Susana, una buena amiga, nos llevó un día a cotillear el rodaje de una serie de televisión que ya nadie recuerda que se llamaba El Buscavidas. Los protagonistas eran Miguel Rellán (peazo de actor) y Antonio Ferrandis.
Después de molestar a Miguel Rellán con mil preguntas sobre El Crack, me acerqué a molestar a Antonio Ferrandis. En realidad, quería preguntarle sobre su aventura con el Oscar de Volver a empezar, su viaje a Hollywood, esas cosas... Tras formular la pregunta, se quedó pensativo y me dijo: "A tu edad todo el mundo me pregunta por Chanquete".
El caso es que Chanquete había superado con creces la carrera de un actor que, por otra parte, no tenía demasiadas películas buenas en su despensa. Y os aseguro que, lejos de lo que se lee normalmente en la prensa, Antonio Ferrandis no tenía pinta de estar muy agradecido a su personaje, en realidad, parecía todo lo contrario.
El otro día, hablando de otra cosa, me enrollé con el tema del encasillamiento y sobre como me molesta que los famosos piensen que el público tiene la culpa de sus males. Todavía recuerdo a Ángela Molina arremeter contra los espectadores porque no aceptaban que una actriz sacara un disco al mercado. Pero Dios, yo compré aquel single y la Molina cantaba fatal.
Y todo este rollo tiene su porqué. El día que murió Antonio Ferrandis, en todos los periódicos escribían "Chanquete ha muerto".
El 28 de enero se suicidó un compositor tremendo, Karel Svoboda, creador de algunas bandas sonoras memorables y un par de buenos musicales. Eso sí, tuvo la desgracia de componer una bella melodía para una popular serie infantil de los 70 y será recordado por esa canción. En realidad, será recordado sólo por esa canción.
Por cierto, no quiero ni pensar en los royalties de una canción como la de La Abeja Maya...
ResponderEliminarVeo a la derecha lo de la "trágica historia de Anthony Perkins". Otro que a pesar de lo bueno que era va a ser recordado más que nada por un personaje.
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