28 noviembre, 2006

La tragedia de componer una Banda Sonora

Desde hace unos años, existe una moda en Hollywood que, directamente, está destrozando el nivel de las bandas sonoras actuales. Esta moda (léase “forma de trabajar”) se llama Temporal Music.

La música temporal consiste en que los directores de cine y sus montadores ponen a la película sobre la que están trabajando un temp-track para montar las escenas. Por poner un ejemplo, si la escena es romántica y el director le quiere dar un toque “Somewhere in time”, le coloca un corte de la banda sonora de John Barry y monta basándose en ese temp-track.


El problema surge a la hora de entrar el compositor contratado en escena. El director le pone la película montada, con la música temporal y no le da margen de maniobra para trabajar. Quiere ese estilo, con los giros que ya tiene para no estropear el montaje, con la orquestación, prácticamente con la melodía. No sólo coarta la creatividad del músico sino que, mucho más importante, le resta una estructura dramática coherente (melodías que se desarrollan a lo largo del film, leitmotivs para personajes...). Y lo que es peor, normalmente al director le gusta más la música sobre la que ha trabajado que la nueva.


Dos ejemplos claritos: leo en Scoremúsica el caso de José Nieto, un magnífico compositor que además es un tremendo teórico de la banda sonora. Su música para películas como Amantes, Días Contados o Libertarias le dan el crédito que se merece. Y yo personalmente, creo que es un genio.

Milos Forman lo contrata para Los fantasmas de Goya. El film está plagado de música temporal en todas las secuencias y Nieto, que es un profesional, muestra su insatisfacción. Al final, decide no firmar la banda sonora, aunque en la copia definitiva queden 14 minutos de su composición y un trocito de su banda sonora para Libertarias, que se había utilizado como temp-track.

Ridley Scott monta así sus películas, por lo que, curiosamente, podemos encontrar en La Sombra del Testigo parte de la banda sonora de Blade Runner. Uno de los juegos entre amantes de las bandas sonoras es, oyendo la música de la película, adivinar el temp-track...

Otro caso, quizá más doloroso, es el de Spiderman 2. Doloroso porque adoro a las dos personas implicadas: el director Sam Raimi y el músico Danny Elfman. Las peleas durante la producción fueron tales que, textualmente, Elfman dijo que “se fue a dormir con un amigo y se despertó con una vaina” en referencia directa a “La invasión de los ladrones de cuerpos”. El problema, otra vez, eran los temp-track, que en este caso eran del propio Elfman para Spiderman. O sea, Raimi obligaba a Elfman a autocopiarse, ya que las imágenes estaban montadas basándose en la banda sonora de la primera peli. Elfman huyó y la película la tuvieron que terminar otros compositores, entre ellos, el que va a ponerle música a Spiderman 3: Christopher Young.

PD: En la lista de bandas sonoras a la que estoy suscrito, nos pasamos músicas de películas que nunca vieron la luz. Y prácticamente todos estamos de acuerdo que una de las mejores bandas sonoras del año pasado es la partitura rechazada de Troya de Gabriel Yared. Mucho mejor que la de dudoso gusto que hizo finalmente el plagiador James Horner.

5 comentarios:

  1. Pues no conocía esta "técnica" de realizar bandas sonoras, aunque ahora me explico los scores que "lucen" en las películas de Ridley Scott.

    Pero ahora que comentas esto... ¿como se haria entonces una banda sonora? es decir, le pasas todo el metraje sin montar, le pasas un previo del montaje, nunca he sabido como hacen para componer.

    Por cierto, también he tenido la suerte de escuchar la banda sonora rechazada de Troya. Una maravilla.

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  2. Cada compositor tiene sus técnicas (sobre guión, sobre copión...), pero todos terminan sincronizando perfectamente la música al montaje. Para eso cuentan con la película, normalmente en BETACAM (aunque ahora debe haberse digitalizado el proceso) con códigos de tiempo... el libro de José Nieto del que hablo en el post lo cuenta muy bien.... componen al fotograma. Por ejemplo, el comienzo de "La última cruzada" tiene más de 50 puntos de sincronización... que si se sube al tren... que si coge el latigo, que si aparecen serpientes, que si se pone el gorro, que si se sube a un barco... Y tienen que sincronizarlo a la imagen perfectamente.
    En otros casos más complicados, como por ejemplo, todo el final de E.T., el compositor se da por vencido ante tantos puntos de sincronización y Spielberg respeta la música y cambia ligeramente el montaje para que música e imagen vayan de la mano.

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  3. Solo una curiosidad:

    Después de leer tu artículo de la música temporal se me ocurre la solución a la vieja leyenda urbana (de la que hay mucha documentación en internet) que dice que existe una extraña coincidencia entre la película "El Mago de Oz" (versión antigua, no se si habrá otra...) y un tema del grupo Pink Floyd.

    Por lo visto si ponemos esa canción en el tercer rugido del león de la Metro todos los sonidos y letra encajan a la perfección con la película, originando una película completamente nueva.

    Tal vez la solución que nadie pensó nunca es que se hiciera con el método de música temporal. En cualquier caso, una coincidencia muy rara.

    Enhorabuena por el interesante blog.

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  4. Eso pasa en la peli del Reino de los Cielos donde de una "extraña" forma empieza a sonar la BSO de "El Guerrero Nº 13" del maestro Goldsmith

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  5. Adiós a la originalidad en Hollywood...

    Tal vez te guste mi blog sobre bandas sonoras:

    blogs.hoycinema.com/unamusicadecine

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