27 noviembre, 2007

Atrapar un rayo en una botella

Atrapar un rayo con una botella no está necesariamente relacionado con la botella de Leyden, aunque es evidente que algo tienen que ver. Me refiero a una frase legendaria, muy popular en Hollywood, que ahora se acuña a Blake Edwards (más que nada porque su biografía se titula de esta manera).

El concepto es sencillo. Cuando la cámara de cine está rodando, a lo mejor tienes suerte y capturas un rayo (léase, un momento mágico, una casualidad, un tempo, una actuación...). Un plano mágico que no sólo forma parte del ensayo y del trabajo, sino que las hadas se han puesto de tu parte y han cumplido a la perfección con su cometido.

Es un concepto romántico que me ha tenido pensando unos días. Recuerdo momentos memorables de pelis en los que siempre he pensado que hay un componente mágico, como Gloria Swanson bajando por la escalera en Sunset Boulevard, rodeada de periodistas y policías parados como estatuas (en concreto, localizo tres fotógrafos que son incapaces de sacar la foto cuando la actriz pasa por su lado).

Son muchos los momentos sublimes en la historia del cine, pero es difícil saber cuando, gracias a un factor indefinido, el destino ha puesto una cámara en el momento adecuado, en el sitio adecuado y con la persona adecuada delante.

Bueno, vale. Conozco un momento en donde se captó ese rayo. Lo he puesto dos o tres veces en este blog, pero como cada día hay gente nueva por estos lares, lo pongo otra vez. No es de una película. Alguien con visión de futuro decidió hacer un documental sobre el enorme trabajo que supone montar un musical de teatro: Miss Saigon. Lo grabó todo, de principio a fin. Cuando llegó el momento de hacer un casting, los productores y el compositor se fueron por todo el mundo y encontraron a Lea Salonga en Manila, que ahora es una cantante muy conocida por su impresionante voz (después fue Yasmine en Aladdin).

Se captó el rayo por muchos motivos: en primer lugar, ella se ha hecho muy popular, pero en el momento de grabar estas imágenes era una (casi) desconocida de Manila. En segundo lugar, su aparición en escena es pidiendo un autógrafo al compositor (para mi, es como ver a Spielberg pidiendo un autógrafo a alguien, algo casi sin sentido). En tercer lugar, la canción que comienzan a trabajar es una de las más famosas del musical (pero ahora podemos ver como se equivoca en algunas notas) y por último, el cámara captura la cara del director del show, el productor y el letrista. Son caras de "por fin hemos encontrado a la protagonista" y de "volvemos a casa, tenemos a nuestra cantante". El momento es tan bueno, que a mi me parece ver como al productor (la persona que está en el medio, apoyado al piano) le salen signos de dólar de los ojos.

Y todo esto regado con la voz de Lea Salonga. Datos que me hacen pensar que, efectivamente, alguien capturó un rayo en una botella.




PD: Después se convirtió en estrella, se hizo más guapa y podemos disfrutar de sus conciertos y sus musicales. A lo mejor es que con ella es fácil capturar rayos.

1 comentario:

  1. hola, sergio, tanto tiempo!
    es cierto, se capturó un rayo, o más bien, esa estrella que es la Salonga. Emociona verla tan chiquita, no?
    También está el making of the Martin Guerre, un musical hermosísimo a mi gusto, lástima que les fue tan mal como a The pirate queen 8aunque esta llegó a broadway por lo menos).
    Te mando un saludo desde la calurosísima Argentina.
    (Fijate en mi nuevo proyecto, Mucho ruido, pocas nueces!)

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