14 diciembre, 2008

Adios, Sr. Johnson

Siempre me ha gustado el cine. Y aunque nací en el 71, recuerdo ir al estreno de Superman en el cine Capitol en el año 78. Pero antes de eso, recuerdo muchas películas más, e incluso mi hermana Inma me llevó a ver Tiburón en el cine Bahía en el 76 o 77 (debía ser un reestreno, una de esas cosas que ya no existen) aunque se preocupó muchísimo de taparme los ojos cada vez que aparecía la bestia.

También recuerdo empezar a ver El planeta de los simios en Sábado Cine y mi madre, cuando se percató de que no era una película para niños, me mandó a la cama. Y desde el fondo del pasillo, pude ver el resto de la película, escondido y acojonado al mismo tiempo. Al final, cuando Heston descubre la estatua en la playa, no pude creerme lo que estaba viendo.

Y por supuesto, recuerdo la sala Mercé en Arenys de Mar, mi propio Cinema Paradiso. Cada verano podía tragarme seis películas semanales diferentes. Dos los lunes, miércoles, viernes y domingo, otras dos los martes, jueves y sábado y otras dos, más especiales, los sábados por la noche. Y como cualquier cine de pueblo, las películas se mezclaban de forma rara: clásicos del cine con copias en mal estado, infantiles, musicales, algo actual e incluso alguna vez, la película era sustituida por la actuación de un mago o un fakir.


Yo iba practicamente todos los días, entre otras cosas porque no pagaba un duro, con un "muy buenas" entraba en la sala. Y repetía películas sin complejos. Y de ahí salen mis recuerdos de Mary Poppins y todas aquellas películas de Disney de Un candidato muy peludo, Mi amigo el Fantasma y Te veo y no te veo. Pero también salen de allí clásicos del cine de los años 50, algunas pelis de Brian de Palma, mucho cine de terror y, aunque parezca inaudito, alguna peli del cantante country Kenny Rodgers.

Y ahí me enamoré perdidamente de una de mis películas favoritas, que pude ver más de 20 veces en los cuatro o cinco años que veraneé en Arenys: A 23 pasos de Baker Street. Era de misterio, con un escritor ciego de teatro que oía en una cafetería una trama rocambolesca y que los malos malosos le perseguían. Como en la peli de Audrey Hepburn, al final hacía de la ceguera su aliado para salvar su vida. Eso y que, como era un escritor de obras de misterio, sabía verlas venir.

Nunca he querido volver a ver esta película porque cabe la posibilidad de que no sea tan buena. En mi cabeza es gloriosa, en Technicolor y en formato muy amplio (en CinemaScope). Leo en IMDB que es buena y la firma Henry Hathaway, uno de mis directores favoritos. Pero no la veré, porque es algo que pertenece al Sergio de mi infancia y no pienso destrozarle sus recuerdos por una tontería. A 23 paso de Baker Street es mi película, no mi favorita, ni la mejor, simplemente es la mía porque me ha acompañado durante años. Y cuando volvía a Arenys y veía en los avances que la iban a poner, me ponía más contento que unas castañuelas.

Y se ha muerto Van Johnson hace tres o cuatro días. El amigo Van. El tipo simpático que normalmente era el amiguete del protagonista. El tipo amable y gracioso. El ciego de Baker Street. El tipo atrapado en la pantalla en La Rosa Púrpura del Cairo. El amiguete que acompañaba a Gene Kelly en Brigadoon... Van Johnson, el que fuera Flautisma de Hamelin.

Algunos sienten la pérdida de los grandes actores, de las superestrellas, pero con la pérdida de Van Johnson, siento que he perdido un compañero de andadura. Un tipo grande. Un amiguete.

Y en Youtube me he encontrado con los primeros diez minutos. de Baker Street. Creo que si ven algo de los créditos, se pueden hacer una idea de la magia que desprende la peli. Si es buena o mala, ya lo tienen que juzgar ustedes porque yo me guiaré por mis recuerdos: sí, es buenísima.

16 comentarios:

  1. Para mí Van Johnson siempre será el colega borrachín de Gene Kelly.

    Yo también recuerdo con una nitidez asombrosa mis primeras películas y todo lo que las rodeaba. Fueron momentos especiales, y probablemente mi ilusión de entonces me hacía una espectadora mucho más entusiasta que ahora. Creo que haces bien en no volver a verla, pero también estoy segura de que algún día caerás.

    También yo tuve mis particulares Cinema Paradiso, aunque no con la magia de ese cine de pueblo, pero sí con el de una ciudad pequeña. Unos cines donde me conocían, donde iba a pedir fotos (menudo buhardilla tenían) y que vi demoler aguantando las lágrimas.

    Qué maravilla esos reestrenos, y qué pena poder ver ahora solo películas nuevas en el cine.
    Gracias por este post ;-)

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  2. Si señor, un post cojonudo. Estuve tentado de escribirle un post yo también al Sr. Johnson cuando me enteré de que había fallecido, pero viendo el tuyo no tiene sentido siquiera intentarlo.

