No soy el único. Muchas personas han estado fascinadas por las películas y la personalidad de John Ford: desde Qué verde era mi valle, pasando por El hombre tranquilo, La diligencia, Las uvas de la ira, La legión invencible, Pasión de los Fuertes y mi favorita, Centauros del Desierto.
Demasiadas películas buenas. Hablamos de un director con cuatro Oscars y uno de los mayores creadores del cinematógrafo. Pero también hablamos de una persona arisca, indiferente con los que le llamaban artista, cruel hasta límites extraordinarios con los actores:
John Ford (A James Stewart): ¿Hay algo que no te guste en esta escena?
Jimmy: No, todo perfecto.
John Ford: ¿No hay nada que te disguste?
Jimmy: Pues no.
John Ford: Fíjate bien... ¿no hay nada que no te guste?
Jimmy: Bueno, no sé, la camisa esa de ahí, la azul, no me acaba de convencer... John Ford: ¡A ver! Todos aquí.
John Ford reúne a todo el equipo. Paran de trabajar, bajan de escaleras, vienen maquilladores y eléctricos... todos, todos, se reúnen en torno al director:
John Ford: Estamos todos trabajando pero parece ser que a nuestra estrella hay cosas que no le gustan en la escena. Nuestro "artista" tiene algunas quejas...
Ese es John Ford. Dicen que hacía estas cosas a propósito, para crear cierto ambiente y a Duke (John Wayne) lo tenía frito con enfrentamientos continuos. Sin embargo, desde James Stewart hasta Henry Fonda y por supuesto, Duke, se morían por trabajar con él.
Detrás de ese hombre arisco, al que Peter Bogdanovich solo consiguió sacar, en su famoso documental sobre el director, simples "si" o "no" por respuesta a sus preguntas, era mucho más.
Después de muchos años intentando poner una película de amor en marcha, termina haciendo El hombre tranquilo. Duke hace el papel de Sean, que en realidad, es el segundo nombre de Ford. Y ella, representada por la bella Mauren O´Hara, se llama Mary Kate (Mary por su mujer, Kate por su gran amor: Katherine Hepburn). La relación de Kate y John Ford no duró mucho, pero en esa época de felicidad (del 39 al 41), Ford hizo un número importante de obras maestras (incluidas Qué verde era mi valle, Las uvas de la ira, El joven Mr. Lincoln y La diligencia).
En el año 1.973, unas semanas antes de morir el director de cine, su nieto Dan Ford reunió a la Hepburn y a Ford para grabar una conversación en un magnetófono (que también se puede oír en el documental de Bogdanovich. Posiblemente, el mejor documental de cine de la historia. Se llama "Directed by John Ford"). Hablan de trivialidades y "qué alegría volver a verte". Cuando se da la sesión por terminada, Dan sale a su coche para preparar la vuelta de Kate... pero la cinta sigue grabando. En ella, Ford le dice a Kate un directo "Te quiero". Y Kate dice: "es mutuo, es mutuo". Después Ford se dirige a la compañera fiel de Kate (¿Elizabeta?) y le dice: "Cuídala, es muy especial, cuida de ella".
Por supuesto, no quiero omitir el famoso carácter de la Hepburn. Lo primero que dice cuando se encuentran a solas es "¡Oh, estás lleno de ceniza. Se te está cayendo..."
Un joven Steven Spielberg, que ya era director de algunas cosillas en televisión, se acercó a conocer a Ford en su despacho (ya se había colado en el set de Hitchcock y el director le había echado a gritos). Al cabo de un largo rato de espera, la secretaria de Fod le hizo pasar y Steven se encontró a su ídolo fumando un gran puro y con los pies sobre la mesa, recostado:
Ford: Así que, jovencito, usted quiere ser cineasta...
Steven: ...sí...
Ford: Acérquese a ese cuadro y márqueme la línea del horizonte.
Steven: (señalando) Está aquí abajo.
Ford: Acérquese a ese otro cuadro y márqueme la línea del horizonte.
Steven: Está aquí arriba.
Ford: Esa es la lección. La línea del horizonte se pone abajo o se pone arriba, pero nunca en el centro del encuadre. Adiós.
