Cada bastante tiempo surge alguien con madera de estrella. Ese es el caso de Ellen Page (aquí, a mi lado, recogiendo un premio).
Antes solía pensar que yo descubría el verdadero talento de Hollywood. Con solo 16 años, intenté convencer a toda mi generación de que Terrorificamente muertos (Evil Dead 2) era la obra maestra del cine de terror que todos estábamos esperando. El director era un joven con un talento desmesurado, que sabía un huevo y parte del otro sobre técnica cinematográfica, pero la hemoglobina en pantalla y los zombies hicieron de árboles que no dejaban ver el bosque. Hoy todo el mundo está a los pies de Sam Raimi (Un plan sencillo, Spiderman 2).
Con el tiempo me di cuenta de que si yo había podido ver esa película era porque había alguien en España (un distribuidor) que había arriesgado su dinero porque creía en esa película, pero eso es otra historia.
La primera vez que vi a Ellen Page, básicamente se comía al reparto coral de X-Men 3, la segunda vez la vi en Hard Candy (y hablé de ella en el blog) y aluciné en colores. Hace pocos días he visto Juno y me ha impresionado. Y tiene 21 años (¿es delito enamorarse perdidamente de una actriz de 21 años?).
Juno es una película decente, que juega su mejor baza en sus cuatro personajes principales. Es más, el protagonismo de Juno (Ellen Page) me irrita porque la pareja que quiere adoptar el bebé se muestra, en muchas ocasiones, como una historia más interesante que la principal (sobre todo, con ese marido pijo-frustrado con camisas de grupos de rock).
Ellen Page no sólo es una gran actriz sino que irradia la magia de las grandes estrellas, en sus miradas, en su forma de moverse. Me recuerda a la Holly Hunter de los 80, esa que hace pocos días Spielberg definió como la "Katherine Hepburn de nuestra generación". Holly Hunter, como Ellen Page ahora, devoraba la pantalla y se comía a cualquier actor con el que aparecía en escena (y además, de forma legal, no como Jeff Goldblum, que para que no se desvíe la atención del espectador en su careto, cuando su compañero de reparto tiene frase, él mueve las orejas. Confesado por él mismo).
Me sorprende, y así enlazo con el otro tema, la capacidad del director Jason Reitman para hacer, de una historia tan simple como la de Juno, una película con la capacidad de sorprender. En realidad, mete todo un submundo friki (que incluye conversaciones sobre el cine de Dario Argento) y una especie de humor surrealista que convierten esta peliculita en una obra digna de mención.
Hay que verla.
Jason Reitman es el hijo de Ivan Reitman, un director de cine que prometía el oro y el moro cuando trabajaba en su Canadá natal junto a Cronenberg (y este sí, es un genio), pero que cuando se afincó en EE.UU. destacó con Los Cazafantasmas, El Pelotón Chiflado o aquella en donde Danny DeVito y Arnold Shopenhauer eran hermanos gemelos (a DeVito le había tocado, según un científico de la película, los restos de semen malos). En realidad, el espléndido y siempre malhumorado Bill Murray le debe su carrera.
Pero Reitman, que nunca me ha gustado, era (y es) un cinéfilo empedernido. Y sacó del ostracismo a Elmer Bernstein (no confundir con Leonard Bernstein de WEST SIDE STORY), un compositor magnífico que había hecho obras clásicas como Los 10 mandamientos (puro sinfonismo), El hombre del brazo de oro (puro jazz) o Los 7 magníficos (puro Marlboro).
Bernstein estaba olvidado por Hollywood y relegado a obras de segunda. De repente, en los 80, con Ivan Reitman y John Landis a la cabeza, comenzó a hacerse muy popular con comedias con cierta gracia (aunque algunas eran francamente malas y otras eran Aterriza como puedas) y pudo terminar su vida, hace pocos años, trabajando en películas de primer nivel otra vez y dejando algunas obras maestras como Lejos del cielo o La edad de la inocencia.
Personalmente, con Herrmann, Goldsmith y Williams, creo que Elmer Bernstein es lo mejor que ha dado la historia de la música de cine.
A Bernstein no le gustaban las técnicas modernas de grabación que se hacen por trozos e incluso grabando instrumentos por separado, porque según él, las grabaciones realizadas de este modo sonaban muy bien pero eran frías. Por eso, grababa la pieza con toda la orquesta de un tirón, la repetía unas cuantas veces y cuando lo grabado captaba la esencia, lo daba por bueno, aunque hubiera instrumentos desafinados o entradas de instrumentos no muy acertadas. Así lo hizo hasta el último día.
Y en muchos casos, lo único que pasará a la historia del cine de esas comedias de los 80, es la gran banda sonora de Bernstein.
