16 abril, 2010

La fama cuesta... y además, teoría personal del cine

Hace pocos días, por fin, pude ver la nueva versión de Fama. La crítica y el público parecen estar de acuerdo por una vez: no es una buena película. Y es raro, porque a mí me ha parecido una película fantástica. No está bien dirigida (y de hecho, tiene defectos de principiante en los que después entraré), pero que quieren que les diga: el mundo está lleno de malas películas que me encantan.

Su gran baza, por supuesto, es jugar con lo que nosotros sabemos de Fama. No están los mismos personajes, pero existe un tipo loco por los teclados con la misma personalidad de Bruno Martelli; una chica joven y dulce con una vida un tanto problemática que no se llama Doris; existe una cantante negra con carisma que no se llama Coco. Diferentes personajes pero los mismos problemas.

Y para colmo de los colmos, la estructura de la película es exactamente igual: la selección de los estudiantes, el primer año... Lo más chocante, quizás, es el primer número musical, en el que dentro de la cafetería, uno de los estudiantes hace un ritmo y poco a poco se van incorporando instrumentos y se forma una jam session en toda regla, exactamente igual que en la película original, pero con otra canción. Vale la pena echarle un vistazo.

En realidad, han hecho lo mismo que en Superman Returns (la segunda vez que la nombro en pocos días para comparar): la película no llega a tener personalidad propia y es totalmente deudora de su predecesora.

Y en un momento dado, una de las estudiantes, sola en el escenario de un teatro vacío, está ensayando entre lágrimas una obra clásica. Y de repente, cambia las manos de posición sobre el piano y canta una vieja canción conocida por todos. Es ahí, finalmente, cuando comprendo que el director de la película no ha hecho un remake, ni una copia, sino que ha modernizado algunos conceptos en aras de declarar su amor por el filme de Alan Parker. Y lo que en principio puede parecer una falta de respeto al original, se gana mi cariño inmediatamente:



Fama tiene buenos momentos, muy buenos momentos y cosas que dan rabia por lo mal contadas que están. Supongo que eso es lo que tiene que el director sea coreógrafo y no narrador: las escenas de baile son estupendas pero los sentimientos de los personajes (y por los personajes) son absolutamente inexistentes.

Hay un momento que me llama mucho la atención: una familia muy estricta no deja que su hija cante. Pero ella lo hace y casi al final de la peli, los invita a una actuación (sin decirles que ella va a cantar). La tensión está servida porque no sabemos cómo van a reaccionar los padres cuando la vean en el escenario. Pues el director cree conveniente enseñarnos el número musical que se cuece en el escenario mientras ella canta y no insertar un plano de los padres. O sea, prefiere la vistosidad del número a lo que realmente está contando el guión. Hay un inserto de los padres, sí, en un momento absurdo y que, desde luego, no es suficiente.

¿Y por qué me gusta con todo esto que he contado? Pues por lo mismo de siempre: esa escuela es una delicia, todos tienen talento, son guapos, cantan fenomenalmente bien y debo reconocer que la peli tiene ritmo y pasa en un vuelo. Cuando leí que actualizaban la película e incorporaban cosas como Rap y tal, pues no lo comprendí. Y vista la película, debo confesar que las canciones son deliciosas.

Y desde hace tiempo tenía ganas de tirar una teoría del cine por los suelos, y esta película me lo pone en bandeja. A los que quieren ser guionistas o críticos de cine, lo primero que se les enseña es "una secuencia de la que puedas prescindir, tírala, es prescindible". Dicho de otra manera, todas las secuencias tienen que hacer avanzar el guión. Y por último, dicho y redicho en el mundo del cine musical: "los números musicales no deben parar la historia, deben hacer avanzar el relato".

Memeces.

Es una teoría tan, tan estúpida, que lo que realmente me duele es haberla utilizado mil veces como cinéfilo de pacotilla. Como un papagayo que repite la lección.

