Entre dos proyectos iguales presentados a subvención, el dirigido por una mujer se llevará el gato al agua. Antes lo llamábamos discriminación positiva. Y puestos a ser abiertos y culturetas, yo propongo que se subvencione el cine a las emigrantes que han llegado a España en los últimos cinco años, a personas que estén en paro y a directores con familia numerosa.
Y así, sin criterio, nos va. No se trata de hacer cine de calidad, no se trata de subvencionar proyectos que tienen entidad propia, ni se trata de apoyar proyectos con los que la subvención va a fondo perdido. Se trata de ayudar a las mujeres cineastas.
El cine español se muere y nadie hace nada por impedirlo. Bueno, sí, tomar decisiones absurdas y sin sentido.
El cine, desde principios del siglo pasado, ha tenido directoras de cine magníficas. Pero me niego a caer en esa trampa. Me niego a ser tan retrógrado como para pensar en cine hecho por mujeres y cine hecho por hombres. Me niego a pensar que el éxito de Cuando Harry encontró a Sally reside en que está hecho por una mujer.
Desde que yo conozco el cine por dentro, siempre ha estado poblado de mujeres: simpáticas y hogareñas; jefes con los molares bien afilados; efectivas y vagas; tontas y superinteligentes... ¿saben qué? Exactamente igual que los hombres: simpáticos y hogareños, jefes con los molares bien afilados, efectivos y vagos, tontos y superinteligentes.
Pero González Sinde no se entera de nada. Quiso meterle mano a Internet, que sin duda era un buena idea.
Poco más tarde descubrimos que su idea de meter mano a Internet era prohibir las descargas y poner multas a consumidores y teleoperadoras. O sea, no se trataba de buscar formas viables de descargar películas, de abrir ventanas nuevas de mercado, de arreglar la situación... Sólo se trataba de prohibir las descargas ilegales. O lo que es lo mismo: no es una persona dotada de la capacidad de arreglar la situación, sino de prohibir lo que no le gusta. Y eso también lo puede hacer mi hija de seis años.
El DVD ha abierto nuevas formas de explotación. No es lo mismo comprar un DVD recién salido que uno de hace tres años. Primero es caro, y poco después, más barato. Y no es lo mismo comprar El Caballero Oscuro que comprar Mentiras y gordas. No es una cuestión de calidad, es una cuestión de mercado. Pero mientras el cine te cobra siete euracos (u ocho, o nueve euros, depende del lugar) por cada una de las películas, resulta que en DVD tienen precios diferentes (en realidad, como los cines de antaño: ¿se acuerdan de las salas de estreno y de reestreno?). ¿Y saben por qué? Porque hay una política de precios y una realidad tangible: a 18 euros el DVD, nadie te compra Mentiras y Gordas. Es así.
Lo importante es quejarse de lo mal que va la industria del cine, pero nadie busca soluciones. Podemos decir barbaridades sobre las descargas de Internet, ¡pero es que no tenemos alternativas viables!. No encuentro una página en donde, pagando un precio razonable, me pueda descargar una película de estreno en alta calidad. Y ¡ojo!, no sé si esta es la solución adecuada, porque además no soy político ni aceptaría el cargo de González Sinde, pero está claro que si no hay un lugar que sea una alternativa al E-mule o similares, ¿qué es lo que quieren?
El mercado ha cambiado, lo quieran los políticos o no. Una persona inteligente se dedicaría a analizar cuáles son esos cambios y en donde se puede dar el empujón adecuado para que la cosa marche (los exhibidores ya han hablado: ha sido una año fantástico). Pero los políticos, en vez de buscar soluciones, han decidido dos cosas: perseguir las descargas y darle más dinero a las directoras de cine.
Y sólo pensar que Isabel Coixet, Iciar Bollaín, Azuzena Rodríguez, Gracia Querejeta o Chus Gutierrez reciben subvención por sus películas (porque hasta ayer eran mujeres) y Julio Medem, Juanma Bajo Ulloa, David Trueba, Alex de la Iglesia y mil más van a tener problemas por el simple hecho de haber nacido hombres... me subo por las paredes.
Y así, sin criterio, nos va. No se trata de hacer cine de calidad, no se trata de subvencionar proyectos que tienen entidad propia, ni se trata de apoyar proyectos con los que la subvención va a fondo perdido. Se trata de ayudar a las mujeres cineastas.
El cine español se muere y nadie hace nada por impedirlo. Bueno, sí, tomar decisiones absurdas y sin sentido.
El cine, desde principios del siglo pasado, ha tenido directoras de cine magníficas. Pero me niego a caer en esa trampa. Me niego a ser tan retrógrado como para pensar en cine hecho por mujeres y cine hecho por hombres. Me niego a pensar que el éxito de Cuando Harry encontró a Sally reside en que está hecho por una mujer.
Desde que yo conozco el cine por dentro, siempre ha estado poblado de mujeres: simpáticas y hogareñas; jefes con los molares bien afilados; efectivas y vagas; tontas y superinteligentes... ¿saben qué? Exactamente igual que los hombres: simpáticos y hogareños, jefes con los molares bien afilados, efectivos y vagos, tontos y superinteligentes.
