28 febrero, 2008

Apuntes personales: la película que cambió mi vida

Terminado mi periplo madrileño, volví a Canarias un poco desilusionado con el mundo del cine. Como digo en el perfil de este blog: "el cine, mucho mejor como espectador".

Comencé a trabajar en una empresa de publicidad y un buen día leí en el periódico que Gerardo Herrero, productor y director, estaba en la isla de Gran Canaria para seleccionar el equipo de Mararía, una película basada en un clásico de la literatura canaria.

Con Gerardo Herrero había trabajado en Malena es un nombre de tango, que fue una buena experiencia, por lo que me lo pensé unos minutos y acudí a la entrevista para ofrecerme como regidor. Tras la sorpresa de verme en Canarias y unas risas, me ofrecieron el puesto.

Pero al final, por esas cosas que pasan en el cine, Gerardo Herrero se retiró del proyecto y se lo dieron a otra productora. En ese momento, por pereza o por miedo a volver a sufrir un Airbag, no me presenté a la selección.

Pasaron los meses y un día me acerqué al Teatro Pérez Galdós a ver la ópera Adriana Lecouver
. Por circunstancias familiares (mi padre estaba muy relacionado con ese mundo), un directivo de la ópera se me acercó y me preguntó si podía sentarme con el cantante Pedro Guerra para darle conversación en los entreactos, ya que lo habían invitado a ver la ópera pero había venido solo.

Me presenté, hablamos un rato y Pedro Guerra, de repente, me suelta que está en Canarias porque al día siguiente van a grabar la banda sonora de Mararía en el Auditorio Alfredo Kraus. Él ha compuesto una canción y, por supuesto, la banda sonora orquestal. Es la primera vez que lo hace (y desafortunadamente, la última) y estaba bastante nervioso. Decirle esto a un amante de las bandas sonoras como yo es tentar a la suerte.

Me cuenta que cuando le dieron el proyecto se compró 100 bandas sonoras para ponerse a estudiar. Me dijo algunos nombres, pero sólo recuerdo el Drácula de Kylar. Por supuesto, empiezo a soltar mi rollo patatero sobre bandas sonoras y al notar que mi emoción va en aumento, me hace la invitación pertinente: "si quieres, vente mañana a la grabación".

Permiso en el trabajo. No hay problema. Me dan un pase y me siento en el Auditorio, completamente sólo, en el patio de butacas. El equipo de grabación estaba en otra habitación y Pedro y su orquestador (el magnífico Joan Valent, que entre otras cosas, ha formado parte del equipo de orquestadores de John Barry) entran y salen para hablar con el director de orquesta.

De vez en cuando, Pedro se acercaba y me preguntaba: "¿Qué te parece?". En esos momentos, está claro que uno no saca su espíritu crítico, pero realmente me estaba gustando lo que oía. Y así, el cantante iba y volvía y me decía: "Lo estás oyendo sin las chácaras (un instrumento canario) que las vamos a grabar en Madrid", "aquí van unas cosas de percusión que grabamos más tarde"... bueno, cosas así. El caso es que disfruté como un enano.

Hoy día, la banda sonora me sigue pareciendo excelente. Pero sobre todo, en ese día de grabación, comenzó una relación muy intensa con una violinista de la orquesta. Y aunque en realidad, a esa violinista ya le había echado el ojo en el teatro y nos habíamos intercambiado miraditas de veinteañeros, ser testigo de excepción de la grabación de Mararía fue el punto de partida de nuestra relación.

Diez años, una hipoteca infinita y dos hijos más tarde, la violinista y yo seguimos juntos. Estos días celebramos nuestro aniversario: no sé ella, pero yo, egoístamente, cumplo los mejores diez años de mi vida.

Y esta es la historia. Todavía no tengo claro si me gusta o no me gusta Mararía, pero definitivamente, cambió mi vida (a muchísimo mejor).

PD: La grabación de la banda sonora se hizo con una buena pantalla de vídeo de forma consecutiva. La primera pieza que oí fue el tema principal, una delicia. Eso sí, yo no miraba la sincronía de la música con las imágenes, sino que miraba a la violinista que me gustaba. Y es que aunque el cine sea muy importante en mi vida, sigo teniendo prioridades.




7 comentarios:

  1. "Te convido a creerme cuando digo futuro."
    Silvio Rodríguez

    Me apropio por un instante del verso de uno de mis poetas y músicos predilectos para desearles a ti y a la violinista un feliz aniversario y una prórroga del amor (uso este vocabulario financiero por aquello de las hipótecas y esas cosas).

    Buenas noches y buena suerte.

    Salud.

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  2. Qué suerte la tuya, envidia (sana) me da la historia, y es que espero poder decir algo parecido en unos años con mi novia Belén, con la cual espero tener una niña, una niña que hable idiomas, que estudie en cualquier sitio sin problemas y tenga el afecto de una familia modelo, que se sienta segura en la calle y pueda acceder a buenos trabajos...

    Saludos fríos desde Irlanda y feliz aniversario!

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  3. Sergio, no conocía esta parte de tu historia (un placer conocerla ahora), hace tiempo que nadie me transmitía esa especie de alegría contenida al contar-me algo (o al menos ahora no lo recuerdo). Felicidades y todas esas cosas que yo ya creía que no existían (en tu caso percibo sinceridad y algo de magia).
    ¡Salud!

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  4. Por cierto, yo también tuve una entrevista con Gerardo Herrero cuando se suponía que "Mararía" estaba en sus manos, luego resultó no ser así (por el bien tuyo) y el tema se pospuso durante años, pero a mi ya nadie me volvió a llamar y no tengo más vínculo con "Mararía" que mi apellido San Ginés (conejero como Mararía).

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  5. Se nota que has estudiado cine, la manera de explicar una historia que otros no sabrian darle un toque especial; incluso me atrevo a decir que podría tratarse el guion de una película.

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  6. Muchas felicidades por tu aniversario!!!!
    Y un beso a la violinista.

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  7. Me uno al beso a la violinista, y también a los pequeños violinistito y violinistita. Feliz aniversario :D!

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