El Fantasma del paraíso es una de mis películas favoritas. Lo tiene todo para que me guste, es de misterio, es musical, la dirige Brian de Palma y le pone la música el mágico Paul Williams.
Creo que de Palma es uno de los directores más interesantes de los últimos 30 años. No le importan las historias, ni los guiones, ni la coherencia... le interesa la forma de contar las cosas. Según ha declarado el director (en un libro imprescindible para comprender su filosofía "Brian de Palma por Brian de Palma"), él pone en los guiones las escenas que le apetece contar y simplemente las une. Por eso sus películas se resienten en su conjunto, no son perfectas, pero al mismo tiempo, nos regala sus famosos "set-pieces", escenas contadas como nadie nos ha contado las historias y de forma muy, muy arriesgada. Momentos como, por ejemplo, el asesinato de la vecina en Doble Cuerpo, la escena del museo en Vestida para matar, el tren en Carlito´s Way (según la revista Cahiers du Cinéma es la mejor película de la década de los 90), el comienzo de Snake Eyes o incluso el aireado final de Los intocables (ya,ya... pero es un homenaje perfecto y queda genial en la película) son para entrar por la puerta grande en la historia del cine.
Paul Williams, el músico, es otro cantar. Su carrera como compositor es mucho más importante que como cantante. Su labor en los últimos treinta años se ha centrado en ponerle música a los muñecos de la factoría de Jim Henson. Y además, fue el coprotagonista y compositor de esta joya setentera: El fantasma del paraíso.
En su momento, El Fantasma del paraíso fue un fracaso espectacular. Nadie supo si se trataba de un musical, de una peli de misterio... y no encontró su público. Pero es la típica película que con la televisión y los nuevos medios tecnológicos ha tenido una segunda vida y ahora es una pieza de culto. Y las mejores transiciones cinematográficas de de Palma están contenidas ahí.
Y lo que yo pensé que era algo personal con la peli, de repente me informan que hay un pueblo en EE.UU. que se vanagloria de que cuando se estrenó El Fantasma del Paraíso en el 74, sólo tuvo éxito en dos sitios: en París y en...Winnipeg, una pequeña ciudad en Estados Unidos.
Ahora, en Winnipeg han celebrado el festival de Phantompalooza con todos los protagonistas de la peli y han cantado en directo, dado conferencias y celebrado el acontecimiento. Habría dado lo que fuera por haber podido ir, aunque cada día me asusta más ver como pasa el tiempo por las personas. Esto es alucinante. El principio de la película (para los que no la conozcan, es una canción deliberadamente fuera de tono aunque fantástica, porque se trata de mostrar un grupo musical un poco chungo. Es importante ver estas imágenes, por lo menos desde el minuto 1:20 hasta el 2:20 y fijarse no solo en el cantante sino en sus dos compañeros del coro.
Y ahora, vemos a los mismos tres personajes algo más de treinta años más tarde en el festival de Winnipeg:
Hay mil vídeos de este evento, sólo hay que poner phantompalooza en Youtube, yo estaba pensando en poner algún vídeo de Paul Williams, pero en realidad me apetece ver cualquier momento suyo en los teleñecos, como aquella magnífica versión de Cuentos de Navidad con Michael Caine o con esta secuencia en la que Williams canta una de sus canciones con unos muñecos que son muy, muy parecidos a él. Paul Williams, pequeño y raro en sus formas, es un genio a rescatar.
PD: Mucho antes del emule, algo antes de Internet, la banda sonora de El fantasma del paraíso la mandé a pedir a Japón en una tienda de Madrid que se llamaba Cinescore. Me costó unas 5.000 pesetas de finales de lo 80. Eso sí, sigo escuchándola a menudo, por lo que fue una inversión muy rentable.
Creo que de Palma es uno de los directores más interesantes de los últimos 30 años. No le importan las historias, ni los guiones, ni la coherencia... le interesa la forma de contar las cosas. Según ha declarado el director (en un libro imprescindible para comprender su filosofía "Brian de Palma por Brian de Palma"), él pone en los guiones las escenas que le apetece contar y simplemente las une. Por eso sus películas se resienten en su conjunto, no son perfectas, pero al mismo tiempo, nos regala sus famosos "set-pieces", escenas contadas como nadie nos ha contado las historias y de forma muy, muy arriesgada. Momentos como, por ejemplo, el asesinato de la vecina en Doble Cuerpo, la escena del museo en Vestida para matar, el tren en Carlito´s Way (según la revista Cahiers du Cinéma es la mejor película de la década de los 90), el comienzo de Snake Eyes o incluso el aireado final de Los intocables (ya,ya... pero es un homenaje perfecto y queda genial en la película) son para entrar por la puerta grande en la historia del cine.
Paul Williams, el músico, es otro cantar. Su carrera como compositor es mucho más importante que como cantante. Su labor en los últimos treinta años se ha centrado en ponerle música a los muñecos de la factoría de Jim Henson. Y además, fue el coprotagonista y compositor de esta joya setentera: El fantasma del paraíso.
En su momento, El Fantasma del paraíso fue un fracaso espectacular. Nadie supo si se trataba de un musical, de una peli de misterio... y no encontró su público. Pero es la típica película que con la televisión y los nuevos medios tecnológicos ha tenido una segunda vida y ahora es una pieza de culto. Y las mejores transiciones cinematográficas de de Palma están contenidas ahí.
Y lo que yo pensé que era algo personal con la peli, de repente me informan que hay un pueblo en EE.UU. que se vanagloria de que cuando se estrenó El Fantasma del Paraíso en el 74, sólo tuvo éxito en dos sitios: en París y en...Winnipeg, una pequeña ciudad en Estados Unidos.
Ahora, en Winnipeg han celebrado el festival de Phantompalooza con todos los protagonistas de la peli y han cantado en directo, dado conferencias y celebrado el acontecimiento. Habría dado lo que fuera por haber podido ir, aunque cada día me asusta más ver como pasa el tiempo por las personas. Esto es alucinante. El principio de la película (para los que no la conozcan, es una canción deliberadamente fuera de tono aunque fantástica, porque se trata de mostrar un grupo musical un poco chungo. Es importante ver estas imágenes, por lo menos desde el minuto 1:20 hasta el 2:20 y fijarse no solo en el cantante sino en sus dos compañeros del coro.
Y ahora, vemos a los mismos tres personajes algo más de treinta años más tarde en el festival de Winnipeg:
Hay mil vídeos de este evento, sólo hay que poner phantompalooza en Youtube, yo estaba pensando en poner algún vídeo de Paul Williams, pero en realidad me apetece ver cualquier momento suyo en los teleñecos, como aquella magnífica versión de Cuentos de Navidad con Michael Caine o con esta secuencia en la que Williams canta una de sus canciones con unos muñecos que son muy, muy parecidos a él. Paul Williams, pequeño y raro en sus formas, es un genio a rescatar.
PD: Mucho antes del emule, algo antes de Internet, la banda sonora de El fantasma del paraíso la mandé a pedir a Japón en una tienda de Madrid que se llamaba Cinescore. Me costó unas 5.000 pesetas de finales de lo 80. Eso sí, sigo escuchándola a menudo, por lo que fue una inversión muy rentable.
Perdona que te corrija después de tanto tiempo pero, Winnipeg es Canadá, no Estados Unidos, ¿no?
ResponderEliminarTienes toda la razón. Gracias por leer estas cosas y, por los comentarios que vas dejando, te estás dando un buen paseo por el blog.
ResponderEliminarEspero que encuentres alguna cosa que te interese...