Pero González Sinde no se entera de nada. Quiso meterle mano a Internet, que sin duda era un buena idea.
Poco más tarde descubrimos que su idea de meter mano a Internet era prohibir las descargas y poner multas a consumidores y teleoperadoras. O sea, no se trataba de buscar formas viables de descargar películas, de abrir ventanas nuevas de mercado, de arreglar la situación... Sólo se trataba de prohibir las descargas ilegales. O lo que es lo mismo: no es una persona dotada de la capacidad de arreglar la situación, sino de prohibir lo que no le gusta. Y eso también lo puede hacer mi hija de seis años.
El DVD ha abierto nuevas formas de explotación. No es lo mismo comprar un DVD recién salido que uno de hace tres años. Primero es caro, y poco después, más barato. Y no es lo mismo comprar El Caballero Oscuro que comprar Mentiras y gordas. No es una cuestión de calidad, es una cuestión de mercado. Pero mientras el cine te cobra siete euracos (u ocho, o nueve euros, depende del lugar) por cada una de las películas, resulta que en DVD tienen precios diferentes (en realidad, como los cines de antaño: ¿se acuerdan de las salas de estreno y de reestreno?). ¿Y saben por qué? Porque hay una política de precios y una realidad tangible: a 18 euros el DVD, nadie te compra Mentiras y Gordas. Es así.
Lo importante es quejarse de lo mal que va la industria del cine, pero nadie busca soluciones. Podemos decir barbaridades sobre las descargas de Internet, ¡pero es que no tenemos alternativas viables!. No encuentro una página en donde, pagando un precio razonable, me pueda descargar una película de estreno en alta calidad. Y ¡ojo!, no sé si esta es la solución adecuada, porque además no soy político ni aceptaría el cargo de González Sinde, pero está claro que si no hay un lugar que sea una alternativa al E-mule o similares, ¿qué es lo que quieren?
El mercado ha cambiado, lo quieran los políticos o no. Una persona inteligente se dedicaría a analizar cuáles son esos cambios y en donde se puede dar el empujón adecuado para que la cosa marche (los exhibidores ya han hablado: ha sido una año fantástico). Pero los políticos, en vez de buscar soluciones, han decidido dos cosas: perseguir las descargas y darle más dinero a las directoras de cine.
Y sólo pensar que Isabel Coixet, Iciar Bollaín, Azuzena Rodríguez, Gracia Querejeta o Chus Gutierrez reciben subvención por sus películas (porque hasta ayer eran mujeres) y Julio Medem, Juanma Bajo Ulloa, David Trueba, Alex de la Iglesia y mil más van a tener problemas por el simple hecho de haber nacido hombres... me subo por las paredes.
Es la política del sin-sentido. Si pusieran en el gobierno a mi hijo y sus compañeros (clase de P3), estoy segura de que tomarían decisiones más lógicas.
ResponderEliminarMientras tanto, a aguantar esta clase de decisiones esperpénticas, ya que al fin y al cabo, se supone que estamos en un gobierno democrático elegido por nosotros mismos ¿no?
Está claro que si te metes con las mujeres eres machista; si te metes con los inmigrantes eres racistas, y así un largo etcétera. Tenemos la costumbre de ser un poco radicales con las ideas. Estoy a favor de que las mujeres sean tratadas como los hombres, O SEA POR IGUAL. Reconozco hay mucho por hacer. Es así de triste, porque te encuentras con cosas que crees que son del pasado pero que en verdad están ocurriendo todavía.
ResponderEliminarY lo que comentas que se den muchas ayudas a las mujeres directoras sin pensar en la calidad final va matando poco a poco al cine español que hace tiempo está herido de muerte.
Sobre la piratería, siempre he pensado de que si bajaran precios de películas, música, juegos (todo esto fácil de conseguir por internet) la pirateía no desaparecería como tal; pero si disminuiría considerablemte. Pero no va ocurrir.
Y Metiras y Gordas no la compraría ni por un euro. Ya que tiene pinta de ser mala de narices.
Ala, saludos
Esa última frase es un poco tramposa. Efectivamente, estamos en un gobierno democrático elegido por nosotros mismos, pero eso no le da la razón ni se la quita.
ResponderEliminarEn el gobierno democrático se encuentran las personas que hemos designado para tomar decisiones. Y son esas decisiones las que juzgan sus cuatro años de elección. Hay elecciones que hacen bien y otras que son nefastas.
Y desde luego, yo no quiero un Gobierno que se vanaglorie de tener a González Sinde en cultura, pero si quiero un gobierno que impulse los fondos sociales. Lo triste es que ambos gobiernos son las mismas personas.
Cuando llegue el final de la legislatura, tendremos que hacer balance, pero con González Sinde en esa posición, yo voy a tener serios problemas.