PD: En Úbeda, el pasado año, comenté con un crítico de música de cine (Joan Padrol, del Dirigido) la carrera de Bernstein y los dos decidimos, por mutuo acuerdo, que uno de los temas más bonitos escritos para cine se llama "Dana´s theme". Pertenece a Los Cazafantasmas, pero podía formar parte de cualquier obra maestra del cine. Es el tipo de regalos que no se pueden pagar con dinero.
Si bien Ivan Reitman no cumplió con sus expectativas como director, para mí es un personaje fundamental de la historia del cine: rescató a Bernstein. Y además, tiene un hijo que está demostrando bastante más talento que él.
El tema de Dana empieza con un Theremin (no deja de ser una peli de fantasmas). Vale la pena oír la pieza entera (son tres minutos) porque crece hasta estallar deliciosamente. Y efectivamente, capta los sentimientos perfectamente aunque su ejecución sea...
Así funciona mi extraña mente: veo Juno y me acuerdo de Bernstein...
Antes solía pensar que yo descubría el verdadero talento de Hollywood. Con solo 16 años, intenté convencer a toda mi generación de que Terrorificamente muertos (Evil Dead 2) era la obra maestra del cine de terror que todos estábamos esperando. El director era un joven con un talento desmesurado, que sabía un huevo y parte del otro sobre técnica cinematográfica, pero la hemoglobina en pantalla y los zombies hicieron de árboles que no dejaban ver el bosque. Hoy todo el mundo está a los pies de Sam Raimi (Un plan sencillo, Spiderman 2).
Con el tiempo me di cuenta de que si yo había podido ver esa película era porque había alguien en España (un distribuidor) que había arriesgado su dinero porque creía en esa película, pero eso es otra historia.
La primera vez que vi a Ellen Page, básicamente se comía al reparto coral de X-Men 3, la segunda vez la vi en Hard Candy (y hablé de ella en el blog) y aluciné en colores. Hace pocos días he visto Juno y me ha impresionado. Y tiene 21 años (¿es delito enamorarse perdidamente de una actriz de 21 años?).
Juno es una película decente, que juega su mejor baza en sus cuatro personajes principales. Es más, el protagonismo de Juno (Ellen Page) me irrita porque la pareja que quiere adoptar el bebé se muestra, en muchas ocasiones, como una historia más interesante que la principal (sobre todo, con ese marido pijo-frustrado con camisas de grupos de rock).
Ellen Page no sólo es una gran actriz sino que irradia la magia de las grandes estrellas, en sus miradas, en su forma de moverse. Me recuerda a la Holly Hunter de los 80, esa que hace pocos días Spielberg definió como la "Katherine Hepburn de nuestra generación". Holly Hunter, como Ellen Page ahora, devoraba la pantalla y se comía a cualquier actor con el que aparecía en escena (y además, de forma legal, no como Jeff Goldblum, que para que no se desvíe la atención del espectador en su careto, cuando su compañero de reparto tiene frase, él mueve las orejas. Confesado por él mismo).
Me sorprende, y así enlazo con el otro tema, la capacidad del director Jason Reitman para hacer, de una historia tan simple como la de Juno, una película con la capacidad de sorprender. En realidad, mete todo un submundo friki (que incluye conversaciones sobre el cine de Dario Argento) y una especie de humor surrealista que convierten esta peliculita en una obra digna de mención.
Hay que verla.
Jason Reitman es el hijo de Ivan Reitman, un director de cine que prometía el oro y el moro cuando trabajaba en su Canadá natal junto a Cronenberg (y este sí, es un genio), pero que cuando se afincó en EE.UU. destacó con Los Cazafantasmas, El Pelotón Chiflado o aquella en donde Danny DeVito y Arnold Shopenhauer eran hermanos gemelos (a DeVito le había tocado, según un científico de la película, los restos de semen malos). En realidad, el espléndido y siempre malhumorado Bill Murray le debe su carrera.
Pero Reitman, que nunca me ha gustado, era (y es) un cinéfilo empedernido. Y sacó del ostracismo a Elmer Bernstein (no confundir con Leonard Bernstein de WEST SIDE STORY), un compositor magnífico que había hecho obras clásicas como Los 10 mandamientos (puro sinfonismo), El hombre del brazo de oro (puro jazz) o Los 7 magníficos (puro Marlboro).
Bernstein estaba olvidado por Hollywood y relegado a obras de segunda. De repente, en los 80, con Ivan Reitman y John Landis a la cabeza, comenzó a hacerse muy popular con comedias con cierta gracia (aunque algunas eran francamente malas y otras eran Aterriza como puedas) y pudo terminar su vida, hace pocos años, trabajando en películas de primer nivel otra vez y dejando algunas obras maestras como Lejos del cielo o La edad de la inocencia.
