10 octubre, 2007

Sicko, Hairspray, Cowboy de Medianoche y Las Señoritas de Rocherfot

A modo telegráfico (bueno, casi telegráfico) voy a comentar cuatro películas que he visto últimamente: dos nuevas y dos clásicos a los que, por fin, les he podido hincar el diente.

Hairspray: No hay mucho que decir. Sabía que iba a ser buena, por la obra de Broadway en la que se basa, por los comentarios, por la crítica y por el éxito que ha tenido. Su gran baza, además de su espléndida música, es que la obra es muy divertida y, al mismo tiempo, no deja de hablar de las tensiones raciales de Baltimore en los 60.

El director no narra las cosas con demasiada elegancia pero cuenta con un as en la manga: la dirección de actores. Absolutamente todos están fantásticos, desde los hombres, encabezados por Christopher Walken y James Marsden, hasta las actrices, con John Travolta y Michelle Pfeiffer a la cabeza. Mención especial para la protagonista Nikki Blonsky, en un papel delicioso y que, me temo, nunca más volverá a tener otro igual en su vida profesional.

Por supuesto, es muy superior a la película original de John Waters que, francamente, era lamentable.

Sicko, de Michael Moore. Todo el mundo cree que este documental va sobre la gente que no tiene seguro sanitario en EE.UU., pero no es así, es peor. Sicko va sobre la gente que tiene seguro sanitario pero, a la hora de la verdad, les dejan colgados por cualquier argucia legal de la letra pequeña.

Pone la piel de gallina ver como funciona la sanidad en un país que se presupone (aunque no sé muy bien el porqué) que están más adelantados. El golpe de gracia lo pone la cara de Michael Moore cuando visita países en donde la sanidad es gratuita. Le parece ciencia-ficción. En realidad, el director me hace poner las cosas en su sitio, siempre nos quejamos de las colas, de las esperas, y sin embargo, damos como algo natural que un médico nos haga un chequeo sin que le paguemos un duro (vale, nuestros impuestos, pero allí también los pagan y no tienen sanidad pública).

El documental, muy recomendable, debe doler bastante a los americanos, no sólo porque unos cuantos enfermos del 11 de septiembre son atendidos en Cuba, donde la sanidad también es gratuita (y por esto, Michael Moore tiene un juicio pendiente) sino porque cuenta como algunos americanos que no pueden acudir a, por ejemplo, quimioterapia, porque el seguro les ha dejado colgados ("eres muy joven para tener cáncer, solo cubrimos a partir de tal edad") y tienen que casarse con alguien en Canadá para recibir asistencia, porque allí también es gratuita.

Como decía Mulder: La verdad esta ahí fuera.

Sobre Cowboy de Medianoche (sí, lo sé, soy un parásito que he dejado pasar más de 30 años para verla), es como me la imaginaba: marginal, difícil, dura de ver y te deja muy, muy mal rollo. Es complicado que una película te deje en tan mal estado como me dejó.

Y sin embargo, eso es apasionante. Las películas que dejan huella, como esta, pasan a formar parte de tu vida de una forma especial. Para bien o para mal, el Sergio de antes de la película es ligeramente diferente al Sergio de después de la película. ¿Cuantas pelis hay que te hagan eso?

Y sobre Las Señoritas de Rochefort poco hay que decir. Gran musical. Tiene una secuencia de baile memorable de Gene Kelly, por su sencillez, por la luz natural, por la ropa, por los marineros que se encuentra (New York, New Yooooork) y, sobre todo, por esos breves segundos con las chicas. Este es el vídeo de ese momento y te aseguro que vas a tener ganas de poner en marcha el emule.


No hay comentarios:

Publicar un comentario