27 septiembre, 2006

Sobre Mazinger Z

Todos los que me conocen bien sabían que antes o después hablaría sobre Mazinger Z: la mejor serie de dibujos animados de la historia (es mi blog y hago las exageraciones que me da la gana).

Como dijo José Miguel en su blog, yo tuve la suerte de poder comprar la serie para emitirla en una televisión local de Gran Canaria. Lástima que el doblaje que todos conocimos en nuestra infancia era propiedad de Televisión Española y la tuvimos que emitir en ese castellano neutro "tirando a mejicano". Así, el Doctor Infierno pasó a ser el Dr. Hell y el maravilloso hermafrodita Barón Ashler pasó a ser el Barón Ashura.

Pero por lo menos, pudimos ver el final de la serie. En la televisión estatal nos dejaron colgados en un momento muy delicado, cuando el Dr. Infierno se hacía con una gran veta de Aleación Z, fuente de poder de nuestro protagonista. Lo que nunca supimos, ingenuos que éramos, es que Afrodita A iba a ser destruida por el ejército de brutos mecánicos comandado por el Barón Ashler y que Sayaka y Koji se estaban enamorando. Afrodita fue sustituida por una tal Diana, mucho más potente.

Por Mazinger no pasan los años... Si has nacido a finales de lo 60 o principios de los 70, se te va a poner la carne de gallina cuando veas esto.

Esa generación tuvo (tuvimos) la suerte de educarnos con cine en blanco y negro en la televisión, sabemos quien es Cary Grant no por cultura general sino porque lo veíamos a diario, odiamos a Orzowei porque sustituyó de forma lamentable al gran Mazinger Z... porque sólo teníamos una tele... un canal... y veíamos lo que emitían. En realidad, una forma de adquirir cultura general a presión, la famosa letra que con sangre entra.

Sobre Jonathan Larson

Si no te gustan los musicales, Jonathan Larson no te suena de nada. Y sin embargo, debe ser uno de los compositores más premiados de la actualidad. No sólo eso, su obra cumbre, RENT, tiene el codiciado premio Pulitzer al mejor drama.

Pero Jonathan nunca lo supo porque murió pocos días antes del estreno de RENT en 1.993.

Todavía no he descubierto si esta historia es una tragedia o un sueño. Este compositor estaba loco por estrenar una obra musical. Gran seguidor de Sondheim, se puso a trabajar como un poseso hasta que logró que RENT viera la luz. Y justo antes del estreno, se muere de una especie de infarto.

Y ahora RENT es considerado el gran musical de finales de siglo, quitándole el título al genuino Fantasma de la Ópera.

El día del estreno, todos los cantantes se sentaron en sus sillas y en señal de duelo, cantaron sentados a la luz de las velas. Sin embargo, al llegar el número de la "Via Boheme" comenzaron con la coreografía habitual para no traicionar el espíritu de la obra.

Hoy, RENT se ha estrenado en los teatros de muchísimos países y se ha hecho una película con los actores originales (pero Dios mío, eliminaron mi número favorito: GoodBye Love). Y en YouTube hay un magnífico documento de cinco minutos donde él cuenta su historia. Lo mejor es que, al principio del vídeo, se le ve en su último día de trabajo en una famosa cafetería de Nueva York. En ese momento ya sabe que RENT tiene pista libre. Lo que no sabe, y nunca sabrá, es que su obra va a cambiar la concepción del teatro musical.

26 septiembre, 2006

Nunca entendí a Richard Pryor

De verdad, Richard Pryor nunca me hizo gracia. Ni él ni Gene Wilder, pero por lo menos este último hizo "El Jovencito Frankenstein", que tiene bastante gracia. De Pryor sólo recuerdo "Superman III" y la del sordo y el ciego que son testigos de un asesinato (que buena sinopsis). Malas las dos.