    Todos tenemos nuestros "cinema paradiso". Los míos fueron los Cinestudios Griffith -el actual Renoir Cuatro Caminos- y Alvi -el actual Conde Duque Santa Engracia-, el cine Magallanes y aquel cine que había en el actual gimnasio Palestra de Bravo Murillo cuyo nombre no recuerdo. Era genial cuando llegaban los programas del mes al buzón de casa, con los carteles de las películas por semanas, con esos programas dobles del palo de "El Padrino I y II o "El apartamento y Con faldas y a lo loco".

    Aunque el dvd hoy haya sustituido aquella oferta, ver aquellas películas en el cine era algo especial.

    Buena semana a todos.

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  3. Tú entrabas con un "buenas tardes"; yo, con un taquito de entradas que nos daban a principio del verano. Las contaba una y otra vez para ver cuantos días más podía ir. Si se acababan podía ir y pedir más pero como me parecía un abuso intentaba que duraran. (formación materna)

    Nada como esa sala Merce, con su olor un poco rarillo y el acomodador que si lo viera ahora lo reconocería al vuelo.

    Un verano, el dueño llevaba también los coches choques de la playa...y también me dió pases gratis. Además de ser un chollo me convirtió en la reina de mi pandilla porque el que se subía conmigo tampoco pagaba.

    Me has dado un motivo para revisar Brigadoon y otro para pasar una buena mañana recordando.

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  4. Nos estamos quedando sin actores de los de verdad...

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  5. Candela, que el romanticismo no nos ciegue, que ver El Caballero Oscuro en la sala 25 del Kinépolis es una experiencia única e imposible hace 20 años ;-)

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  6. Los cines de antes olian a cine, tenian encanto, ambiente... Los cines de hoy son megasalas, con un sonido del carajo, eso si, pero huelen, en el mejor de los casos, a cerrado y a producto de limpieza industrial y barato. ¡Y estan en la quinta puñeta!

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  7. Sí, la nostalgia es bonita pero nos ciega. El olor de los cines, en realidad, era humedad. Las copias eran malas. Tenían mucha magia y podíamos ver durante horas todas las fotos de la película que colgaban en las fachadas.
    Hoy no hay fotos, los cines huelen a sex-shop pero las películas las vemos mejor que nunca. Yo vi Vértigo hace pocos años, en su versión restaurada y en pantalla macrogigante espectacular. La experiencia, aunque nos cueste nuestros euros, no tiene precio.

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  8. Y me parece que fue a Inma, no estoy muy seguro, que un día le pasó una ratita por los pies en la sala Mercé...

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  9. S ESO me hubiera pasado me acordaría...

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  10. Ostras, ¿a Inma le pasó eso también? A mí me cayó un ratón encima de la cabeza cuando estaba viendo "La edad de la inocencia". Luego huyó paseándose por mi muslo.
    Mi madre se quería ir, pero a mí no me movía ni dios.

    De todas formas, aunque la tecnología es mejor, hecho de menos a los buenos operarios de toda la vida y no a jóvenes contratados temporales sin ningún interés, que te cortan los créditos de la peli porque les da la gana, o que pasan una y otra vez la peli sin preocuparse de enfocarla en condiciones. Al menos esa ha sido mi experiencia.

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  11. Yo , al parecer, me he "criado" en los mismos lugares que Bandini, a los que añadiría, el antiguo cine ideal, llamado a si mismo "el palacio del terror, la fantasia y la ciencia ficcion, el cinestudio Fantasio, El Covadonga, Los Duplex....Frente al cine Cartago existía ese cine que Bandini no recuerda...El cine Quevedo. ültima película que vi allí: Misterio en la isla de los monstruos. Ahí es nada.
    Sergio, no dejes de verla de nuevo: es igual de buena que siempre: solo has de esforzarte por verla con los ojos de entonces.

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  12. Yo, como debo ser mas "veterana" recuerdo el estreno en Barcelona de "A 23 pasos..." Como teniamos a mi abuela de visita me olbigaban a pasearla todas las tardes y me doblaron la paga para que fueramos al cine. Creo que le hice ver a la pobre mujer 3 o 4 dias seguidos esa pelicula. No estoy segura si era en el Femina o el Alexandra.
    ¡Ah! que tiempos.
    felicita

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  13. Joder, Jorge, me acabas de hacer feliz. El Fantasio, el Quevedo, los Duplex de General Oráa.

    Que recuerdos. Aún puedo escuchar la bronca de mis padres por haberme quedado haciendo cola 2 pases para ver Gremlins, lo que me hizo llegar 3 o 4 horas tarde a casa.

    Gremlins lo merecía. ;-)

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  14. Bueno, buscando entre tus posts antiguos me he topado con éste de diciembre del 2008 y no he podido evitar escribirte un comentario.
    Y es que apenas conozco a gente que haya siquiera oido hablar de "A 23 pasos de Baker Street" (mucho menos que la hayan visto); de hecho ni yo misma sabía de su existencia hasta hace unos meses.
    La pusieron en televisión y me enganchó desde el principio.

    Y yo me pregunto cómo es que este peliculón no ha formado parte de las grandes listas durante todos estos años. Será que como soy una completa ignorante en esto del cine, se me había pasado.
    No creo que "corras peligro" si la ves por 2ª vez. Replantéatelo.

    Me ha encantado saber que hay alguien más que comparte el mismo entusiasmo que yo por ella.

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