Personalmente, con Herrmann, Goldsmith y Williams, creo que Elmer Bernstein es lo mejor que ha dado la historia de la música de cine.
A Bernstein no le gustaban las técnicas modernas de grabación que se hacen por trozos e incluso grabando instrumentos por separado, porque según él, las grabaciones realizadas de este modo sonaban muy bien pero eran frías. Por eso, grababa la pieza con toda la orquesta de un tirón, la repetía unas cuantas veces y cuando lo grabado captaba la esencia, lo daba por bueno, aunque hubiera instrumentos desafinados o entradas de instrumentos no muy acertadas. Así lo hizo hasta el último día.
Y en muchos casos, lo único que pasará a la historia del cine de esas comedias de los 80, es la gran banda sonora de Bernstein.
PD: En Úbeda, el pasado año, comenté con un crítico de música de cine (Joan Padrol, del Dirigido) la carrera de Bernstein y los dos decidimos, por mutuo acuerdo, que uno de los temas más bonitos escritos para cine se llama "Dana´s theme". Pertenece a Los Cazafantasmas, pero podía formar parte de cualquier obra maestra del cine. Es el tipo de regalos que no se pueden pagar con dinero.
Si bien Ivan Reitman no cumplió con sus expectativas como director, para mí es un personaje fundamental de la historia del cine: rescató a Bernstein. Y además, tiene un hijo que está demostrando bastante más talento que él.
El tema de Dana empieza con un Theremin (no deja de ser una peli de fantasmas). Vale la pena oír la pieza entera (son tres minutos) porque crece hasta estallar deliciosamente. Y efectivamente, capta los sentimientos perfectamente aunque su ejecución sea...
Así funciona mi extraña mente: veo Juno y me acuerdo de Bernstein...
Hoy la he visto en DVD. Magnífica la chica y la peli. Por cierto, ví Hard Candy(también me la agencié) por el post que publicaste en tiempos. Un saludo.
ResponderEliminarMi tema favorito de Bernstein (de ese Bernstein) es Van Der Luydens, de La edad de la inocencia.
ResponderEliminarPor cierto, hace mucho que la mayoría de edad bajó de los 21 años, pero ten siempre presente lo que le pasó al de Hard Candy, jijiji.
¿Bill Murray siempre ha tenido la misma edad?
Elphaba, malvada, me has quitado el chiste ¬¬
ResponderEliminarLas Evil Dead me las dormí profundamente sin ningún tipo de remordimiento. Serán muy míticas, pero no son mi rollo. Ahora tengo a todos los amigos comiéndose las uñas hasta el codo esperando que se estrene My Name is Bruce...
uy... My name is Bruce va a ser, con diferencia, la película del año.
ResponderEliminar¡TODOS CONMIGO! VIVA BRUCE... ¡VIVA!
No es pecado enamorarse de esta chica. Yo también lo he hecho. Disfruté como una cochina con Juno y todavía no sé porqué.
ResponderEliminarY no se te olvida alabar la genialidad guionistica de Diablo Cody? No crees que el merito es mas suyo con su historia?
ResponderEliminarEn realidad, creo que es una película bastante mejor dirigida que escrita. No quiero destripar nada a nadie, pero la única gran genialidad del guión es la decisión final de Page con el bebé...
ResponderEliminarEl resto, veo una gran dirección, unos grandes (grandísimos todos) actores y un historia muy sencilla pero muy eficaz.
Creo que Diablo Cody, además de talento, lo que tiene es un agente artístico y de prensa de lo más eficiente, ya que debe ser la única guionista del mundo que es más conocida que el director de la peli (y eso, antes de los Oscars.
Su pasado tendrá algo que ver...
Es lo que tiene ser Pinlgui, Sergio.
ResponderEliminarOstras, cierto, que Diablo Cody tiene blog. Ya puedes ir premiándola pilingui, Sergio, xDDD.
ResponderEliminarYo estoy de acuerdo en que el mérito de la película es el conjunto de todo y no el guión individualmente, que tampoco me parece para tanto. Y sin duda la peli no luciría ni la cuarta parte sin ese reparto. Todo el mundo habla de Ellen Page, pero a mí también me parece estupendo el infrautilizado Michael Cera/Bleeker.
Se nos olvida la música. La peli es un concierto. La elección de los temas es genial.
ResponderEliminarSí, de Michael Cera ya hablé en su momento (en el post de Supersalidos). Es un actorazo tremendo. Es el mejor relevo generacional imaginable.
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