24 julio, 2007

Terminó el III Congreso de Música de Cine de Úbeda: primeras impresiones

Todo lo que ha pasado en el Congreso de Úbeda en estos cuatro días no puedo transmitirlo en un post, ni en dos ni en diez. Con tiempo iré contado cosas.

Estoy cansado. Cansado es poco, estoy agotado. Mis primeras impresiones son estas: desde que este congreso comenzó su andadura hace tres años, he oído hablar del "espíritu de Úbeda". Yo suelo tener mala suerte con estas cosas y pensé que ese famoso "espíritu" no lo encontraría por ningún sitio. Pero existe. Todo el mundo es amable, todo el mundo está abierto para una conversación, ya sea haciendo cola como sentados en el patio del Hospital esperando para una conferencia. Incluso hay momentos en el que realmente te sientes mal porque te gustaría dividirte en unas cuantas personas para poder hablar con todos. Y para este Congreso, el marco de Úbeda es perfecto: tremenda ciudad.

Por fin he podido conocer frente a frente a personas a las que estoy ligado de forma especial (por el foro de bsospirit o por la desaparecida listasonora): el gran Paco Dolz (y sus musicales), Sergio Hardasmal (amante de Barry y Shaiman), Arizt Villodas (Zimmer y su propia música). Lo lamento de verdad, pero con los tres no pude hablar todo lo que me hubiera apetecido.

Y es que en realidad, el programa del Congreso es tan intenso, que en muchos casos no tienes tiempo ni de cenar. Son charlas que tienen una hora de comienzo pero, rara vez, terminan a su hora. Por eso, las charlas se juntan inexorablemente a la siguiente charla y por la noche, entregas de premios, conciertos...

¿Que qué pienso de todo esto? Todavía no me lo creo. Ha sido una experiencia absolutamente maravillosa. Me lo he pasado como si tuviera siete años y durante cuatro días fuera la noche del 5 de enero.

Sobre los compositores asistentes: John Powell (X-Men III, Ice Age, Shrek), John Debney (La última tentación de Cristo, La isla de las cabezas cortadas), David Arnold (Casino Royale, Independence Day, Stargate), John Scott (Greystoke, The Shooting Party, los documentales de Cousteau), el impresentable y absolutamente maravilloso Richard Kraft (agente de cualquier compositor de Hollywood que se te ocurra), Pascal Gaigne (santo de mi devoción, y con Desplat y Elfman, lo mejor que hay en este momento en el panorama musical cinematográfico en el mundo: Le cou de la girafe, Azuloscurocasinegro), Roque Baños (La comunidad, Alatriste, Crimen Ferpecto), Bruce Broughton (El secreto de la pirámide, Silverado) y algunos más que mi cabeza cansada ignora en este momento, todos muy cercanos y dispuestos a una conversación... menos Powell, cercado por una especie de guardaespaldas televisivo llamado Ray Costa. Los demás fueron cercanos, amables y siempre dispuestos a sacarse una foto, a hablar contigo o a pasear entre sus frikiseguidores.

Mi momento más especial es con Pascal Gaigne, con el que pude hablar largo y tendido. Mi aportación a la conversación fueron una especie de balbuceos nerviosos que fueron compensados por su forma natural de contar sus experiencias. Gaigne es un genio, sin contemplaciones. Por otra parte, todo lo bueno que tiene para la música es compensado por su ojo clínico para buscar el momento para salir a fumar. Siempre que se requería su presencia en el escenario, Pascal se estaba fumando su cigarrito en forma de puro y haciendo feliz a alguien con su conversación.

En general, los compositores americanos no se creen el éxito que tienen en España. Brougton estaba absolutamente asombrado; David Arnold miraba con cierta gracia el asunto y jugó sus bazas: como no se considera director de orquesta, dirigió la magnífica pieza de Casino Royale con una batuta que era el típico palito de pan que te dan en los restaurantes. Al terminar la pieza, la gente se levantó para aplaudir y Arnold se inclinó para saludar y, directamente, se comió la batuta en tres bocados.

Tengo anécdotas para unos cuantos post... pero ahora me voy a dormir. Sólo quiero decir dos cosas más: David Doncel es el chaval que ha puesto todo esto en marcha. No me cansé de felicitarle cada vez que lo veía por el tremendo regalo que ha hecho a los aficionados de la música de cine. Y él, agradecido, siempre me nombraba a los más de cuarenta personas de la organización que han hecho que estos días sean mágicos. A todos ellos, con el corazón en la mano: GRACIAS.

Y la segunda, mucho más personal, es darle las gracias a Rebeca (musicóloga en pleno estudio de la obra de Alberto Iglesias), Elena (mujer en busca de acreditación y absolutamente enamorada de John Scott, un compositor con más de 80 años y con barba... aunque según sus palabras "es muy riquiño") y Borja
(una especie de adorador del músico Ángel Illarramendi que se pasaba el día corriendo a todas partes para llegar a tiempo: no lo dudes, si has visto a alguien correr por Úbeda, era Borja), mis nuevos amiguetes, por hacer que además de ser unos días mágicos fueran muy, muy divertidos (ay... todavía recuerdo esos solomillitos que nos hemos puesto entre pecho y espalda). Os aviso: os estoy controlando.

PD: He subido mi primer vídeo a Youtube. No voy a ganar un Oscar por esto: es el comienzo de El secreto de la pirámide en concierto, dirige el propio compositor y se intuye, de fondo, el lugar mágico en el que hemos pasado estos días. No seguí grabando para disfrutar plenamente del concierto.


5 comentarios:

  1. Qué gusto oirte (leerte) contar esas cosas!!
    Me gustaria que me lo contaras en persona para verte la cara.

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  2. Pues felicidades por toda esa experiencia. Cierto, pareces un niño la noche de reyes y no es para menos.

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  3. Los pelos como escarpias con el video que has colgado...

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  4. jajaja... Son 20 segundos que ponen la piel de gallina, sobre todo para los que hemos crecido con esto... Bruce Broughton es todo un caballero, y estaba totalmente asombrado del éxito de esta banda sonora en España. Cuando le preguntamos si iba a sacar CD de la peli, nos contestó que no lo tenía pensado, pero había demasiadas versiones piratas... con una sonrisa en la cara

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