18 septiembre, 2006

El atolón de Marlon Brando

En la isla de Marlon Brando trabajaba una señora que había visto dos películas en su vida, una era de Marlon Brando y otra de Elvis Presley. Cuando un periodista le preguntó cuál de las dos personas le parecía mejor actor, la buena señora contestó que los dos le gustaban mucho y eran muy guapos. Este era el tipo de historias que le encantaban a Marlon Brando.

Vamos a intentar poner las cosas en su sitio. Cuando hablamos de "divos", de "estrellas" y todas esas cosas, Brando es el auténtico representante. Vivía para joder a los demás, machacar a los de su entorno, decir tonterías en las entrevistas... en definitiva, rizar el rizo.

De la auténtica persona se sabe poco. Y siempre que se habla de él sale a relucir que fue la primer famoso que pudo comprarse una isla, aunque en realidad es un pequeño conjunto de islas: el atolón Tetiaroa (el que tenga Google Earth que lo busque, no tiene desperdicio).

Cuando Marlon se aburría de Hollywood, que era a menudo, se retiraba unos días a Tetiaroa a disfrutar del silencio de la isla. En esa época poco se podía hacer, salvo pasear desde la madrugada hasta el atardecer. Y Marlon se dedicaba a hablar toda la noche con su aparato de radio aficionado, ocultando su verdadero nombre.

Acabo de terminar dos libros sobre Marlon Brando: el de Tarita, su mujer en la vida real y en "Rebelión a Bordo"; y "Marlon Brando por sí mismo". Ambos libros confirman que este señor estaba como un cencerro, eso sí, un tremendo actor. Este último libro lo realizó el periodista de PlayBoy Lawrence Grobel y es una gran entrevista que dura diez días en Tetiaroa. Marlon accede porque le prometen que sólo va a tener que hablar de los indios americanos. Pero una vez allí, habla con el periodista de su vida, de sus películas, de su forma absurda de pensar, de todo un poco...

Su familia no terminó del todo bien, todo aquello del asesinato de su yerno y el suicidio de su hija terminó por pasar factura a una vida totalmente desenfrenada. En la última película que hizo "The Score", trajo de cabeza a su director, Frank Oz (por otra parte, maestro Yoda en la trilogía galáctica) porque Marlon se presentaba en el rodaje desnudo de cintura para abajo. Y es que hay actores que no saben pedir correctamente un primer plano.

Por eso, un actor tremendo. Un tipo raro, raro. Una estrella.

1 comentario:

  1. Muy interesante.
    Hay tantos artistas cuya personalidad nos parece extraña e incluso ridícula(en la música ni te cuento)...pero que en su profesión, en su ARTE son imprescindibles.Brando en el cine lo és...y ahora ya es inmortal.
    Un saludo.

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