06 julio, 2012

Mapas Sonoros en Córdoba 2012

Sin alargar la historia demasiado, la crisis unida a un cambio político en el Ayuntamiento de Úbeda ha movido el Festival de Música de Cine a Córdoba. No quiero ni pensar en lo dramático que ha tenido que ser para la organización volver a ajustar todos los parámetros de organizar un Festival moviendo fichas hasta los últimos días.

Estos movimientos se han notado a nivel usuario en detalles como cierta falta de organización, alguna conferencia desaparecida, y en que muchas veces nos enterábamos de las cosas por el boca a oído -"oye, que me han dicho que..."

Siempre he defendido la magia de Úbeda - entre otras cosas porque es tan complicado llegar a la ciudad que, de alguna forma, todos los que acudíamos estábamos completamente locos y se formaba un grupo muy unido de gente que adoraba la música de cine. Sin espontáneos.

Pero como en tantas cosas en esta vida, me equivoqué completamente, porque lo importante es la calidad de la gente y Córdoba ha demostrado ser un lugar perfecto para la música de cine, tanto por instalaciones como por la magia que desprende - y además, se puede comer a altas horas de la madrugada, a la salida de un concierto e incluso, tomarse algo en un hermoso patio cordobés.

Los invitados de este año no eran los idóneos para un servidor - lo que no quiere decir que sean malos, simplemente no son de mi estilo. Ni sigo a Richard Bellis (del que tuve que leer algo durante la conferencia porque no me sonaba de nada), ni Trevor Morris (que hace un montón de series de televisión... pero justo las que no veo: Los Pilares de la Tierra, Los Tudor...); y la verdad, siempre que pongo un ejemplo de músico que no me interesa, saco a colación a Cliff Martínez, que fue otro de los compositores invitados.

En realidad, no es culpa del Festival. La carencia de ideas musicales en estos años es francamente asombrosa. Y nos podemos dar con un canto en los dientes por haber podido disfrutar en estos pocos años de Música de Cine en Úbeda de la calidad de Patrick Doyle o Dave Grusin, que son claramente primeras figuras.

Pero en estos últimos años hemos pasado de magníficas melodías en las bandas sonoras a lo que Cliff Martínez denominó Mapas Sonoros. Música que acompaña a las imágenes con sonidos y ruidos... o sea, una evolución de la melodía pura a una especie de mapa sonoro para la película. El concepto es muy, muy interesante, pero como melómano y espectador, no me dice absolutamente nada.

Pero asistieron tres personas que, para mí, eran muy interesantes: el gran Christopher Young, que repetía con nosotros. Prototipo de compositor excéntrico con camisas imposibles y machacado por algunos excesos del pasado. Young es un genio, no sólo por su música sino por su forma de ganarse a la gente. Pero no nos engañemos, tanto "te quiero", "eres mi familia" o "esta comida la pago yo"... esconde a uno de los mejores músicos de cine de los últimos treinta años. No repaso su filmografía porque tienen Google a mano. Poder abrazar a Chris, verle pasearse por Córdoba y disfrutar más que nosotros del evento es un privilegio único.

La segunda sorpresa vino de la mano de Murray Gold, que no lo conocía porque no soy seguidor de la serie Doctor Who, pero demostró sus buenas dotes como comunicador en una conferencia francamente interesante y las cosas que he escuchado de él me tienen asombrado. Para mí, uno de esos descubrimientos que hace que viajar miles de kilómetros a un Festival de Música adquiera todo su sentido.

Y por último, algo que todos sabíamos: el gran Carles Cases. Genio y figura. No deja de ser extraño que en el concierto general no tocaran ninguna pieza suya, aunque el último día tenía un concierto exclusivo con su grupo (y la colaboración de Mark Isham en la trompeta). Para el que no lo sepa, Cases es uno de los grandes melódicos que hay en España y me da la sensación de que lleva años oculto en las sombras, sólo conocido por los fanáticos de la música de cine. 

Mi amor por Cases no es repentino. Llevo un par de décadas preguntándome cómo sería este tipo, posiblemente desde que hace tropecientos años escuchara la melodía de Fotos, que según sus palabras "era un música muy majita". Y sin llegar a ser tan excéntrico como Young, cuando hablas con Cases es fácil que pierda la mirada y esté pensando mil cosas al mismo tiempo. Supongo que perdido en ese espacio creativo reservado para unos pocos.

Conciertos hubo varios, largos, prometedores, clásicos y maravillosos. El que más me gustó fue uno de cine clásico, que estuvo francamente bien seleccionado y con piezas de Waxman, Jarre, Tiomkin (con la presencia de su viuda, conferencia a la que habría ido de haberme enterado de que estaba)... una auténtica maravilla.

Eso sí, esa misma noche había dos conciertos seguidos y el segundo terminó a las 3:30 de la madrugada. Adoro la música de cine, pero si con tantos aplausos la orquesta decide hacer un bis, yo me suicido allí mismo.

En definitiva, una experiencia que, como todos los años, es casi sobrenatural. Y no me canso de ver viejas caras conocidas. tipos tan locos como yo - en algunos casos mucho más- con los que puedes hablar de Goldsmith y Herrmann como si se tratara de cualquier grupo de moda. 

Y cuando hay tanto concierto, tantos amigos, tanta cordobesa guapa y tanta Mezquita... pues uno sólo piensa en volver. El año que viene la organización no tiene que volver a mudarse y tendrán más tiempo para anunciar el evento, poner las cosas más claritas y sobre todo, disfrutar más de estos cuatro días - que supongo que también les apetecerá. Están haciendo una labor endiabladamente complicada y deben saber que todos estamos profundamente agradecidos por esos días que nos regalan.

En el primer concierto, subí a la última fila del segundo piso para grabar Avengers de Silvestri:

4 comentarios:

  1. La música que Murray Gold ha compuesto para la serie de Doctor Who es impresionante, de lo mejorcito que se ha compuesto para series de televisión en los últimos años. Además, ha mejorado mucho según avanzan las temporadas creando temas para todos los personajes y villanos, y con una variedad de registros sorprendentes: divertida, triste, de acción, melancólica, apoteósica...

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  2. Sergio, soy Ale. Gracias por Pascal Gaigne, y echale un vistazo a Flight of the Conchords

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  3. SIIIII. Ya estoy de lleno con Flight... magistral.

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