Dios mío. ¡Esta es la mejor lección de cine que he oído! -Como dijo Orson Welles cuando le preguntaron sobre sus directores de cine favoritos, éste contestó: "Me gustan los clásicos. Me gusta John Ford, John Ford y John Ford".
Y este plano de un minuto (empieza en el 0:14) sigue siendo uno de mis momentos favoritos en la Historia del Cine. Pertenece a Centauros del Desierto y cuando Wayne se queda solo, con la mano recogida en su otro brazo, es probable que me caiga alguna lagrimita:
Todos los datos pertenecen al documental Directed by John Ford, de Bogdanovich. Existe una segunda edición de 2.006 con nuevas entrevistas y, por supuesto, las clásicas a Fonda, Duke, Stewart... Una maravilla.
Demasiadas películas buenas. Hablamos de un director con cuatro Oscars y uno de los mayores creadores del cinematógrafo. Pero también hablamos de una persona arisca, indiferente con los que le llamaban artista, cruel hasta límites extraordinarios con los actores:
John Ford (A James Stewart): ¿Hay algo que no te guste en esta escena?
Jimmy: No, todo perfecto.
John Ford: ¿No hay nada que te disguste?
Jimmy: Pues no.
John Ford: Fíjate bien... ¿no hay nada que no te guste?
Jimmy: Bueno, no sé, la camisa esa de ahí, la azul, no me acaba de convencer... John Ford: ¡A ver! Todos aquí.
John Ford reúne a todo el equipo. Paran de trabajar, bajan de escaleras, vienen maquilladores y eléctricos... todos, todos, se reúnen en torno al director:
John Ford: Estamos todos trabajando pero parece ser que a nuestra estrella hay cosas que no le gustan en la escena. Nuestro "artista" tiene algunas quejas...
Ese es John Ford. Dicen que hacía estas cosas a propósito, para crear cierto ambiente y a Duke (John Wayne) lo tenía frito con enfrentamientos continuos. Sin embargo, desde James Stewart hasta Henry Fonda y por supuesto, Duke, se morían por trabajar con él.
Detrás de ese hombre arisco, al que Peter Bogdanovich solo consiguió sacar, en su famoso documental sobre el director, simples "si" o "no" por respuesta a sus preguntas, era mucho más.
Después de muchos años intentando poner una película de amor en marcha, termina haciendo El hombre tranquilo. Duke hace el papel de Sean, que en realidad, es el segundo nombre de Ford. Y ella, representada por la bella Mauren O´Hara, se llama Mary Kate (Mary por su mujer, Kate por su gran amor: Katherine Hepburn). La relación de Kate y John Ford no duró mucho, pero en esa época de felicidad (del 39 al 41), Ford hizo un número importante de obras maestras (incluidas Qué verde era mi valle, Las uvas de la ira, El joven Mr. Lincoln y La diligencia).
En el año 1.973, unas semanas antes de morir el director de cine, su nieto Dan Ford reunió a la Hepburn y a Ford para grabar una conversación en un magnetófono (que también se puede oír en el documental de Bogdanovich. Posiblemente, el mejor documental de cine de la historia. Se llama "Directed by John Ford"). Hablan de trivialidades y "qué alegría volver a verte". Cuando se da la sesión por terminada, Dan sale a su coche para preparar la vuelta de Kate... pero la cinta sigue grabando. En ella, Ford le dice a Kate un directo "Te quiero". Y Kate dice: "es mutuo, es mutuo". Después Ford se dirige a la compañera fiel de Kate (¿Elizabeta?) y le dice: "Cuídala, es muy especial, cuida de ella".
Por supuesto, no quiero omitir el famoso carácter de la Hepburn. Lo primero que dice cuando se encuentran a solas es "¡Oh, estás lleno de ceniza. Se te está cayendo..."
Un joven Steven Spielberg, que ya era director de algunas cosillas en televisión, se acercó a conocer a Ford en su despacho (ya se había colado en el set de Hitchcock y el director le había echado a gritos). Al cabo de un largo rato de espera, la secretaria de Fod le hizo pasar y Steven se encontró a su ídolo fumando un gran puro y con los pies sobre la mesa, recostado:
Ford: Así que, jovencito, usted quiere ser cineasta...