Porque ese párrafo tan absurdo me hace renegar de mil cosas que me gustan. Y dicho sea de paso, cualquier cosa que haga un personaje en escena, aporta algo al relato. Un plano de un personaje es un selección espacio-temporal que, aunque no haga nada, aporta algo sobre el conocimiento de ese personaje.

Pero si las secuencias que no hacen avanzar el relato no fueran válidas, nos cargaríamos lo que convierte las películas de Tarantino en obras maestras (una conversación sobre cómo son las hamburguesas en Europa), las de Rohmer, en donde nos pasamos la película escuchando conversaciones cotidianas que no tienen que ver con el relato, a Gene Kelly contándole a los niños lo de I got Rhythm en Un americano en París, o a Fred Astaire bailando por salones en blanco y negro.

Por lo que les ruego que, cuando oigan a un friki en la cola del cine hablando de que los números musicales sólo son válidos cuando hacen avanzar el relato, le recuerden que es una gozada comprobar lo bonitas que están las colinas de la voz de Gene Kelly en Brigadoon.

14 comentarios:

  1. el anonimo tranquilo11:55 p. m., abril 18, 2010

    Bueno si un numero hace avanzar el relato entones perfecto pero para lo que sirven realmente las canciones es para explicar a los personajes para contar cosas de ellos.

    Por eso cuando Fosca explica porque le gusta leer el realto no avanza pero de golpe y porrazo sabemos quien es fosca.

    La panadera detiene el segundo acto de into the woods y nos dice que los bosques son para eso, para tener momentos en los bosques y a mi me da igual que el relato avancea o no, solo se que despues de escucharla soy mas sabio.

    Cuando en nine la cotillard se levanta de la mesa y todo se detiene y ella nos cuenta que su marido hace peliculas a mi me da igual que el realto se pare, lo mismo que cuando la fergi me cuenta en que consiste ser italiano.

    Cuando la señora lovett me cuenta lo que hara cuando este junto al mar la historia esta mas parada que la nube de polvo sobre el cielo europeo pero que mas da yo quiero verla junto al mar...

    Cuando los portoriqueños en la azotea me dicen que les gusta vivir en america el relato se detiene durante 10 minutos pero que 10 minutos mas gloriosos...

    Pero que tal si intentamos acordarnos de numeros musicales absolutamente inservibles? Como ejemplo propongo toda la peli de la pantoja al completo Yo soy esa asi mezclo la actualidad con el tema del post...

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  2. Mmmmmmmmmmmm.... me has dejado así, así.

    A mi me gustaba la película de Parker e incluso me gustaba más aún la serie. De hecho, las pocas veces que he pisado un conservatorio, antes de entrar, siempre tengo la esperanza de que el edificio se parezca algo a la Escuela de Fama que aunque tenía aspecto de descuidada le daba su ambientecillo con las manchas de humedad en la pared y los suelos de madera.

    Y es que en España algunos conservatorios sólo necesitan un póster de donantes de sangre para parecer una sala de espera de la seguridad social (tengo pruebas fotográficas). Que digo yo que un poco de ambiente bohemio no viene mal.

    En fin, habrá que verla a ver si coincido contigo o no. Pero lo que si que tengo claro es que me da igual si un numero musical hace avanzar la historia o no. Como dice Anónimo, yo quiero saber que a los protas les gusta Vivir en América.

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  3. No te preocupes: el ambiente bohemio está presente. Parece que por esa escuela no ha pasado el tiempo: los pianos siguen siendo pianos, los suelos de madera y está todo húmedo. En ese aspecto, la película cumple con creces (de hechos, a veces parece el Nuevo York de antes y no el de ahora).

    Yo creo que eso del número musical que hace avanzar la historia es un concepto que puso en boca de todos, que cuando estrenó La Sirenita no se cansaba de repetir que cuando los protagonistas cantaban, hacían avanzar la historia. En fin. Una memez.

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  4. En el comentario anterior me falta nombrar a Alan Menken..."es un concepto que Alan Menken puso en boca de todos".