Paseándome por El Corte Inglés (caro pero surtido) me encontré con dos DVDs de actuaciones suyas en directo, los famosos "stand by" de los americanos: el humorista, un micrófono en la mano y dos horas hablando. Las compré por dos razones: un espíritu consumista absolutamente desbordado y por saber como era el humorista en su show, sin guiones ajenos, sin directores...

Y tampoco me hizo gracia. Nada de nada. Es un humor muy ochentero, poco sutil, muy descarado... Me da la sensación de que está pasado de moda, pero desde siempre. Por supuesto, es personal y no pongo en duda su increíble éxito como humorista, no sólo en EE.UU.

Richard Pryor murió de un ataque cardíaco en el 2005, seguramente derivado de su larga y penosa esclerosis múltiple. Y no sé muy bien porqué, hoy he visitado su página web y me he quedado acojonado: defensor de los animales a ultranza, nunca ocultó su enfermedad y luchó como pudo hasta el final. Un caso parecido al de Christopher Reeve, aunque parece que Pryor no llegó tanto a la conciencia colectiva. Su página web tiene un apartado de fotos que no tiene desperdicio y en el que Pryor se muestra tal como está en los últimos días de su vida.

Y aunque seguramente no vuelva a verlos, hoy pondré sus DVDs en un sitio destacado de la estantería de casa. De alguna manera, estoy orgulloso de haberlos comprado.

25 septiembre, 2006

El injusto mundo de las películas olvidadas

Todos los años salen al mercado unas cuantas películas que vale la pena ver. Recordar. Comprar.

Algunas, por algún motivo que se me escapa, no llegan al público para el que están destinadas. Y otras, por cosas del destino, reciben un golpe de gracia. Y para mí, las dos películas más importantes de la temporada pasada son Crash y Kiss Kiss Bang Bang.

Las dos hablan de la ciudad de Los Angeles y las dos son exquisitas. Crash es la típica película que encandila a todo el que la ve. Pero no tuvo una gran campaña de publicidad y su pasó por la sala grande estaba condenado. De repente, un día raro, recibe unas nominaciones y Hollywood, que por lo visto no estaba preparado para darle el voto final a la mejor película a los vaqueros gays, premia a Crash. Un golpe de suerte.

Pero no ha pasado lo mismo con Kiss Kiss Bang Bang, en donde dos actores en estado de gracia (Robert Downey Jr. y Val Kilmer), una fotografía fascinante, una música evocadora, unos títulos de crédito acojonantes y sobretodo, un guión asombroso, hacen de esta pequeña películita una gran joya. El DVD ya está aquí.

Jayne Mansfield

En esta época de corrección política, es raro reconocer que Jayne Mansfield era conocida por sus tetas. Lo sabía el público y lo sabía ella, que se dejaba fotografiar de forma sugerente a la primera de cambio.

Se casó por tercera vez con Mickey Hargitay, un tiparraco que era Mr. Mundo (o algo así). Él era tan musculoso que cuando se hizo un biopic sobre la actriz contrataron al "Gobernator" Arnold Schwarzenegger para hacer su papel.

Mickey acaba de morir dejando una carrera cinematográfica lamentable y divertida a partes iguales: las películas italianas de musculosos tipo "Hércules". Y gracias a él, hoy me acuerdo de Jayne.

Cuenta la historia de Hollywood que Jayne (o Jane, según las películas y la época) murió decapitada en un accidente de tráfico. Su carrera en el séptimo arte estaba prácticamente acabada y su vida se centraba en hacer "bolos" en salas de fiesta. Una de esas noches, su coche se empotró con una especie de tractor. Sus hijos, que dormían en la parte de atrás del coche, sobrevivieron, pero los tres pasajeros de delante murieron de forma inmediata.

Las fotos en la prensa mostraban el coche destrozado y la cabeza de la actriz a un ladito, haciendo leyenda. Pero en el mundo del cine nada es lo que parece, y lo que prometía ser su cabeza era una gran peluca, la que había utilizado horas antes en su espectáculo. En realidad, una pieza del tractor pasó tan cerca de su cabeza que podía haber ocurrido como indica la leyenda. Pero no fue así.