Steven: ...sí...
Ford: Acérquese a ese cuadro y márqueme la línea del horizonte.
Steven: (señalando) Está aquí abajo.
Ford: Acérquese a ese otro cuadro y márqueme la línea del horizonte.
Steven: Está aquí arriba.
Ford: Esa es la lección. La línea del horizonte se pone abajo o se pone arriba, pero nunca en el centro del encuadre. Adiós.
Dios mío. ¡Esta es la mejor lección de cine que he oído! -Como dijo Orson Welles cuando le preguntaron sobre sus directores de cine favoritos, éste contestó: "Me gustan los clásicos. Me gusta John Ford, John Ford y John Ford".
Y este plano de un minuto (empieza en el 0:14) sigue siendo uno de mis momentos favoritos en la Historia del Cine. Pertenece a Centauros del Desierto y cuando Wayne se queda solo, con la mano recogida en su otro brazo, es probable que me caiga alguna lagrimita:
Todos los datos pertenecen al documental Directed by John Ford, de Bogdanovich. Existe una segunda edición de 2.006 con nuevas entrevistas y, por supuesto, las clásicas a Fonda, Duke, Stewart... Una maravilla.
Sencillamente genial. Me han entrado unas ganas terribles de ver el documental.
ResponderEliminarSer genio tiene estas cosas. Puedes tratar con desprecio a Spielberg y aún así él te rendirá un homenaje impresionante como hizo en E.T.
También gusta comprobar que por muy arisco que se sea todo el mundo tiene su punto de debilidad.
Aprovechando este post que descubre la otra cara de nuestro ídolos os os recomiendo Hitchcock - Truffaut. Sin duda alguna uno de los libros más bellos sobre cine.
No, no. Ese es EL LIBRO DE CINE. Magistral.
ResponderEliminarun post muy molón
ResponderEliminarMe encanta cuando te pones cinéfilo
ResponderEliminarPor cierto, si se pasan por este blog, mi hermana habla del arte de uno de los comentaristas de este blog: D. Guillel Tolete.
ResponderEliminarhttp://hoypuedeserungrandia-inma.blogspot.com/2009/10/un-artista-familiar.html
Saludos,
Lo bueno de estas entradas es que me hacen salir corriendo a servirme un helado y una peli de Ford. Magnífica noche de viernes por delante.
ResponderEliminarTambién está el THE END final. Hace años que no se usa y por eso lo asocio a la época dorada del cine.
ResponderEliminarEn mi casa somos muy de Ford todos, y encima mi padre adora a Maureen O'Hara sobre todas las actrices. Para mí una película de John Ford es sinónimo de sábado o domingo por la tarde y disfrutar como una enana.
ResponderEliminarMe revienta no tener tiempo para leer todos esos libros! A ver si encuentro ese documental y el libro de Hitchcock-Truffaut
A ver, lo de la línea del horizonte lo sabe hasta un niño de teta. A eso se le llama "regla de los tercios"; y es lo primero que se aprende. No me parece a mí una gran lección, al menos viendo después que Ford hacía cosas extraordinarias con la planificación y el montaje.
ResponderEliminarYo creo que nuestro bruto director era en realidad un tipo tímido, que utilizaba una coraza, de ahí lo de arisco, para apartar a la gente, tal vez por pudor. Era, en pocas palabras, un cursi que iba de tío seco.
Lo que no entiendo es como conseguía que los actores quisieran seguir trabajando con él; eso sí que es un misterio. Creo que fue Henry Fonda quien dijo que Ford amaba a los actores, y lo comparó (para bien) con el frío e indiferente Lang... En fin, un misterio.
Recuerdo que leí esta entrada hace ya unos años (y me gustó)...Pero mira, para cotilleo de Ford... En la autobiografía de Maureen O'Hara, esta cuenta que en el rodaje de "Cuna de héroes" entró en el despacho y le vió besándose con un hombre en los labios (no dice con quién; un amigo me comenta que está claro que es Tyrone Power, pero si ella no dice nada, yo tampoco).
ResponderEliminarUn saludo y a ver si vuelves a actualizar, que han pasado 8 meses. Bueno, mientras tenemos tus viejas entradas.