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  5. Yo me quedo con mis dvds de la serie (primera temporada) y la pelicula original. Esta no la he visto aun, soy reticente porque las voy a comparar y ahora con lo que has dicho, me dejas con la sensacion de que efectivamente es una pelicula sin alma.

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  6. Mientras leía la segunda parte del post, me han venido a la cabeza los números musicales de "Cantando bajo la lluvia", "Un día en Nueva York", "Ellos y ellas", "Alta Sociedad" o "Levando Anclas". Según esa teoría, no sería una peli, sino un cortometraje, y pobres de nosotros que nos hubiésemos perdido unas maravillosas escenas de baile que ya forman parte de la historia del cine.

    Saludos!

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  7. La verdad que he aprendido que los críticos de cine y yo, no cabemos en el mismo mundo.

    Por ende sus teorías y fundamentos me resbalan.

    Lo importante es lo que uno sintió viendo una película, más haya de los dicho, hechos y escritos.

    Saludos

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  8. ¿En qué mundo vivo que no me he enterado de esta peli? Pues al fin una que me apetece ver, que este invierno estoy inapetente...

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  9. El que aún hoy en día la crítica en general y los espectadores crean que todo debe hacer avanzar la acción, creo que no es más que otra secuela de lo fuertemente que se incrustó en el imaginario colectivo los cánones del cine clásico de Hollywood, que se puede decir que tenía en esa afirmación su regla de oro: la supremacía de la narratividad.

    Con la gran crisis que vivió la industria a finales de los años 50 los modelos empezaron a cambiar (de hecho, las grandes películas espectaculares que potenciaban los avances tecnológicos, estilo Quo Vadis, Cleopatra, etc., muestran largas acciones que no son más que puro espectáculo sin contenido narrativo) pero sobre todo fue a partir de los nuevos cines, especialmente a partir del neorrealismo.

    Pero aún así, todavía hoy seguimos pensando de forma casi inconsciente de que el sistema "clásico" es el que vale.
    Yo intento explicar a los que me rodean que no sólo hay una manera de hacer cine, pero cuesta :P

    Me alegro de que te declares en contra de esa afirmación de que todo debe hacer avanzar el guión. No podías tener más razón :)

    Disculpa el rollo que he soltado casi sin darme cuenta...

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  10. Yo creo que la mayoría de los que se ponen tan tikismikis con los números musicales de una película, son gente que no aprecia el musical para nada, o que nunca ha abierto los ojos ante la maravilla de uno.
    Estoy con el anónimo tranquilo en eso de que los números no solo tienen que avanzar la historia, sino que son un medio magnífico para conocer a los personajes con más profundidad de lo que el argumento puede conseguir.

    Estoy segura de que no adoraré esta Fama como la primera peli o la serie, pero también estoy segura de que disfrutaré como una enana todo eso que dices, igual que me ha pasado con montones de otras pelis. En ese mismo sentido hay una peli que disfruto a rabiar cada vez que la veo, por motivos casi estrictamente musicales, que es "Center Stage (El ritmo del éxito)", que es una especie de Fama del ballet, desarrollada en el American Ballet y protagonizada por algunas de sus figuras (Blas, si no la has visto, ya la estás viendo).

    Uf, tan solo con esas menciones a números míticos del cine me ha entrado un pellizco en el estómago...

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  11. Elphaba esa peli la vi hace unos años y me quedé encandilada con el baile, las salas, las barras, las zapatillas. Es fácil de descargar y si no yo la tengo para el q quiera.

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  12. el anonimo tranquilo6:13 p. m., abril 20, 2010

    The Shady Dame From Seville hace avanzar la trama? y su reprise al final?

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  13. YO me compré el DVD e incluso el CD, Inma XDD

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  14. Sergio, dices: "Supongo que eso es lo que tiene que el director sea coreógrafo y no narrador", y no creo que tenga que ver con eso sino con la inexperiencia del chaval. Demás está decirte que ha habido grandes directores que eran esencialmente coreógrafos: Fosse, Ross..., sigue tú la lista.

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