Actriz de relativo talento, Jayne ha sido recordada durante muchos años por su trágico final. A mí sus películas me horripilan, y aunque físicamente tampoco me dice mucho, reconozco que hay algo en sus fotos que me cautiva. Y no estoy hablando de sus tetas.

21 septiembre, 2006

El rodaje de Moby Dick

El Hotel Madrid es un lugar apasionante. Está en Las Palmas de Gran Canaria y si te sientas en su cafetería, puedes ver decenas de fotos de famosos huéspedes del local: desde Francisco Franco hasta John Huston o Gregory Peck.

Tanto el director como el actor se presentaron en la década de los 50 en Canarias para grabar las escenas de mar de "Moby Dick". Las localizaciones originales en Escocia daban muchos problemas por el continuo mal tiempo y el oleaje había hecho que se perdieran unas cuantas ballenas falsas.

Es triste, porque mientras en Trebujena enseñan el lugar en donde Spielberg estuvo rodando la tercera de Indiana Jones, en Madrid te enseñan las calles del Doctor Zhivago o en Ávila los parajes de "Los señores del acero", los canarios no sabemos exactamente que planos se grabaron en nuestra isla: cuando vemos el mar pensamos: ¿será aquí? ¿será en Escocia?

Las fotos del Hotel Madrid dan fe de que algo se rodó por estos lares. Los periódicos de la época, las anécdotas, los recuerdos... pero las imágenes de la película, no. De hecho, todo lo que se rodó aquí podría haber sido descartado y nosotros ni saberlo.

Dos anécdotas:

La ballena que mejor funcionó la construyeron en un astillero canario. La ballena la remolcaba un gran barco y mediante un mecanismo de entrada y salida de agua, el animal se hundía y salía a la superficie de forma rítmica.

La segunda anécdota es la satisfacción de Huston al saber que en la cama que dormía él había dormido el General Franco unos días antes (pero no por franquista, si acaso lo contrario, sino porque le encantaban estas historias).

20 septiembre, 2006

Cine e ideología

Hay mil formas de analizar una película. Hacerlo desde un solo enfoque es un error que cometen, a menudo, muchos críticos de cine.

Personalmente creo que el profesor de Narrativa Cinematográfica Antonio Castro de la Universidad Complutense es el mejor crítico de cine que hay en España. Sus análisis de películas en la revista Dirigido, cada vez más escasos, son a su vez, dignos de análisis. Pero a veces, las películas las reduce a su contenido político, y aunque su conocimiento cinematográfico es apasionante, no puedo aceptar que el mejor cine actual sea, por poner un ejemplo, el de Ken Loach.

Las películas son una suma de factores. Y creo que es muy importante entender plenamente la ideología de una película, pero no necesariamente compartirla.

Por eso, desde un punto de vista cinematográfico, la muerte de Lenni Riefenstahl tenía que haber sido llorada por todos los amantes del cine. Sin embargo, en algunos medios de comunicación incluso se alegraban de la muerte de la directora de cine nazi. Sus documentales (sobre todo El triunfo de la voluntad) no sólo son geniales sino que han dejado una huella profunda en el cine posterior (¿ya nadie se acuerda de los soldados imperiales desfilando en las dos trilogías galácticas?) y son el testimonio de lo que pasó en Alemania en los peores años de su historia. Sin ella, los recuerdos serían recuerdos. Las imágenes dan fe.

Una de mis películas españolas favoritas es "Días Contados", y prácticamente todo el metraje sigo y me identifico con el personaje de Carmelo Gómez. De hecho, eso es lo que busca su director, Imanol Uribe. Y Carmelo Gómez es un etarra. En un momento dado, su personaje se para en plena calle madrileña y le pega un tiro en la nuca a un policía. Y el espectador, que ha querido y se ha identificado con el personaje de Carmelo Gómez, se convulsiona en la butaca por haber caído tan bajo.

