24 marzo, 2010

La última cena y el Oscar de Coppola

Hace años tenía un muy buen profesor de Historia del Cine que en plena explicación, decía "esto todavía no se ha estudiado, lo deberían apuntar como tema de tesis". Con el paso del tiempo, me di cuenta de que, ciertamente, hay muchos temas que no se han estudiado, son interesantes y sólo falta alguien con imaginación y mente científica.

Tener una buena idea a la hora de emprender un proyecto es básico. Y todavía me siguen emocionando algunos trabajos en los que, más que la elaboración, me gusta el tema. Como ejemplo, el tipo este (raro, raro) que ha hecho un documental hablando con todas sus ex-novias y tratando de analizar por qué le dejaron: "A complete history of my sexual failures". La verdad es que una vez visto, es bastante flojito, pero la idea es genial.

Y todo esto lo escribo después de leer un artículo que me ha dejado conmocionado: un tipo investiga los cambios en las porciones de comida a lo largo del tiempo. Y para corroborar su tesis ha estudiado más de cincuenta cuadros de La Última Cena. Y como el arte imita a la vida, pues se ha dado cuenta que las comidas ahora son muchos menos frugales que antes, exactamente un 69%.

No sé si el estudio es bueno, serio, malo o entrañable, pero lo que sí sé es que la idea es magnífica. Si cada pintor hace una representación de una época, la cantidad de comida que ha puesto en el plato es un dato, cuanto menos, significativo.

El artículo, aquí.

Otro cosa. Aunque tenía pensado hacer un post sobre Coppola, que llevo retrasando meses porque me gustaría contar demasiadas cosas (y ya saben por aquí que puedo tener post buenos y otros bastante malos, pero ninguno destaca por mi capacidad de síntesis), es el momento de una pequeña anécdota que me ha encantado:

Un periodista se acerca a Francis Coppola y le pregunta cuál de todos sus Oscar le enorgullece más (sólo con la trilogía de El Padrino tiene unos cuantos). El director se queda pensativo y contesta: "Sin duda, el de mi hija Sofía por el guión de Lost in Translation".

Me siento orgulloso de que mis ídolos se comporten como ídolos y no como atontaos.

6 comentarios:

  1. Amor de padre.
    El otro día mi hija se dio cuenta de que en unos bizcochos de chocolate que solemos comprar habían cambiado el diseño y ahora daban uno menos por el mismo precio.
    Un saludo.

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  2. Con lo de amor de padre me refería al de Francis por su hija. Es que era lo que pensaba al acabar de leer el post, pero claro he empezado el comentario por la parte equivocada.
    Otro saludo.

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  3. el anonimo tranquilo9:52 p. m., marzo 24, 2010

    los grandes lo son por algo.

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  4. Aunque suene contradictorio, los mejores ídolos son para mí los que muestran cualidades más humanas.

    Genial lo de las porciones de comida. Y además seguro que es cierto.

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  5. Una foto que ratifica al dedillo lo que cuentas del aumento de la comida en las representaciones de la última cena. Fotógrafo, Marcos López, argentino. No veas como se ponen los neo-apóstoles.

    http://otranoticia.com/wp-content/uploads/2009/05/ultima_cena.jpg

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