plenamente en ellos. Al fin y al cabo, se sientan en una sala oscura, confiando ciegamente en las imágenes que van a ver...
PD3: En los extras, Carpenter dice sobre esto: "Tonterías, una película que mata... la historia que cuento es buena, pero no creíble. No tenemos ese poder". Ese es mi hombre: John Halloween Carpenter.
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