¿Es mala Starship Troopers porque es fascistoide? Noooooo. Es una película de aventuras con un mensaje moral sospechoso (por muy exagerado que sea ese mensaje). Por eso, y asumo que muchos no estarán de acuerdo conmigo, no creo que el mensaje ideológico de las películas indique su calidad. Y repito, lo importante es entender el mensaje, no compartirlo.

PD: Si asumimos, como muchos historiadores de cine, que el comienzo de la narrativa cinematográfica surge con "El nacimiento de una Nación" de Griffith, de ideología ultraderechista (incluso los negros que salen son blancos con la cara pintada de negro), los críticos que ignoren esta película por su mensaje, están ignorando una parte fundamental de la historia del cine.

Hace muchos años, desde la muerte de la directora alemana y su repercusión mediática, he querido escribir sobre esto.

18 septiembre, 2006

El atolón de Marlon Brando

En la isla de Marlon Brando trabajaba una señora que había visto dos películas en su vida, una era de Marlon Brando y otra de Elvis Presley. Cuando un periodista le preguntó cuál de las dos personas le parecía mejor actor, la buena señora contestó que los dos le gustaban mucho y eran muy guapos. Este era el tipo de historias que le encantaban a Marlon Brando.

Vamos a intentar poner las cosas en su sitio. Cuando hablamos de "divos", de "estrellas" y todas esas cosas, Brando es el auténtico representante. Vivía para joder a los demás, machacar a los de su entorno, decir tonterías en las entrevistas... en definitiva, rizar el rizo.

De la auténtica persona se sabe poco. Y siempre que se habla de él sale a relucir que fue la primer famoso que pudo comprarse una isla, aunque en realidad es un pequeño conjunto de islas: el atolón Tetiaroa (el que tenga Google Earth que lo busque, no tiene desperdicio).

Cuando Marlon se aburría de Hollywood, que era a menudo, se retiraba unos días a Tetiaroa a disfrutar del silencio de la isla. En esa época poco se podía hacer, salvo pasear desde la madrugada hasta el atardecer. Y Marlon se dedicaba a hablar toda la noche con su aparato de radio aficionado, ocultando su verdadero nombre.

Acabo de terminar dos libros sobre Marlon Brando: el de Tarita, su mujer en la vida real y en "Rebelión a Bordo"; y "Marlon Brando por sí mismo". Ambos libros confirman que este señor estaba como un cencerro, eso sí, un tremendo actor. Este último libro lo realizó el periodista de PlayBoy Lawrence Grobel y es una gran entrevista que dura diez días en Tetiaroa. Marlon accede porque le prometen que sólo va a tener que hablar de los indios americanos. Pero una vez allí, habla con el periodista de su vida, de sus películas, de su forma absurda de pensar, de todo un poco...

Su familia no terminó del todo bien, todo aquello del asesinato de su yerno y el suicidio de su hija terminó por pasar factura a una vida totalmente desenfrenada. En la última película que hizo "The Score", trajo de cabeza a su director, Frank Oz (por otra parte, maestro Yoda en la trilogía galáctica) porque Marlon se presentaba en el rodaje desnudo de cintura para abajo. Y es que hay actores que no saben pedir correctamente un primer plano.

Por eso, un actor tremendo. Un tipo raro, raro. Una estrella.

Harpo Marx

Es el segundo Marx del que hablo en este mes. Y todavía no he hablado de Karl.

Por si hay algún incauto que todavía lo duda, Harpo hablaba con la misma facilidad que tú y que yo. Su vida privada era la más sanota de todos los Hermanos Marx y, posiblemente, la más interesante, siendo una de las personas que se sentaban en las famosas reuniones del Algonquin.

Entre hijos naturales y adoptados, dejó una gran, gran familia. Y hasta Groucho envidiaba la tranquilidad familiar que se desprendía en el hogar de Harpo. En los últimos años de su vida, sólo salió en algún programa de televisión o de radio para ayudar a Chico (alias Chicolini) a pagar sus deudas de juego.