Lo malo es que ya son más de cuatro años de legislatura, por lo que al parecer, las cosas que el gobierno ha hecho hasta ahora están bien vistas por el pueblo que lo ha reelegido. Entre ellas se encuentran esta clase de decisiones que le dejan a uno asustado al tenerlos a ellos como representantes de la mayoría de los españoles. Por lo tanto, en cierto modo sí que le estamos dando la razón votándolos una y otra vez.
ResponderEliminarAquí paro, que no me gusta hablar de política porque es un tema que siempre lleva a desavenencias y malentendidos. De hecho creo que ya he dicho más de lo que debía...
¡Saludos Sergio!
No seria mas logico sufragar el concepto, el proyecto, anonimamente, como un concurso? De ese modo no se podria decir, "es que es fulanita" "o menganito" o "siempre le dan subvenciones a los mismos". De este modo, seria como las obras de concrata: a concurso publico. Sin nombre y anonimamente.
ResponderEliminarNo quisiera entrar en descalificaciones e insultos, cual Hoygan de medio pelo, pero lo de esta señora no tiene nombre.
ResponderEliminarChurchill decía aquello de que el pueblo siempre tiene un gobierno un poco peor de lo que merece, pero con gente así de ministros me parece que es forzar la maquinaria a lo bestia.
Y no se le ven visos de mejorar, ni por un lado ni otro... Mientras tanto, lo pagaremos todos. Y en temas tan "subvalorados" como la cultura, pues peor todavía.
Una pena.
Saludos.
Un gobierno democrático lo elige la mayoría - La mayoría de la gente no tiene ni idea de nada - ¡¡El apocalipsis!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo que dices y estoy totalmente de acuerdo. Este verano tuve la oportunidad de hablar con un abogado de la industria cinematográfica y me dejó bastante claro que el problema del cine y de la música es muy diferente.
ResponderEliminarTambién tener en cuenta una cosa: cambiar una industria que lleva años con un modelo de negocio cuesta mucho, y más en el caso de España donde se maneja presupuestos supercutres.
Y, en cualquier caso, el hecho de que esas medidas están por llegar no significa que deban quedarse con los brazos cruzados ante las descargas (si bien tienen la batalla perdida contra la piratería sí veo bien que intenten paliarla en la medida de lo posible).
Sea legal o no, consumir el trabajo de alguien sin pagar por él no está bien. Es culpa del sistema de distribución o de la nueva costumbre "lo quiero todo gratis y ya" en internet??? Examen de conciencia mientras descargo un par de series :-P
Tienes razón. No está bien.
ResponderEliminarPero la gente ya no ve el DVD, la gente ve las cosas en el ordenador. Es una nueva fórmula (y ya no tan nueva). ¿Cómo puede ser que el mercado vaya por un sitio y la demanda por otro? Si se demanda ver películas y la gente quiere bajárselas, antes de quejarte, dale una oportunidad al negocio de Internet.
Estoy convencido que, por ejemplo, Distrito 9, a dos o tres euros, en alta definición, descargándotela en una horita, habría sido un negocio redondo. No todos son criminales y por tres euros, muchas personas prefieren ver una buena copia que un screener con una calidad pésima.
Ah! y respecto a la pregunta "realmente pagaría si fuera más barato y/o el canal de distribución fuera afín a mí?" mi respuesta es un contundente SÍ.
ResponderEliminarDesde que me compré la consola todos mis juegos son originales gracias al mercado legal de segunda mano en tiendas (entre 10-20e los de hace 1 año y 20-30 los nuevos), no pudiendo hacer lo mismo con las series que llegan como 1 año tarde y con los horarios que les apetece a las cadenas, de ahí las descargas.
Señoras y señores, damas y caballeros, frikis y frikas, y demás fauna blogera agradezcamos a especímenes como nuestra Menestra de Incultura que personas como yo hayamos dejado de apoyar al cine patrio decantándonos por lo que viene de fuera. No es de extrañar que grandes directores como Amenabar, Alex de la Iglesia o Bigalondo esten optando por buscarse el guiso fuera de nuestro país. Trabajo en el mundo del audiovisual desde hace quince años y nunca había vivido un maltrato y un desprecio tan grande por el cine. En cuanto a la discriminación... en fin, pensaba que el criterio se basaba en las cualificaciones de un director y su proyecto, no en lo que le cuelga (o no). Después de ver las estupideces de Sinde-scarga como lo ocurrido con Saw VI francamente, no me extraña. Sin embargo, me llama la atención que el presidente de la Academia de Cine española, el señor alex de la Iglesia dijese hace unos días que él apoyaba el cine via internet, pero de calidad, abogando a la Red como una nueva vía de mercado libres de soportes físicos costosos y pudiendo distribuir el cine a todo el planeta. Está claro que si algo podemos ver en el mundo de la política es que no hace falta estar cualificado para obtener un puesto de este tipo. Lástima de experiencia y licenciatura, de haberlo sabido me habria limitado a ingerir substancias alucinógenas en lugar de preparame, y años después que me den un ministerio siendo un completo inutil. Al menos en mi entorno siguen existiendo personas, homres y mujeres, que libres de etiquetas hacen cine por y para los espectadores.
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