31 enero, 2007

Maestro John Williams

Si has nacido en los 60 o en los 70 y te gusta la música de cine, me apuesto un vaso de grog a que el culpable de ese extraño hobby se llama John Williams. Los más jóvenes pueden haberse enganchado con el Gladiator de Zimmer ó con los Piratas del Caribe de Badelt. Pero los de mi época bebíamos los vientos por un disco de El imperio contraataca o por un Superman de John Williams.

Sin embargo, el tipo este con aspecto de haber sido mayor toda su vida es un genio. Porque hay pocas cosas que duren tanto tiempo. Hay películas que me apasionaban cuando era pequeñín y que ahora no me hacen tilín; hay canciones que amaba con locura y que si las oigo hoy, me entra una dentera de mil pares de narices (y no estoy hablando solamente de Don´t cry for me, Argentina), pero la música de John Williams sigue despertando mil sentimientos. Y eso que el John Williams de hoy se parece poco al de los 70. Es más maduro. Quizá más seco. Y sigue siendo un genio (oír Minority Report o Inteligencia Artificial... o Memorias de una Geisha o Munich... o un largo etcétera).

Dicen que Spielberg sacrifica muchas secuencias en beneficio de otras. Quiero decir, prefiere poner toda la necesaria explicación de una película en una sola secuencia, aunque sea larga, para después pasar a la acción sin detenerse en más explicaciones. Esto le ha causado alguna que otra crítica negativa (como la secuencia explicativa de Parque Jurásico, con dibujitos y todo). Y eso le pasa a algunos compositores, ponen música en secuencias de transición sin darse cuenta de que una sutileza puede convertir una secuencia en una obra maestra.

Para todos vosotros, una secuencia explicativa de Spielberg solucionada por John Williams. El arqueólogo Indiana Jones explica a dos autoridades qué es el Arca de la Alianza. El guión, que lo tengo en casa, dice textualmente: "Indiana abre su maleta y enseña un dibujo del Arca". Sólo John Williams es capaz de capturar esa imagen con unas notas musicales.

Entre otras cosas, Spielberg es un genio porque trabaja con John Williams. El director ha llegado a confesar: "Yo pongo la lágrima en el ojo, pero es John el que hace que corra por las mejillas".


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