La historia dice que en una de esas actuaciones teatrales que hacían alredededor de Estados Unidos, mucho antes de comenzar la carrera cinematográfica, en un número musical que debió salir realmente mal, se decidió por unanimidad que Harpo sería mudo. Su forma de cantar era espantosa y en aquella época alternaban la música con el humor.

Aquello hizo que con el tiempo naciera uno de los personajes más simpáticos y característicos de los Hermanos Marx. Pero hablar, hablaba y, como no, en Youtube hay un vídeo de él diciendo: Oink, oink.

13 septiembre, 2006

El musical de Grace Kelly

A todo el mundo le gusta agradecer las cosas, porque además "es de bien nacido ser agradecido". Pero hay un tipo que realmente se ha pasado.

Resulta que navegando por Youtube, como siempre, me he encontrado a un señor alemán, que toda la vida ha sido un fan incondicional de Grace Kelly, que no sólo era Princesa de Mónaco sino que, además, era una guapa y excelente actriz.

Con el tiempo, ese chavalito alemán que se sentaba en la sala oscura para ver a la personificación de sus sueños, se convirtió en un decente mega - multi - súper - millonario.

Ni corto ni perezoso, se puso manos a la obra para producir un musical de teatro sobre la estrella de cine. Para eso, contrató a uno de los mejores compositores americanos, Cy Coleman que, entre otras cosas, tiene una obra maestra de Broadway, City of Angels.

El proyecto tuvo su pequeña vida, el compositor murió hace unos meses
sin acabar completamente la experiencia y del multimillonario poco más se sabe. De esta experiencia sólo queda un entrañable y divertido documental de una hora (o eso dicen en la página web, yo no lo he visto) para televisión y un triste vídeo en Youtube.

PD: El tipo llegó a estrenar el musical en un teatro completamente nuevo, construido por él, y que se llama... Grace Kelly.

12 septiembre, 2006

Franco hablaba ingles

Llevo unos días intentando encontrar el discurso que dió Jose Luis Garci en el año 1983, al recoger su Oscar de la Academia de Hollywood por Volver a Empezar.

Es un discurso de agradecimiento muy divertido por el inglés pachanguero del amigo Garci. Da la sensación de que alguien le ha escrito en un papel la pronunciación que debe hacer. Algo en plan: "Dis is an onor..."

Pero desde hoy, dejo de buscar ese video. La razón es que he encontrado este vídeo de Franco hablando inglés. Es mucho mejor, más divertido, más incomprensible... en realidad, ¡ ES MÁS !!!

Creo que en mi generación, las heridas quedan más lejanas y por tanto, han curado con facilidad. Quiero decir que para muchos como yo, este vídeo es divertido y no levanta malos rollos. En realidad, yo sólo recuerdo dos cosas: no tuvimos colegio y quitaron la programación infantil ("Un globo, dos globos, tres globos") para poner el entierro de este señor.

11 septiembre, 2006

Duelo de pianos

Hay dos compositores de musicales muy conocidos a ambos lados del Atlántico. Por la parte de Broadway, el gran y genuino Stephen Sondheim (Sweeney Todd, Passion, A little Night Music...) y por el West End londinense, Andrew Lloyd Webber (Cats, El fantasma de la Ópera, Sunset Boulevard...).

Curiosamente, si Stephen Sondheim representa el mundo de la cultura de élite venerado por todos, Andrew Lloyd Webber representa el mundo de la canción comercial y es fuente de críticas durísimas por parte de los periódicos de su país. Y tiene mucho, muchísimo dinero. Dicen que por los derechos de dos o tres canciones suyas gana cientos de millones (de pesetas) al año (concretamente de "Don´t Cry for me Argentina" de Evita, "Memory" de Cats y "I don´t know how to love him" de Jesucristo SuperStar).

