23 octubre, 2006

Insistiendo con el musical

Puede parecer que adoro el cine de animación y no es así. Quiero decir, me gustan las películas buenas y me da igual como estén realizadas, pero una cosa tengo clara: los mejores musicales de los últimos años están hechos en dibujos animados.

Y uno de las piezas más asombrosas de musical que se han escrito para el cine, y que curiosamente no es de Alan Menken ni pertenece a Disney, es la presentación de El príncipe de Egipto. Son cinco minutos con melodías, coros, planos y encuadres absolutamente fantásticos... pero... ay... la melodía que canta la madre de Moisés a partir del 2:25 es una de las cosas más bonitas que he oído en mi vida, que por cierto, empieza a ser larga y considerable.

Por lo pocos musicales de calidad que hay, intuyo que debe ser difícil hacer un musical que realmente sea bueno. Pura estadística. En los últimos años sale basura reciclada sobre el escenario, música mítica de Queen, de ABBA o de Mecano, da igual. Una moda pasajera que me preocupa.

El éxito de un musical original nunca está asegurado, por lo menos, el de público. El magnífico musical Martín Guerre se fue al garete a las pocas semanas de estrenarse, y eso que lo había hecho el compositor de Les Miserables y Miss Saigon.

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