En uno de esos homenajes a un productor de teatro (de esos que con pocos años, ha producido más musicales de los que puedes oir en una sola vida), los dos compositores se juntaron en un mismo piano y cantaron una canción acerca de este productor. El caso es que Sondheim lo hacía con su número más famoso, "Send in the clowns", y Webber con "The music of the night". Pero JUNTOS.

El número es muy divertido ya que hablan de las intromisiones de este productor con llamadas de teléfono de madrugada para trabajar y "sugerir cambios". En un momento dado, Sondheim dice: "Y Dios, mira que es rico" a lo que Webber pregunta mosqueado: "¿Más rico que yo?. Por cierto, el de la foto encima del piano es el productor homenajeado
Sir Cameron McIntosh.

Ahí va: Dueling Pianos


La canción de Esmeralda

La canción de Esmeralda es uno de esos momentos del cine musical que provoca legiones de seguidores. Una canción compuesta por Alan Menken que entra por sí sola en la Historia del Cine. Para los que no la conozcan, bien se merece una pequeña visita.

Pero en una de esas idas al Youtube (ahora comprendo lo que es estar enganchado a algo, el tabaco, al fin y al cabo, lo pude dejar) me he encontrado que la canción originalmente compuesta para ese momento iba por otros derroteros. Similitudes pocas, algún parecido en la introducción y nada más.

El CD del Jorobado, sin embargo, traía esta canción grabada por un grupo pop impresentable y no llamaba nada, nada, nada la atención, y en realidad, pintaba muy poco en el contexto. Y ahora, descubro que estaba grabada por la voz original de Esmeralda y era una preciosidad que ha quedado olvidada en el baúl de alguna editorial musical. Será complicado averiguar por qué Alan Menken eliminó esta canción a favor de la que finalmente se oye. Las dos son preciosas y las dos valen la pena. Un enlace que vale su peso en oro: éste.

PD: A la canción eliminada, evidentemente, le falta una orquestación final potente e imágenes adecuadas para acompañar.

04 septiembre, 2006

La extraña muerte de Carole Lombard

Nunca he estado especialmente interesado en la carrera y personalidad de Carole Lombard, o por lo menos, no tanto como con Cyd Charisse o Audrey Hepburn.

Y creo que la única película de ella que realmente me gusta es Matrimonio Original, la única comedia de Alfred Hitchcock, que precisamente por no ser de misterio, no ha sido de la devoción de nadie. A mí me encanta y me río como un cosaco.

El caso es que Carole Lombard murió con sólo 33 años, dejando por detrás a un marido debastado (Clark Gable) que se apuntó en el ejercito con la sana intención de morir.

En un viaje de esos para conseguir Bonos de Guerra, Carole Lombard y todo el pasaje del avión en el que iban se estrellaron contra un muro de piedra a pocos kilómetros de Las Vegas. Por lo visto, el piloto no reseteo nosequé historia (una especie de compass) y iban en una dirección totalmente errónea.

La sorpresa es mayúscula cuando en Youtube me encuentro unas imágenes sobrecogedoras del año 1.995. Un videoaficionado visita el lugar del suceso (casi inaccesible) y se encuentra con un montón de material del accidente: fuselaje, asientos, chatarra... Es curioso como algunas cosas las mantiene el tiempo en su sitio. Y quien me iba a decir que hoy podríamos ver restos del devastador accidente de Carole Lombard. El vídeo dura casi diez minutos. Pero según pasan los minutos, va sobrecogiendo más.... El enlace es éste.

PD: A propósito de aviones, United 93 es una de las mejores películas que he visto en años.


01 septiembre, 2006

Me arrepentiré de este post

No tengo ni foto para esto.

Es la cosa más friki que he visto en años. Este tipo es el resultado de la mezcla de un genio con un Cienciólogo. Y así sale.

Sólo dura dos minutos, por lo que ruego que aguanten estoicamente los primeros 25 segundos, cuando empieza el tema de los Simpson este video no tiene parangón.

Os estoy descubriendo un mundo nuevo: AQUÍ